El partido ¨²nico del Frente Amplio: ?populismo progresista o socialdemocracia recargada?
Por primera vez, nuevas y viejas izquierdas coinciden en un nuevo punto de partida, documento contra documento lo que deber¨¢ irradiar hacia la sociedad en tiempos que superar¨¢n el calendario electoral
Desde hace ya varias semanas, los tres partidos que conforman el Frente Amplio (Convergencia Social, Revoluci¨®n Democr¨¢tica y Comunes), adem¨¢s de uno que otro movimiento o plataforma de escasa envergadura, han iniciado un original proceso de convergencia cuyo destino es fundar un nuevo partido. Se trata de un proceso original en Chile ya que, sin mediar amenazas inmediatas de extinci¨®n de cada uno de esos partidos, esas tres fuerzas se proponen desembocar ...
Desde hace ya varias semanas, los tres partidos que conforman el Frente Amplio (Convergencia Social, Revoluci¨®n Democr¨¢tica y Comunes), adem¨¢s de uno que otro movimiento o plataforma de escasa envergadura, han iniciado un original proceso de convergencia cuyo destino es fundar un nuevo partido. Se trata de un proceso original en Chile ya que, sin mediar amenazas inmediatas de extinci¨®n de cada uno de esos partidos, esas tres fuerzas se proponen desembocar en un solo y nuevo partido (que suponemos conservar¨¢ el mismo nombre de la alianza que conformaron por varios a?os).
El tema es de relevancia electoral, ya que se dejan atr¨¢s las dificultades para conformar listas y maximizar las chances de ser electos en sistemas con magnitudes distritales moderadas de cara a las pr¨®ximas elecciones locales de octubre del pr¨®ximo a?o. En efecto, si ya es una necesidad establecer alianzas con otros partidos para aspirar a alg¨²n esca?o, no es lo mismo lograrlo entre muchos socios que entre menos socios, con todos los efectos de reducci¨®n de la dispersi¨®n que eso produce. Dicho en simple: tanto las negociaciones como los rendimientos electorales son muy distintos (en complejidad y ¨¦xito) cuando son menos partidos los que deben negociar cupos acotados de candidatos (sin desconocer que el futuro partido del Frente Amplio engendrar¨¢ tendencias y corrientes internas que alg¨²n impacto tendr¨¢n en las listas de candidatos, pero a partir de una l¨®gica distinta, la de un partido ¨²nico). En tal sentido, la construcci¨®n de este nuevo partido es una gran contribuci¨®n a la reducci¨®n del n¨²mero de partidos en Chile (21 partidos se encuentran representados en la actual C¨¢mara de Diputados de 155 miembros), tal vez el peor rasgo del funcionamiento de la democracia en este pa¨ªs del extremo sur global.
Esta convergencia en una sola fuerza va en serio, y no son pocas las decisiones de funcionamiento organizacional que refuerzan este proceso, especialmente por los exmiembros frenteamplistas del hoy extinto Consejo Constitucional que redact¨® una propuesta de nueva Constituci¨®n que ser¨¢ plebiscitada en el mes de diciembre pr¨®ximo: desde asesores conjuntos para temas espec¨ªficos hasta coordinaciones peri¨®dicas entre consejeros de Revoluci¨®n Democr¨¢tica y Convergencia Social. A esto se suma que estos mismos dos partidos comparten la misma sede, lo que trae consigo rutinas burocr¨¢ticas crecientemente comunes.
Sin embargo, es en el plano pol¨ªtico, doctrinario, organizacional y program¨¢tico en donde surgen varias preguntas de dif¨ªcil respuesta, las que se supone est¨¢n presentes en los ¡°di¨¢logos para la discusi¨®n sobre la unidad¡±. En primer lugar, este proceso de unificaci¨®n en un solo partido debiese responder a la pregunta sobre los aspectos en los que se diferencia con los partidos del bloque denominado Socialismo Democr¨¢tico y, muy especialmente, con el Partido Socialista.
En segundo lugar, parece inevitable preguntarse por la naturaleza organizacional del nuevo partido, sobre lo cual existen modelos para fuerzas de nueva izquierda. ?Se tratar¨¢ m¨¢s de un movimiento que de un partido, un poco a la manera de la Francia Insumisa, una fuerza que su l¨ªder Jean-Luc M¨¦lenchon defin¨ªa no por su verticalidad y tampoco por su horizontalidad, sino por tratarse de un movimiento ¡°gaseoso, es decir cuyos puntos se conectan de manera transversal¡±, en donde la cima se transforma en base y la base deviene en cima? ?Se avanzar¨¢ en una forma de partido de democracia l¨ªquida y crecientemente digital, un poco a la manera de lo que fue el inclasificable Movimiento 5 Estrellas italiano, y no pocos Partidos Pirata? ?O se ensayar¨¢ una f¨®rmula m¨¢s cl¨¢sica de partido, con estructuras territoriales y militantes?
Para responder estas preguntas, es preciso tener cierta claridad sobre el espacio social que se busca ocupar, a sabiendas que algunas de sus zonas se encuentran ya ocupadas, a lo menos parcialmente, por los partidos de la vieja izquierda, especialmente comunistas y socialistas, y en mucho menor medida por el Partido por la Democracia, el Partido Liberal (especialmente en el norte de Chile) y los radicales. Nancy Fraser, una destacada intelectual estadounidense de izquierdas ha abogado, para el pa¨ªs del t¨ªo Sam, por un populismo progresista como candidato para conformar un nuevo bloque contra-hegem¨®nico que bien podr¨ªa no ser ¡°un estable punto final¡±, sino una estaci¨®n de tr¨¢nsito hacia ¡°alguna nueva forma de sociedad postcapitalista¡± (Nancy Fraser, The Old is Dying and the New Cannot Be Born). ?Hasta qu¨¦ punto su reflexi¨®n es exportable a pa¨ªses como Chile?
A decir verdad, la pregunta por la forma del nuevo partido del Frente Amplio se plantea con particular intensidad a ese conjunto de fuerzas de nueva izquierda, y en mucho menor medida a los partidos Socialista y Comunista, muy antiguos, con culturas pol¨ªticas densas y rutinas organizacionales afianzadas. Sin embargo, es a todas las izquierdas que se plantea la pregunta por la composici¨®n de un eventual nuevo bloque hegem¨®nico. Al respecto, Fraser (como muchos otros intelectuales) no tiene dudas en afirmar el car¨¢cter limitado y ¡°contraproducente¡± (sic) de abordar el ¡°racismo, el sexismo, la homofobia, la islamofobia y la transfobia¡± mediante la ¡°condescendencia moralizante¡± de lo que fue el progresismo neoliberal.
M¨¢s all¨¢ de que la islamofobia no haga sentido en Chile, s¨ª tienen importancia esos otros males referidos a grupos dominados y humillados por d¨¦cadas y eventualmente siglos: lo esencial es que dejen de ser abordados predominantemente desde el particularismo inescalable de las pol¨ªticas de la identidad (identity politics), para lo cual se necesita volver a pensar en t¨¦rminos universales. De ser as¨ª, de reconocer la centralidad de las l¨®gicas capitalistas y neoliberales, tanto econ¨®micas como culturales que subyacen al car¨¢cter explotado de distintos grupos minoritarios, entonces bien podr¨ªa encontrarse all¨ª la llave para resolver la multiplicidad de almas que conforman a izquierdas fragmentadas, de lo cual Chile es un ejemplo.
La reflexi¨®n que est¨¢n iniciando las tres fuerzas que conformar¨¢n el nuevo partido del Frente Amplio coincide con el ejercicio de actualizaci¨®n del proyecto pol¨ªtico del Socialismo Democr¨¢tico que tambi¨¦n est¨¢ debutando, tras la conclusi¨®n del Congreso del Partido Socialista. Lo interesante es que, por primera vez, nuevas y viejas izquierdas coinciden en un nuevo punto de partida, documento contra documento, texto contra texto, lo que deber¨¢ irradiar hacia la sociedad en tiempos que, probablemente, superar¨¢n las fechas del calendario electoral.