Crist¨®bal Rovira, acad¨¦mico: ¡°Cuando se mimetiza la derecha convencional con la ultraderecha, gana esta ¨²ltima¡±
El profesor del Instituto de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Cat¨®lica habla sobre la ca¨ªda de Giorgio Jackson tras la arremetida del Partido Republicano de acusarlo constitucionalmente, a la que se pleg¨® la derecha tradicional
El acad¨¦mico Crist¨®bal Rovira, doctor en Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Humboldt de Berl¨ªn, lleva a?os estudiando a las derechas extremas alrededor del globo, un fen¨®meno que en los ¨²ltimos a?os ha emergido con fuerza en diferentes latitudes. Chile no es la excepci¨®n, porque, seg¨²n el acad¨¦mico, las propuestas del Partido Republicano, liderado por Jos¨¦ Antonio Kast, ...
El acad¨¦mico Crist¨®bal Rovira, doctor en Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Humboldt de Berl¨ªn, lleva a?os estudiando a las derechas extremas alrededor del globo, un fen¨®meno que en los ¨²ltimos a?os ha emergido con fuerza en diferentes latitudes. Chile no es la excepci¨®n, porque, seg¨²n el acad¨¦mico, las propuestas del Partido Republicano, liderado por Jos¨¦ Antonio Kast, ¡°son similares a las que levanta la derecha radical a nivel global¡±. Esta fuerza pol¨ªtica fue la gran ganadora de la ¨²ltima elecci¨®n de consejeros constitucionales, en la que logr¨® 22 de los 50 esca?os. Y desde esa fecha, su influencia en la pol¨ªtica chilena se ha hecho notar. Esta semana, la derecha tradicional -compuesta por los partidos Uni¨®n Dem¨®crata Independiente (UDI), Renovaci¨®n Nacional (RN) y Ev¨®poli- decidi¨® plegarse a su postura y apoyar una acusaci¨®n constitucional que buscaba la destituci¨®n del ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, compa?ero de ruta del presidente de izquierdas, Gabriel Boric, en medio del caso Convenios. No llegar¨¢n a presentarla: Jackson present¨® su renuncia al Gobierno.
Rovira analiza esta jugada y adelanta los posibles escenarios que puede abrir una mayor cooperaci¨®n entre ambas derechas en el pa¨ªs sudamericano. Para el acad¨¦mico del Instituto de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Cat¨®lica, el gran riesgo es que ¡°los republicanos terminen poniendo la m¨²sica¡±.
Pregunta. ?Qu¨¦ representa para Boric y para las derechas, respectivamente, la renuncia de Jackson?
Respuesta. Para Boric es un misil directo al coraz¨®n por lo que representa Jackson simb¨®licamente como amigo y compa?ero de ruta desde los inicios. Esto demuestra que el Frente Amplio ha ido perdiendo tonelaje, mientras que el Socialismo Democr¨¢tico [de la izquierda moderada] va ganando m¨¢s. Hay que ver c¨®mo se va a llenar ese cupo, pero la salida de Jackson es sin duda un golpe duro para el coraz¨®n frentemaplista. Por el lado de las derechas, hay que ver c¨®mo se lee esto. Republicanos va a decir que lo ocurrido es gracias a ellos y la derecha convencional va a decir que esto demuestra c¨®mo hay que actuar en ciertas situaciones. Pero habr¨¢ que ver si esto va a funcionar como un acuerdo puntual entre ambas derechas o si ser¨¢ la t¨®nica de c¨®mo van a seguir actuando a futuro.
P. ?La salida de Jackson es un triunfo de los republicanos o m¨¢s bien de la derecha convencional?
R. La derecha en su conjunto estaba dispuesta a mostrar los dientes en el Parlamento. T¨¦cnicamente, es la primera vez que vemos que esa coalici¨®n existe y que est¨¢ operando en la pr¨¢ctica. Pero la idea, el motor de esto, no vino de la derecha tradicional, sino que desde la ultraderecha. Esto lo que siembra es una posibilidad futura de que sea la ultraderecha la que ponga la idea y la otra se sume con los votos.
P. ?C¨®mo observ¨® el apoyo de la derecha tradicional a la acusaci¨®n contra Jackson, que finalmente no se presentar¨¢?
R. Tenemos una lucha entre la derecha convencional y esta otra derecha que es mucho m¨¢s extrema o ultra. Hasta hace poco era la derecha tradicional la que llevaba la batuta y ahora lo que estamos viendo, por primera vez de forma m¨¢s evidente, es todo lo contrario. En el proceso constitucional, la derecha tradicional se la jug¨® por llegar a un acuerdo con el Gobierno y qued¨® fuera de ese acuerdo el Partido Republicano. Ahora vemos lo inverso: los republicanos pidieron la cabeza de Jackson y los otros se sumaron, lo que demuestra que los partidos tradicionales de este sector, que hasta ahora hab¨ªa aparecido poniendo cortapisas, est¨¢n botando esa muralla y apostando a formar una alianza. Hay que ver si esta es una tendencia que va a llegar para quedarse o solo un hecho puntual.
P. ?Est¨¢ la derecha hist¨®rica mimetiz¨¢ndose con el Partido Republicano?
R. Es dif¨ªcil hacer la profec¨ªa de qu¨¦ es lo que va a pasar a futuro, pero es una posibilidad real. Y hay que enfatizar que, a nivel acad¨¦mico, lo que s¨ª sabemos es que cuando se mimetiza la derecha convencional con la ultraderecha, quien gana es esta ¨²ltima. Porque en el fondo es la que pone la m¨²sica y los otros simplemente tocan los instrumentos de quien est¨¢ guiando la orquesta. Es un desaf¨ªo para el sistema democr¨¢tico y lo sabemos. Estados Unidos es el mejor ejemplo. El Partido Republicano apoy¨® a Donald Trump y miremos d¨®nde est¨¢ hoy. No existe ninguna voz moderada y las que pocas que hay est¨¢n en una esquina.
P. El expresidente Sebasti¨¢n Pi?era dijo hace unos d¨ªas que el bloque de derecha tradicional Chile Vamos debe aspirar a una gran alianza desde la derecha republicana a Amarillos, Dem¨®cratas e Independientes, los sectores del centro. ?Lo ve posible?
R. Pi?era dice que tienen que lograr un acuerdo desde la ultraderecha hasta la Democracia Cristiana para reflotar una Concertaci¨®n, como lo que hizo Chile en los a?os 90 con la centroizquierda. Pero lo que olvida es que la Concertaci¨®n dej¨® a una parte de la izquierda afuera, la m¨¢s dura, el Partido Comunista (PC), que estaba por la insurrecci¨®n armada, que no es el PC de ahora. Si uno es benevolente con Pi?era y no tiene ninguna teor¨ªa maquiav¨¦lica ni nada por el estilo, veo un poquito de ingenuidad en la comprensi¨®n del riesgo de lo que implica Kast en su proyecto, sobre todo cuando el potencial de esa ultraderecha es gigantesco. El error que comete Pi?era en su diagn¨®stico es pensar que una potencial coalici¨®n va a permitir que ambas derechas se hablen de codo a codo, de t¨² a t¨². Creo que eso no va a suceder.
P. Hemos visto que la UDI -que mostr¨® una faceta dialogante en una primera etapa del Gobierno de Boric- endureci¨® su posici¨®n a prop¨®sito del caso Convenios, cortando el di¨¢logo con La Moneda. ?Por qu¨¦ lo hizo?
R. Creo que tiene que ver con esta tensi¨®n. Intuyo -y habr¨ªa que preguntarle a Javier Macaya [presidente de la UDI] directamente y ojal¨¢ con tres vasos de whisky para que confiese- que parte del problema que tiene es que en las bases de la UDI claramente hay segmentos que se sienten muy confortables con el tipo de argumentos que desarrolla Kast. Eso ¨¦l lo tiene que percibir. Me imagino que en m¨¢s de alg¨²n encuentro con votantes de la UDI le deben decir: ¡°?Hasta cu¨¢ndo va a seguir hablando con el Gobierno!¡±. Y entonces mueve el p¨¦ndulo en otra direcci¨®n apostando a que, de esa manera, puede conquistar esa base. Pero el problema que tiene la derecha convencional es que parte de su electorado y de sus liderazgos ¨Cno todos¨C se sienten c¨®modos con las ideas que profesa el Partido Republicano.
P. ?Existe una guerra intestina entre las dos derechas -la hist¨®rica y la extrema- por el nivel de dureza en la oposici¨®n a Boric?
R. Yo creo que el problema ser¨ªa que lleguemos a ese momento. Porque si la apuesta es que qui¨¦n le pega m¨¢s fuerte al Gobierno gana la batalla, claramente va a ganar la ultraderecha, no hay duda. El ejercicio de la derecha convencional debiera ser completamente el contrario y pensar: ¡°Ambos estamos en el campo de la derecha, tenemos determinados parecidos, pero hay cuestiones que nos diferencian¡±. Y parte de esas diferencias es que est¨¢n dispuestos a sentarse a la mesa con sus enemigos ¨CBoric y el Frente Amplio¨C, para llegar a acuerdos, como fue el acuerdo constitucional.
P. ?Cu¨¢nto ayuda a posturas m¨¢s extremas, como la de republicanos, los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que enfrenta el oficialismo de izquierda con el caso Convenios?
R. Es que ese es el gran problema de este Gobierno, eso es lo tragic¨®mico. Porque gran parte del ¨¦xito de esta ultraderecha tiene que ver con los fracasos del Gobierno. Son tantos los errores propios que cometen que facilitan que la agenda ultraderecha y la derecha. En la medida que el Gobierno comete m¨¢s autogoles es m¨¢s f¨¢cil criticarlo.
P. La alcaldesa UDI Evelyn Matthei aparece en la encuesta CEP como la mejor valorada entre los pol¨ªticos chilenos. ?Tiene la fuerza en esta ocasi¨®n como para parar a Kast?
R. En esto somos tan malos futur¨®logos como los economistas y quienes leen el clima. Es verdad que Evelyn Matthei est¨¢ bien posicionada al interior de la derecha convencional, pero insisto en que son arenas movedizas. Ma?ana puede aparecer otra figura que se levante en las encuestas. En la historia reciente de nuestro pa¨ªs ha sucedido mucho esto.
P. ?Veremos hasta 2025 una disputa entre la derecha liberal y la derecha conservadora?
R. Mucho va a depender de si ellas avanzan en los pr¨®ximos meses hacia establecer un di¨¢logo. Ya vimos en el proceso constituyente que corrieron en listas separadas. Y creo que el segundo test importante ser¨¢ lo que ocurra para las elecciones de alcaldes [2024] y si ir¨¢n separados o no. Pero si ambas derechas est¨¢n dispuestas a correr juntas en una primaria, creo que van a hacer un pacto con el demonio, porque se van a obligar a apoyar al que gane. El verdadero test ser¨¢ en ese momento.