Epidemiolog¨ªa digital
Las aplicaciones m¨®viles de rastreo no han superado ning¨²n ensayo cl¨ªnico
?Habr¨ªa usado Pasteur el rastreo digital para trazar la evoluci¨®n de una epidemia? Yo apuesto a que s¨ª. Cuando uno tiene claro que la causa de muchas enfermedades son los microbios y que detallar sus movimientos puede salvar muchas vidas, utilizar¨¢ cualquier medio a su alcance para detener al agente infeccioso, aun si su legalidad est¨¢ un poco verde o incluso tirando a marr¨®n, como es el caso de ...
?Habr¨ªa usado Pasteur el rastreo digital para trazar la evoluci¨®n de una epidemia? Yo apuesto a que s¨ª. Cuando uno tiene claro que la causa de muchas enfermedades son los microbios y que detallar sus movimientos puede salvar muchas vidas, utilizar¨¢ cualquier medio a su alcance para detener al agente infeccioso, aun si su legalidad est¨¢ un poco verde o incluso tirando a marr¨®n, como es el caso de las aplicaciones m¨®viles actuales para cartografiar los contactos de los contagiados de coronavirus, identificarlos y recluirlos. El pobre Pasteur no pudo conocer, ni siquiera imaginar, esos recursos tecnol¨®gicos que ahora tenemos contra una pandemia, pero sus herederos tardaron muy poco en incorporarlos en el mismo microsegundo en que afloraron a la existencia.
La epidemiolog¨ªa digital no entr¨® en juego hasta los noventa, justo cuando la tecnolog¨ªa lo permiti¨®, y curiosamente empez¨® como una met¨¢fora. Una nueva clase de cient¨ªficos que empez¨® a explorar el tesoro de datos que contienen las redes sobre la gente, sus movimientos y sus tendencias se dio cuenta enseguida de que la informaci¨®n se propaga con principios similares a los que utiliza un agente infeccioso y empezaron a hablar de epidemiolog¨ªa digital sin haber visto un virus en su vida, utilizando ese t¨¦rmino para describir la difusi¨®n de las noticias en los medios digitales, los blogs, los foros y las secciones de preguntas y respuestas de las webs. Pero la met¨¢fora se hizo carne. Los sistemas de rastreo digital se emplearon en la epidemia de c¨®lera de Hait¨ª de 2010 y en el brote de ¨¦bola de 2014, y de ah¨ª a nuestro perplejo presente.
La covid-19 est¨¢ haciendo estallar el campo de la epidemiolog¨ªa digital, que se est¨¢ utilizando en Corea del Sur, Indonesia, Bar¨¦in, Bulgaria y cada vez m¨¢s pa¨ªses para rastrear los contactos de los contagiados y aislarlos. Michelle Mello y Jason Wang, de la facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, exploran en Science las preocupaciones ¨¦ticas que suscita ese enfoque. La confianza en esos m¨¦todos est¨¢ seguramente muy sesgada entre las capas socioecon¨®micas, de modo que los datos de los m¨¢s desfavorecidos estar¨¢n mal representados. El derecho a la privacidad preocupa a mucha gente que no quiere que nadie vea ad¨®nde se dirige. Otros expertos en big data reponen que hay ocasiones en que lo menos ¨¦tico es no usar unos datos que pueden salvar vidas. Pero China puede haber cruzado m¨¢s de una l¨ªnea roja al obligar a los habitantes de 200 ciudades a descargarse una aplicaci¨®n que asigna un ¡°c¨®digo de riesgo¡± a cada persona y seg¨²n eso la deja moverse o no, o moverse hacia aqu¨ª y no hacia all¨¢.
Una epidemiolog¨ªa digital de baja calidad puede llevar a los gestores a decisiones err¨®neas
Las aplicaciones m¨®viles de rastreo, por lo dem¨¢s, son un recurso m¨¦dico que no ha superado ning¨²n ensayo cl¨ªnico, puesto que no se han sometido a ¨¦l. Esto ser¨ªa implanteable con un nuevo f¨¢rmaco. Una epidemiolog¨ªa digital de baja calidad puede llevar a los gestores a decisiones err¨®neas. La tecnolog¨ªa es un medio, pero de momento somos los humanos quienes ponemos la cabeza.
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