El asesinato de Ina: la joven delincuente popular en TikTok que desvela la ¡®narcocultura¡¯ en Chile
La traficante de drogas, de 24 a?os, ostentaba su dinero en los v¨ªdeos que film¨® incluso en la c¨¢rcel. Su fama muestra c¨®mo la subcultura narco impregna las aspiraciones de ciertos segmentos de la sociedad
El ¨²ltimo v¨ªdeo que subi¨® Sabrina Dur¨¢n Montero a Tiktok antes de que le dispararan a quemarropa a plena luz del d¨ªa en Padre Hurtado, al suroeste de Santiago de Chile, tiene m¨¢s de cinco millones de reproducciones. En ¨¦l, la influencer de 24 a?os, que luce una camiseta marca Tommy Hilfiger y grandes joyas doradas, ense?a alegremente unos productos para el pelo. Desde su asesinato este martes, los comentarios del v¨ªdeo son un ros...
El ¨²ltimo v¨ªdeo que subi¨® Sabrina Dur¨¢n Montero a Tiktok antes de que le dispararan a quemarropa a plena luz del d¨ªa en Padre Hurtado, al suroeste de Santiago de Chile, tiene m¨¢s de cinco millones de reproducciones. En ¨¦l, la influencer de 24 a?os, que luce una camiseta marca Tommy Hilfiger y grandes joyas doradas, ense?a alegremente unos productos para el pelo. Desde su asesinato este martes, los comentarios del v¨ªdeo son un rosario de despedidas y buenos deseos a Joakina Gusman, el nombre de usuario de la joven, en un evidente gui?o a Joaqu¨ªn Guzman, m¨¢s conocido como el Chapo, l¨ªder del c¨¢rtel mexicano de Sinaloa. Y es que Dur¨¢n no solo era tiktoker. Tambi¨¦n traficaba droga, delito por el que estuvo en la c¨¢rcel entre marzo de 2022 y el pasado mayo. Las rejas no impidieron que siguiera compartiendo sus bailes y canciones de reguet¨®n-urbano en las redes sociales y as¨ª defender el apodo de La narco reina de Pe?aflor, la localidad en que operaba la banda il¨ªcita que lideraba.
La menor de nueve hermanos y madre de un peque?o de 10 a?os, Ina, como la llamaban sus cercanos, creci¨® en un hogar donde habitaba la droga y desde su temprana adolescencia tuvo v¨ªnculos con el negocio, seg¨²n documentos judiciales citados por medios locales. El caso de Dur¨¢n, con su edad, sus joyas, sus 450.000 seguidores, ejemplifica c¨®mo los tent¨¢culos del narcotr¨¢fico han conquistado nuevos terrenos y han cambiado la cultura de un sector de la sociedad, en un fen¨®meno m¨¢s bien reciente que en la ¨²ltima d¨¦cada solo se ha intensificado. El soci¨®logo Rodrigo Ganter, autor de Narcocultura y signos de transfronterizaci¨®n en Santiago de Chile (2016), destaca que en el ¨²ltimo tiempo, lo narco ¡°no s¨®lo desborda las fronteras entre pa¨ªses, sino que desborda los aspectos estrictamente econ¨®micos, criminales o de subsistencia y movilidad social para ciertos segmentos precarizados, transform¨¢ndose en un signo que organiza los gustos, las est¨¦ticas, los referentes y las aspiraciones de ciertos segmentos sociales¡±.
Pilar Lizana, especialista en seguridad del centro de investigaci¨®n Athena Lab, explica que los referentes de los j¨®venes est¨¢n siendo personas como Ina porque retratan el mundo del poder y la plata f¨¢cil, del coche de lujo robado, de las armas de fuego. ¡°Algo est¨¢ fallando en el Estado de Chile que hace que los j¨®venes vean m¨¢s oportunidades ah¨ª. El Estado de derecho ha retrocedido mucho en algunas zonas, como en el sur, con el terrorismo rural, o en el norte, con las tomas de terreno en Alto Hospicio. Ese d¨¦ficit de soberan¨ªa, esa p¨¦rdida de terreno, la est¨¢ ganando el crimen, y ejerce ah¨ª su control¡±, a?ade. La investigadora apunta que Chile ha discutido mucho el papel de los extranjeros en el crimen, como el Tren de Aragua, pero que el caso de Ina recuerda que tambi¨¦n hay l¨ªderes narco chilenos ¡°y cada vez van a surgir m¨¢s, incluidas mujeres¡±. ¡°El hecho de que ella apareciera bailando reguet¨®n urbano desde la c¨¢rcel, con sus joyas, te muestra el poder que tiene sobre las instituciones del Estado¡±, explica Lizana.
?C¨®mo es que la influencer pod¨ªa subir frecuentemente sus v¨ªdeos desde el Centro Penitenciario Femenino (CPF) del municipio de San Miguel, en la capital chilena? El alto n¨²mero de tel¨¦fonos al interior de las c¨¢rceles es un problema que Chile arrastra desde hace a?os. Gendarmer¨ªa ha incautado 24.713 tel¨¦fonos m¨®viles en lo que va del a?o, en una poblaci¨®n de unos 49.000 presos. Cuando sucede un caso como el de Ina, donde la informaci¨®n de que posee un m¨®vil es abierta, se realizan operativos dentro de las prisiones. Pero cuando la persona en cuesti¨®n es l¨ªder de una banda, opera de tal forma que nunca queda expuesta a ser la poseedora del m¨®vil y solo se arriesga alguien de menor nivel dentro de la estructura. Adem¨¢s, en c¨¢rceles donde se comparte la habitaci¨®n entre 15 y 20 personas, pueden esconder el tel¨¦fono en cualquier sitio y los gendarmes no tienen c¨®mo probar que es del preso en cuesti¨®n.
Sobre el fen¨®meno de la narco reina ¨Ccomo la bautizaron los medios en Chile¨C, Pablo Carvacho, director de Investigaci¨®n y Desarrollo del Centro Justicia y Sociedad, lo achaca en gran parte a la explosi¨®n de las redes sociales y el que en la pandemia muchas cosas que era propias del mundo real se trasladaron al ¨¢rea digital, ¡°entre otras, la delincuencia¡±. ¡°El espacio digital tambi¨¦n es un espacio donde el narco tiene que ir a buscar mercado, captar m¨¢s p¨²blico que est¨¦ disponible a comprar lo que quieren vender. No es solo una representaci¨®n cultural de la delincuencia. Hay una funcionalidad que opera detr¨¢s de eso¡±, se?ala el profesor del Instituto de Sociolog¨ªa de la Universidad Cat¨®lica de Chile.
Carvacho abre el debate a si era Ina tan poderosa como se mostraba o cre¨® un personaje para las redes sociales que los medios de comunicaci¨®n amplificaron. ¡°Lo novedosos es¡±, apunta, ¡°que todo est¨¦ registrado. La vida y muerte de esta joven. La rapidez con que se difundi¨®. La diferencia es que el p¨²blico general est¨¢ expuesto a esta informaci¨®n de la manera m¨¢s gr¨¢fica posible, como nunca antes. En alg¨²n punto estamos creyendo ver cosas nuevas que antes no conoc¨ªamos¡±.
La democristiana Claudia Pizarro, alcaldesa de La Pintana, la primera autoridad comunal en denunciar a la narcocultura, y que tiene protecci¨®n policial por amenazas de muerte asociadas a sus acusaciones, pone el foco en que Ina ten¨ªa un ni?o de 10 a?os. ¡°En La Pintana tenemos la mayor tasa de maternidad adolescente. Yo creo que es porque necesitan un proyecto de vida, ser importante para alguien, pertenecer a alguien. Ahora estamos trabajando por tener un Centro de Formaci¨®n T¨¦cnica, que es m¨¢s corto que la universidad, para que nuestros j¨®venes puedan ver ah¨ª instalado su camino, construido en su municipio¡± (el m¨¢s pobre de Santiago). ¡°?Hay alguna universidad o un centro de formaci¨®n t¨¦cnica en Pe?aflor?¡±, se pregunta, en alusi¨®n al barrio donde viv¨ªa la joven asesinada, antiguamente una zona campesina pero hoy afectada por la criminalidad, como muchas de las rurales que bordean la capital.
¡°Sabemos que la narcocultura es un camino m¨¢s f¨¢cil, pero van a terminar en la c¨¢rcel o muertos. Me da mucha pena que como Estado no lleguemos a tiempo, no les brindemos oportunidades¡±, lamenta Pizarro. En su Administraci¨®n, explica, ha priorizado invertir m¨¢s en deporte y cultura que en pavimentar las calles, por ejemplo. ¡°Me lo critican, porque el hoyo tapado se ve de inmediato. Pero un profesor de nataci¨®n, un monitor de voleibol, una obra de teatro, puede transformar la vida de nuestros ni?os y j¨®venes¡±, dice convencida a la salida de un campeonato de los Juegos Panamericanos, que se est¨¢n celebrando en Chile. La sede del rugby, por ejemplo, es el Estadio Municipal de La Pintana.
En medio del campeonato deportivo, est¨¢ previsto que el funeral de Ina, calificado de riesgo extremo por las autoridades, se celebre en Pe?aflor, bajo un despliegue del servicio de Control y Orden P¨²blico (COP), unidad de fuerzas especiales de Carabineros. Los narcofunerales son una pr¨¢ctica que ha ido en aumento en el pa¨ªs sudamericano¨Dse calcula que han ocurrido m¨¢s de 1.700 en los ¨²ltimos cuatro a?os¨D. Se llevan a cabo tanto en el barrio donde viv¨ªa el delincuente fallecido como al interior de los cementerios durante tres d¨ªas. A finales de septiembre, el presidente Gabriel Boric envi¨® un proyecto de ley al Congreso para limitar tanto el tiempo como el lugar donde se celebren los funerales de alto riesgo, que trastocan la vida de los barrios y ponen en peligro a su gente.