Berlusconi y el modelo que cambi¨® el f¨²tbol chileno
Comprar un club, sin importar donde est¨¢ tu coraz¨®n, sumarle un canal de televisi¨®n y correr por el ¨¦xito pol¨ªtico. La f¨®rmula del fallecido Cavaliere que se aplic¨® en el mundo
Nunca estuvo claro que Silvio Berlusconi fuera hincha del Milan. El fallecido exprimer ministro italiano aseguraba que asist¨ªa de peque?o a ver los partidos junto a su padre, pero hay m¨¢s de una referencia que indica que su intenci¨®n primera cuando decidi¨® invertir en el f¨²tbol fue comprar al Inter, su ac¨¦rrimo adversario.
El modelo empresarial-deportivo que impuls¨® Berlusconi es un manual de estilo que se ha seguido en varios puntos del orbe. Para muchos, es qui...
Nunca estuvo claro que Silvio Berlusconi fuera hincha del Milan. El fallecido exprimer ministro italiano aseguraba que asist¨ªa de peque?o a ver los partidos junto a su padre, pero hay m¨¢s de una referencia que indica que su intenci¨®n primera cuando decidi¨® invertir en el f¨²tbol fue comprar al Inter, su ac¨¦rrimo adversario.
El modelo empresarial-deportivo que impuls¨® Berlusconi es un manual de estilo que se ha seguido en varios puntos del orbe. Para muchos, es quien inici¨® el f¨²tbol moderno en la d¨¦cada de los 80, cuando la plataforma que ofrec¨ªa el popular deporte comenz¨® a ser utilizada como trampol¨ªn pol¨ªtico, empresarial o de imagen, sin importar verdaderamente el amor por la camiseta. Por lo pronto, en la ¨²ltima final de la Champions se midieron un club ingl¨¦s cuyo propietario es un jeque ¨¢rabe y otro italiano presidido por un chino.
Lo de Berlusconi es m¨¢s refinado, al viejo estilo. Il Cavaliere ide¨® su estrategia en un momento de crisis de Italia y su f¨²tbol. Remecido por los esc¨¢ndalos de las apuestas, el Milan hab¨ªa sido severamente sancionado, al igual que otros clubes. Pero el triunfo de la Squadra Azzurra en la Copa del Mundo del 82 conmocion¨® al pa¨ªs. Berlusconi quer¨ªa llegar al poder pol¨ªtico total y, entonces, ofert¨® por un club. El elegido final fue el Milan, que adquiri¨® en 1986 para tenerlo en su poder durante 31 a?os, durante los cuales gan¨® ocho scudettos, una Coppa, siete supercopas de Italia, cinco Champions, cinco supercopas europeas, dos Intercontinentales y un mundial de clubes. En total, 29 t¨ªtulos.
Para lograr su prop¨®sito final, en una ¨¦poca de esc¨¢ndalos variados en el f¨²tbol, la pol¨ªtica y la far¨¢ndula, entendi¨® que adem¨¢s necesitaba de un canal de televisi¨®n, para lo cual se sirvi¨® de Mediaset, que compiti¨® mano a mano con la RAI. Desde entonces, lleg¨® a todos los cargos pol¨ªticos de elecci¨®n popular a los que postul¨®, aunque debi¨® sortear muchos esc¨¢ndalos de ¨ªndole financiera y hasta una acusaci¨®n de abuso sexual de menores por su afici¨®n a las mujeres bellas y a lo que denomin¨® el bunga bunga, fiestas desenfrenadas con adolescentes en sus villas.
El modelo (empresarial, claro) fue la inspiraci¨®n en Chile de Sebasti¨¢n Pi?era, tambi¨¦n pol¨ªtico de derecha que ten¨ªa aspiraciones presidenciales desde la d¨¦cada de los 90, pero que fue defenestrado en su primera carrera por los poderes f¨¢cticos en un esc¨¢ndalo de escuchas telef¨®nicas. Reconocido hincha de la Universidad Cat¨®lica, no trepid¨® en comprar un importante paquete accionario de Colo Colo, el club m¨¢s popular del pa¨ªs, justo cuando comenzaba a operar el nuevo esquema de las sociedades an¨®nimas deportivas, ideado precisamente para salvar a las instituciones grandes de la bancarrota.
Al igual que Berlusconi, acompa?¨® esa inversi¨®n con la compra de un canal de televisi¨®n, Chilevisi¨®n, que potenci¨® su cobertura deportiva con los derechos de la selecci¨®n chilena. De la mano de Pi?era, Colo Colo gan¨® cuatro torneos nacionales y fue finalista de la Copa Sudamericana, parad¨®jicamente con un regal¨®n [favorito] de Berlusconi sentado en la banca, el excampe¨®n del mundo Claudio Borghi.
Pi?era tuvo como escudero a Gabriel Ruiz Tagle, otro empresario que de la presidencia del club saltar¨ªa a convertirse en Ministro del Deporte de su Gobierno. Un brazo derecho al estilo de Adriano Galliani, el art¨ªfice del milagro del Milan, que con los entrenadores Sacchi, Capello y Ancelotti gan¨® fama de experto futbolero.
Pi?era lograr¨ªa ser Presidente de la Rep¨²blica en dos oportunidades, y el modelo ser¨ªa aplicado tambi¨¦n por Mauricio Macri con Boca Juniors en la Argentina, con el mismo resultado.
Habr¨ªa un segundo intento en Chile con Carlos Heller, otro multimillonario, fan¨¢tico de la Universidad de Chile, que particip¨® como socio minoritario en las grandes campa?as del equipo a comienzos de la d¨¦cada pasada. Los azules fueron dos veces semifinalistas de la Libertadores, ganaron la Copa Sudamericana y tres t¨ªtulos en la liga local antes que el heredero del imperio Falabella aplicara el modelo de Il Cavalieri, comprando la mayor¨ªa del paquete accionario del club y paralelamente adquiriendo Mega, una red privada de televisi¨®n.
Jam¨¢s pudo saberse si Heller ten¨ªa ambiciones pol¨ªticas. Pese a la millonaria inversi¨®n, la U no tuvo ¨¦xito en la cancha, no pudo construir su anhelado estadio y sobre el magnate recayeron las amenazas de los ultras, por lo que abandon¨® el proyecto para dedicarse a otras pasiones: la h¨ªpica y el rally.
El fallecimiento de Berlusconi supondr¨¢ muchos an¨¢lisis pol¨ªticos e imborrables recuerdos futbol¨ªsticos. Pero tambi¨¦n el an¨¢lisis de un modelo que funcion¨® en Italia, en Chile y, a la larga, donde hubiera alguien interesado en utilizar al f¨²tbol como trampol¨ªn de sus propias ambiciones.