Suelo santo
Justo al otro lado de tu sue?o y de mi sue?o, al otro lado donde comienzan y terminan las pesadillas, vive solo el horror y el horror del horror y del horror del horror y del horror
Al otro lado de la ma?ana soleada, justo al lado del d¨ªa de siempre, s¨ª, justo al otro lado del mosquito que zumba y del helado l¨ªmite infranqueable, solo est¨¢ el horror y el horror del horror.
Justo al otro lado de mi deseo de abrazarte, justo al lado de la imagen absurda de un colch¨®n como una balsa flotando sobre la tierra triturada, solo est¨¢ el horror y el horror del horror y el horror del horror y del horror y del horror.
Justo al otro lado de la puerta que ...
Al otro lado de la ma?ana soleada, justo al lado del d¨ªa de siempre, s¨ª, justo al otro lado del mosquito que zumba y del helado l¨ªmite infranqueable, solo est¨¢ el horror y el horror del horror.
Justo al otro lado de mi deseo de abrazarte, justo al lado de la imagen absurda de un colch¨®n como una balsa flotando sobre la tierra triturada, solo est¨¢ el horror y el horror del horror y el horror del horror y del horror y del horror.
Justo al otro lado de la puerta que cierro y de los pedazos que quedaron en la mesa, al lado en los vidrios y los lentes solo el horror del horror del horror y el horror del horror y del horror.
Justo al lado de la persiana entreabierta, al otro lado de por la que miro y del espejo roto est¨¢ el horror del horror y del horror.
Justo al otro lado de tu sue?o y de mi sue?o, al otro lado donde comienzan y terminan las pesadillas, vive solo el horror y el horror del horror y del horror del horror y del horror.
Justo al otro lado de todos los despertares y del caf¨¦ matutino solo horror de mi horror y el horrible horror y el horror.
Justo al otro lado de mis torpes dedos y de sus yemas pulsando estas letras est¨¢ el horror y el horror y el horror inapagable del horror y el horror del horror y del horror y el horror del horror y del horror.
Justo al otro lado de las consignas, al otro lado de las est¨²pidas sinfon¨ªas y de los poemas tontos y de los ensayos clausurados de la noche no hay m¨¢s que horror y el horror del horror y todo el horror del mundo.
Y el horror y el horror y mis ojos son horror y tus ojos son horror y son horror tus manos y son horror tus piernas pegadas a mis piernas y son horror tus huesos entrelazados con mis huesos.
Justo al otro lado de donde aletean los p¨¢jaros y ulula el viento es horror y son horror los p¨¢jaros mezclados con el viento y es horror el horizonte donde termina el viento y es horror el viento y el horror del horror y del horror.
Justo al otro lado de la p¨¢gina que leo y de las colinas como elefantes blancos y de los alucinados perdidos frente al d¨ªnamo de la noche solo el horror del horror y del horror y el horror del horror y del horror.
Justo al lado de los gemelos borrachos y de la obra de teatro fracasada solo es el horror del horror y del horror y el horror del horror y del horror.
Justo al lado de mi madre que se muere y de las p¨¢lidas olas torciendo sus miradas, justo al lado de la cama donde tu hermana sostuvo sus manos el horror del horror y del horror y el horror del horror y del horror.
Justo al lado de la saliva y de tu est¨®mago hundido entre las costillas. S¨ª, justo al lado del pellejo que te sobra y de las ojeras moradas de la vejez, justo, s¨ª justo al lado de tu barba cada vez m¨¢s rala el horror del horror y del horror y siempre el horror del horror y del horror.
Justo al lado del poro por el que respiras, justo al lado del escritor ciego y del profeta idiota que hace reverencias dentro de tu ba?o y es el horror del horror y del horror y el horror del horror y del horror.
Y es horror mi aliento y son horror las resecas piedras y son horror las estrellas cayendo resecas sobre las piedras y es horror del horror y el horror.
Y es horror la mano que escribe horror.
Y mis labios son horror y es horror el tecleo del fin.
Justo, justo al otro lado de la luz azulina de los infinitos televisores encendidos igual que cielos postizos.
Y es el horror noqu¨¦ndolo todo.
E infinitamente cerca de ti la cara yerma que busc¨® contigo un suelo santo.