Manuela Martelli: ¡°Los relatos de pobreza en el cine chileno se cuentan desde el punto de vista de las clases privilegiadas¡±
La afamada actriz chilena debuta como directora y guionista con la pel¨ªcula ¡®1976¡ä, la carta del pa¨ªs sudamericano para la nominaci¨®n a los Goya
Manuela Martelli (Santiago, 39 a?os) se inici¨® en el mundo de la actuaci¨®n en 2003 con el prop¨®sito de, alg¨²n d¨ªa, dirigir una pel¨ªcula. Tras participar en 18 producciones (B- Happy, Machuca, Il Futuro), la actriz debuta como directora y guionista del largometraje 1976. La cinta estrenada en Cannes ha realizado un elogiado recorrido ...
Manuela Martelli (Santiago, 39 a?os) se inici¨® en el mundo de la actuaci¨®n en 2003 con el prop¨®sito de, alg¨²n d¨ªa, dirigir una pel¨ªcula. Tras participar en 18 producciones (B- Happy, Machuca, Il Futuro), la actriz debuta como directora y guionista del largometraje 1976. La cinta estrenada en Cannes ha realizado un elogiado recorrido por el circuito de festivales de cine internacional que culmina este jueves con su estreno en el Festival de Cine de Valdivia, 850 kil¨®metros al sur de la capital chilena, antes de llegar a las salas comerciales.
La apuesta del pa¨ªs sudamericano en la carrera por la nominaci¨®n a la Mejor Pel¨ªcula Iberoamericana en los Premios Goya narra la historia de una sensible mujer burguesa atrapada en los c¨¢nones conservadores durante los primeros a?os de la dictadura de Pinochet. Martelli trabaj¨® casi una d¨¦cada en el proyecto que busca entender c¨®mo se pod¨ªa vivir ignorando el horror de lo que suced¨ªa en las calles y si era posible que no afectara.
El motor inicial de la pel¨ªcula fue su abuela, fallecida a los 49 a?os en 1976. ¡°Cuando se hablaba de la depresi¨®n de mi abuela, se le¨ªa como una experiencia individual, un estado que parec¨ªa parte de su identidad y no un fen¨®meno contextual vinculado a lo pol¨ªtico y lo social¡±, explica este mi¨¦rcoles la directora en la cafeter¨ªa de un hotel en la ciudad sure?a.
Pregunta. Se meti¨® en el mundo de la actuaci¨®n pensando en dirigir 20 a?os atr¨¢s. Ahora que realiz¨® su primer largometraje, ?ha sido lo que esperaba?
Respuesta. Hubo un proceso paulatino por lo que no fue muy ajeno. Lo hab¨ªa vivido como actriz, observando a distintos directores, y despu¨¦s dirig¨ª dos cortos, pero me gust¨® mucho la posibilidad de ir entendiendo la pel¨ªcula a medida que uno filma. Tambi¨¦n me ha sorprendido un mont¨®n la recepci¨®n que ha tenido. Todo fue tan contra viento y marea¡ ?bamos a filmar justo antes de la pandemia, tuvimos que esperar un a?o y grabar con todas las restricciones. Supimos de la selecci¨®n de Cannes cuando la pel¨ªcula todav¨ªa no ten¨ªa hecha la postproducci¨®n. Fue un proceso muy acelerado para poder estrenarla. No tuve un minuto para proyectar nada, solo solucionaba el d¨ªa a d¨ªa, por eso no me esperaba la respuesta.
P. Fue una coproducci¨®n Argentina. ?Cu¨¢nto importan estas sinergias en el cine latinoamericano para que las peque?as industrias se desarrollen?
R. Es una pregunta compleja porque tiene muchas aristas. A m¨ª me parece que hay poca colaboraci¨®n entre pa¨ªses latinoamericanos. Ahora un poco m¨¢s con Brasil, con Argentina, pero todav¨ªa hay pa¨ªses que tienen poqu¨ªsimos fondos de producci¨®n y se distribuye muy poco dentro de la regi¨®n. Falta mucho, pero es muy gratificante cuando ocurre. La pel¨ªcula se llama 1976, que para Argentina es una fecha muy importante. Poder conversarla con esa perspectiva de contexto fue muy rico. Argentina tiene una industria mucho m¨¢s consolidada. Yo aprend¨ª un mont¨®n cuando fuimos a filmar all¨¢. Son muy profesionales. La industria chilena es precaria, pero muy reconocida en los circuitos de festivales internacionales.
P. Sol¨ªa decir que lo que hab¨ªa en Chile no era una industria del cine. ?Ahora s¨ª la hay?
R. Hay una industria incipiente, pero creo que gran parte se sustenta en el autofinanciamiento de quienes la conforman. Hay mucho de lo que uno hace que no se considera como trabajo. Uno mismo financia esa voluntad de hacer, pero eso no es reconocido por el Estado. Hay algo poco estrat¨¦gico al no ver el valor que eso tiene, tanto en t¨¦rminos de industria como del valor cultural que significa. Ah¨ª hay una responsabilidad gigante de c¨®mo se reparten los capitales y de cu¨¢l es el valor que se le da a la cultura en los espacios donde se concentra el capital en Chile.
P. ?Qui¨¦nes pueden hacer cine en Chile?
R. El cine sigue siendo un espacio muy elitista. Yo hablo de justicia con los relatos cuando digo que me parece necesario mostrar la perspectiva de una mujer en una ¨¦poca hist¨®rica chilena que ya ha sido revisada desde la perspectiva masculina, pero la deuda de clase que existe es gigante. Es muy complejo porque estos relatos solo pueden ser contados por los m¨¢rgenes, pero hay una paradoja gigante por el acceso que uno tiene. El capital que yo poseo por haber estudiado en un colegio de ¨¦lite, el c¨®mo me puedo manejar... Ah¨ª est¨¢ la tremenda deuda. Cu¨¢nto nos faltan esos relatos de los m¨¢rgenes. Los relatos de mujeres de esos a?os fueron marginados de las historias, pero tambi¨¦n los de las clases trabajadoras. Los relatos de pobreza existen hasta ahora desde el punto de vista de las clases privilegiadas, y nadie sabe lo que es si no lo vivi¨® en carne propia. Yo no te lo s¨¦ decir. Esos relatos no est¨¢n.
P. ?Ha cambiado la industria desde que comenz¨® como actriz?
R. Ha cambiado. Y tambi¨¦n hay excepciones. No todo es blanco o negro. Cuando empec¨¦ actuar, el 2001, se hac¨ªan 10 pel¨ªculas por a?o en Chile, y el 95% eran de directores hombres de clase privilegiada. Eran pocas las personas que pod¨ªan darse el ¡°lujo¡± de hacer cine en un entorno tan precario. Eso ha cambiado y se ha cuadruplicado la producci¨®n. Entre medio se cre¨® la Ley del cine, han aumentado y se han institucionalizado los fondos de producci¨®n, pero muy pocas personas pueden acceder a ellos. Es muy competitivo y no hay muchas m¨¢s opciones. La clase empresarial tampoco considera importante la cultura como para financiarla. Para m¨ª, la distribuci¨®n es fundamental. Si uno pone solo la energ¨ªa en que haya producci¨®n, pero luego las pel¨ªculas no son vistas, pierden sentido.
P. El cine chileno es reconocido afuera, pero las cifras de espectadores no son altas, ?por qu¨¦?
R. La gente se qued¨® con una idea a?eja de que ese cine era hecho de manera muy precaria. Les cuesta valorarlo porque hay poco acceso y pocos recursos para que se d¨¦ a conocer. Pero no es solo culpa del espectador, sino que hay un sistema bien perverso de los recursos. Tambi¨¦n hay una cultura de que el cine est¨¢ hecho para los sujetos metidos en la cultura, como si fuese un mundo aparte. Hay que apuntar a la conciencia de que la cultura es un derecho de todos, no de la gente que hace que exista. En pa¨ªses en que esto ya es parte de la sociedad, la entienden as¨ª, sobre todo la producci¨®n nacional.
P. ?De qu¨¦ trata su pr¨®xima pel¨ªcula, ambientada en el Chile de los 90?
R. No quiero adelantar mucho porque todav¨ªa est¨¢ en la incubadora, pero la b¨²squeda es una continuaci¨®n de 1976. De meterse en los m¨¢rgenes de la historia, en esas fisuras que pasaron coladas en los libros, en la prensa. En los espacios que parec¨ªan no ser hist¨®ricos. Me gusta la idea de entender las pel¨ªculas como pasos, no como objetos en s¨ª mismos, sino una continuaci¨®n de algo que no tiene fin en los cr¨¦ditos. Hay preguntas que encontraron respuesta y otras que no tanto y esas que quedaron pendientes tal vez se resuelvan en la siguiente.
P. ?Ser¨¢ un proyecto m¨¢s r¨¢pido que el primero?
R. Por un lado, hay una ansiedad de hacer. Me pareci¨® muy entretenido rodar, montar. El proceso creativo de la escritura es mucho m¨¢s ripioso, solitario, ingrato. El de financiamiento tambi¨¦n es lento. Los fondos concursables en Chile tienen una sola fecha de postulaci¨®n, entonces hay que esperar un a?o entero. Eso hace que muchas veces se retrase la posibilidad de coproducci¨®n porque esta depende de que tu propio pa¨ªs te apoye. Sin embargo, si uno sabe aprovechar esa espera, se pueden decantar muchas cosas. Las pel¨ªculas son como estos barcos pesados que se mueven lento y necesitan de muchas decantaci¨®n. Hay otras que son m¨¢s f¨¢ciles de hacer sobre la marcha y m¨¢s livianas en t¨¦rminos de producci¨®n. Cada pel¨ªcula tiene su propio tiempo. Con 1976 cultiv¨¦ la paciencia.
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