Chile y el realismo m¨¢gico constituyente
Siempre dije que la Constituci¨®n no arreglar¨ªa los problemas que reventaron en octubre, ya que estos se resuelven con pol¨ªticas p¨²blicas, que ha sido mi trabajo en los ¨²ltimos 30 a?os
Latinoam¨¦rica es un continente golpeado por la violencia, el populismo y la corrupci¨®n de sus instituciones y parte de esta decadencia se explica por el uso distorsionado de la Constituci¨®n, para refundar pa¨ªses, resolver problemas sociales o prometer derechos que nunca se cumplen.
Chile estaba ajeno a esta realidad, hasta que la izquierda que nos gobierna logr¨® vender la idea de cambiar la Constituci¨®n durante el ...
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Latinoam¨¦rica es un continente golpeado por la violencia, el populismo y la corrupci¨®n de sus instituciones y parte de esta decadencia se explica por el uso distorsionado de la Constituci¨®n, para refundar pa¨ªses, resolver problemas sociales o prometer derechos que nunca se cumplen.
Chile estaba ajeno a esta realidad, hasta que la izquierda que nos gobierna logr¨® vender la idea de cambiar la Constituci¨®n durante el estallido social de octubre de 2019. En realidad, se lo exigi¨® al expresidente Sebasti¨¢n Pi?era a cambio de tener paz. Pi?era cedi¨® y el 15 de noviembre de 2019 firm¨® un acuerdo para redactar la Nueva Constituci¨®n. Pero la paz nunca lleg¨® y la inestabilidad pol¨ªtica se agrav¨® cuando los partidos de izquierda que firmaron el acuerdo, intentaron sacar a Pi?era de La Moneda mediante una acusaci¨®n constitucional. Solo la pandemia apag¨® la violencia de las calles y permiti¨® que expresidente terminara su mandato.
La izquierda plasm¨® en su Constituci¨®n todos los vicios del realismo m¨¢gico latinoamericano. Propuso eliminar el Senado, refundar instituciones, dividir el pa¨ªs en ¡°13 naciones¡± y como dulce para atraer el voto, prometi¨® m¨¢s de 100 derechos sociales que inclu¨ªan acceso a viviendas dignas, salud, educaci¨®n, ocio e incluso, disfrute pleno de la sexualidad.
Pero el pueblo chileno no se trag¨® el embuste. El 4 de septiembre de 2022, rechaz¨® el texto con un masivo 62%, lo que daba por cerrado el proceso constitucional. Sin embargo, la centroderecha que gobern¨® con el presidente Pi?era en la coalici¨®n Chile Vamos se tent¨® con el realismo m¨¢gico. Pocos d¨ªas despu¨¦s del plebiscito se acerc¨® al Partido Comunista y el Frente Amplio ¡ªlos mismos que trataron de botar su Gobierno¡ª para negociar un segundo proceso constituyente. Ocho personas se encerraron por 100 d¨ªas y acordaron un cronograma, pero a diferencia del primer proceso, no incluyeron un plebiscito para preguntarle a los chilenos si quer¨ªamos seguir discutiendo una Constituci¨®n.
El acuerdo de la derecha con la izquierda contemplaba dos elecciones: una para escoger a los consejeros que redactar¨ªan la Nueva Constituci¨®n y otra para someterla a plebiscito el 17 de diciembre de 2023. El Partido Republicano, asociado a la derecha conservadora, rechaz¨® el acuerdo y dijo que Constituci¨®n no resolver¨ªa ninguna urgencia social. La respuesta de Chile Vamos fue tacharlos extremos o ¡°ultras¡±, y en esa campa?a de denostaci¨®n, se sumaron los grupos empresariales y sus centros de estudio afines.
Pero como ocurre con la ¨¦lite chilena, la respuesta de los votantes fue exactamente la contraria. El Partido Republicano arras¨®. Sac¨® 3,5 millones de votos y eligi¨® al 43% de los consejeros. Los partidos de Chile Vamos tuvieron una derrota estrepitosa, pero no acusaron recibo y tendieron puentes con el Partido Republicano para convencerlos de seguir con el proceso constituyente. El embrujo del realismo m¨¢gico fue atrapando a los l¨ªderes de la derecha conservadora. Hacer otra Constituci¨®n no era tan mala idea, si la pueden escribir ellos, y plasmar ah¨ª un Chile Nuevo. Su entusiasmo inicial se transform¨® en devoci¨®n. Ahora los republicanos no solo dicen que la Constituci¨®n es clave, sino que prometen que de aprobarse se eliminar¨¢ la corrupci¨®n, bajaran los precios de los alimentos y la econom¨ªa se recuperar¨¢.
A diferencia de estos pol¨ªticos, yo nunca cambi¨¦ de posici¨®n. Siempre dije que la Constituci¨®n no arreglar¨ªa los problemas que reventaron en octubre, ya que estos se resuelven con pol¨ªticas p¨²blicas, que ha sido mi trabajo en los ¨²ltimos 30 a?os. Por esta raz¨®n rechac¨¦ la tesis de poner todas las fichas en este proceso y desde el estallido he publicado 12 reportes con diagn¨®sticos y propuestas para resolver las urgencias sociales que reventaron en octubre.
En el primer proceso constituyente, Chile Vamos estuvo de acuerdo con mi diagn¨®stico y me invitaron a ser vocero de la campa?a para rechazar el texto escrito por la izquierda. Luego que ganamos, mi relaci¨®n se cort¨® cuando critiqu¨¦ el acuerdo inconsulto para iniciar el segundo proceso. Me tacharon de republicano, hasta que este partido se asoci¨® con Chile Vamos. Eso me puso ¡°a la derecha de Kast¡±, como afirma el investigador del IES Rodrigo P¨¦rez de Arce en una columna publicada en este medio, donde me vincula con barras bravas o intelectuales conservadores que descalifica.
La ¨¦lite chilena ha ca¨ªdo rendida ante el realismo m¨¢gico latinoamericano. Est¨¢ convencida que Chile puede volver a ser el pa¨ªs estrella de Latinoam¨¦rica si se aprueba su Nueva Constituci¨®n. Pero adem¨¢s hay razones pol¨ªticas. Los partidos de la derecha pusieron todo su capital en el resultado del plebiscito, incluyendo el destino de dos candidaturas presidenciales: Evelyn Matthei por Chile Vamos y Jos¨¦ Antonio Kast por el Partido Republicano.
Mientras ocurre esta discusi¨®n metaf¨ªsica, Chile sufre la peor crisis de seguridad nacional de su historia. Hemos sido invadidos por cuatro carteles internacionales de crimen organizado, que han elevado los homicidios un 56% en apenas un a?o, importando delitos brutales como el sicariato o el secuestro. El terrorismo de la zona sur se extendi¨® de dos a cuatro regiones, y la poblaci¨®n que vive en barrios controlados por el narcotr¨¢fico se duplic¨® entre 2009 y 2023. En materia social los datos son a¨²n peores. Unos 50 mil ni?os desertaron del sistema escolar, dos millones de enfermos est¨¢n en las listas de espera de los hospitales y el d¨¦ficit de viviendas alcanz¨® la cifra m¨¢s alta en los ¨²ltimos 30 a?os.
Si los chilenos piensan que estos problemas se pueden arreglar por decreto, la Nueva Constituci¨®n debiera aprobarse el 17 de diciembre. Pero si apelan al sentido com¨²n y se dan cuenta del embuste, estaremos ante una segunda derrota, que dejar¨¢ a toda la clase pol¨ªtica en el suelo, incluyendo a sus intelectuales de cabecera. Esto podr¨ªa explicar la virulencia de algunos columnistas con todos los que votaremos en contra de esta Constituci¨®n que nadie pidi¨® y que no resolver¨¢ ning¨²n problema social concreto.