Los cient¨ªficos no paran de equivocarse
Tan importante como invertir dinero es fomentar la cultura y educaci¨®n sobre c¨®mo funciona la ciencia: la ciencia es error que finalmente lleva al conocimiento de la verdad
Hace dos meses escuch¨¢bamos cosas como ¡°hay que invertir en ciencia¡± o ¡°la investigaci¨®n es fundamental para vencer a la pandemia¡±. Pero tambi¨¦n se publicaba que ¡°los datos est¨¢n mal¡±, ¡°ni los cient¨ªficos saben qu¨¦ hacer¡±, ¡°nos est¨¢n enga?ando con los datos¡±,... Lamentablemente, ahora ya hemos llegado a ¡°los cient¨ªficos nos enga?an¡±, incluso con insultos y descalificaciones verti¨¦ndose desde algunas instituciones, fuerzas sociales y medios de comunicaci¨®n que manejan a su antojo, y con desconocimiento, el concepto de ciencia y afirman, irresponsablemente, cosas no probadas.
Con respecto a la ciencia (dejamos aparte c¨®mo deben los pa¨ªses cuidar de la salud de la poblaci¨®n), esta pandemia debe ense?arnos que es fundamental cuidar y promover la cultura y el pensamiento cient¨ªfico, empezando por entender c¨®mo funciona el m¨¦todo cient¨ªfico. M¨¢s del 50% del tiempo de un buen investigador se emplea en ver d¨®nde te has equivocado. El m¨¦todo cient¨ªfico se basa en un esp¨ªritu cr¨ªtico y esc¨¦ptico, pero constructivo y razonado, y la certeza de que lo m¨¢s probable que te puede ocurrir al tomar datos, analizarlos, interpretarlos y exponerlos en p¨²blico es equivocarte. Si lo m¨¢s f¨¢cil es meter la pata, gran parte de nuestro trabajo como cient¨ªficos es idear comprobaciones, test y experimentos que normalmente involucran tomar nuevos datos (adem¨¢s de tiempo y dinero), para detectar los muchos fallos que podemos haber cometido. Y cuando ya no se nos ocurran m¨¢s test y nuestra interpretaci¨®n de los datos haya sobrevivido a todos ellos, podremos decir que quiz¨¢s hemos encontrado un resultado real. Y solo quiz¨¢s porque seguramente cient¨ªficos m¨¢s inteligentes que nosotros y m¨¢s datos probar¨¢n que est¨¢bamos equivocados o no hab¨ªamos captado toda la verdad.
As¨ª suele avanzar la ciencia, solo el error conduce al conocimiento. Con datos que no suelen estar mal ni enga?ar, pero que siempre son limitados y, por tanto, parciales y sesgados, y con la discusi¨®n cr¨ªtica, objetiva y veraz de las bondades, defectos y limitaciones de las teor¨ªas interpretativas, avanzamos en la comprensi¨®n de los problemas. Esto es tr¨¢gico, muy triste e inquietante para disciplinas cient¨ªficas como la medicina. Pero si la ciencia se enfrenta a lo desconocido, un virus nunca visto por ejemplo, a partir de lo conocido, errar es lo normal. La astrof¨ªsica es de las ciencias que m¨¢s falla, porque b¨¢sicamente estamos estudiando la totalidad del universo y hay mucho espacio y tiempo (de hecho, todo el espacio-tiempo) para explorar y equivocarse. Afortunadamente para nosotros, los errores astron¨®micos no conllevan desgracias, sino que muchas veces encierran realidades asombrosas.
La astrof¨ªsica es de las ciencias que m¨¢s falla, porque b¨¢sicamente estamos estudiando la totalidad del universo y hay mucho espacio y tiempo (de hecho, todo el espacio-tiempo) para explorar y equivocarse. Afortunadamente para nosotros, los errores astron¨®micos no conllevan desgracias, sino que muchas veces encierran realidades asombrosas
Hace pocas semanas supimos de un nuevo error de los astrof¨ªsicos. Todo empieza hace 15 a?os con unas im¨¢genes tomadas por el Hubble de la estrella Fomalhaut. Fomalhaut (en ¨¢rabe ¡°boca de ballena¡± o ¡°de pez¡±) era una de las cuatro estrellas de la realeza de los antiguos persas, ya que, debido a su juventud, brilla y destaca en el cielo. Precisamente debido a su corta edad (menos de un d¨¦cimo de la del Sol), todav¨ªa est¨¢ formando un sistema planetario a partir de un disco de gas y polvo que la rodea. Este disco presenta una concentraci¨®n de cometas en ¨®rbitas estables, similar al cintur¨®n de Kuiper, por lo que la imagen de Hubble (cuando tapamos la estrella, demasiado deslumbrante, con un circulito de material en el telescopio) se parece m¨¢s al ojo de Saur¨®n que a un sistema planetario en formaci¨®n.
En este disco las im¨¢genes del Hubble revelaron un peque?o objeto que parec¨ªa ser uno de los primeros planetas fuera del Sistema Solar vistos directamente. Detectar un planeta directamente no es f¨¢cil, normalmente solo se intuye su presencia por efectos en el movimiento o brillo de su estrella. Siendo de los primeros, fue incluso bautizado con un nombre, Dagon, una deidad sem¨ªtica, mitad hombre mitad pez. El Hubble tom¨® dos im¨¢genes en el ¨®ptico (la zona del espectro que ven nuestros ojos) que parec¨ªan indicar que se trataba de un planeta similar a J¨²piter, masivo y fr¨ªo, por debajo de -100 ?C. Con esas caracter¨ªsticas, Dagon deb¨ªa emitir la mayor parte de su energ¨ªa y ser brillante en el infrarrojo. Pero inesperadamente ning¨²n telescopio infrarrojo terrestre o espacial fue capaz de detectarlo.
Claramente la teor¨ªa no era correcta: no era un planeta como J¨²piter, deb¨ªa ser menos masivo y tenue. Pero esa afirmaci¨®n ha resultado ser de nuevo err¨®nea. En febrero de este a?o se analizaron m¨¢s datos tomados por Hubble desde 2004 a 2014. Y lo que se encontr¨® fue que el planeta se esfum¨® y se convirti¨® en una nube de polvo que se volv¨ªa m¨¢s d¨¦bil y extensa con el tiempo y que estar¨ªa alej¨¢ndose del disco protoplanetario.
Lo que se encontr¨® fue que el planeta se esfum¨® y se convirti¨® en una nube de polvo que se volv¨ªa m¨¢s d¨¦bil y extensa con el tiempo y que estar¨ªa alej¨¢ndose del disco protoplanetario
La nueva interpretaci¨®n es que lo que hemos visto todos estos a?os no es un planeta joviano, ni m¨¢s peque?o, en realidad es un choque que hizo a?icos dos grandes asteroides (que llamamos planetesimales), cada uno de un tama?o de pocos centenares de kil¨®metros, y con velocidades de unos 1000 km/h. Los choques (no destructivos como este) creemos que son la base de la formaci¨®n de sistemas planetarios como el nuestro, que se ensamblan en unos cuantos millones de a?os por agregaci¨®n de gas, asteroides y cometas para formar objetos m¨¢s grandes, los planetesimales, que a su vez se unen para dar lugar a planetas.
El descubrimiento es espectacular y muy relevante. Pero hay algo que huele a pescado podrido (nunca mejor dicho por el nombre de la estrella): un choque tan intenso como ese en un disco protoplanetario como el de Fomalhaut se debe producir una vez cada varios cientos de miles de a?os. ?Es posible que hayamos tenido tanta suerte para haber pillado uno por primera vez? Uhmmm, espero que no nos lea uno de los autores de ese art¨ªculo, que fue el jefe de uno de nosotros hace 2 d¨¦cadas, pero hay que ser esc¨¦ptico, a¨²n no entendemos bien qu¨¦ pasa en el disco de Fomalhaut (puede haber planetas migrantes). La soluci¨®n es tomar m¨¢s datos. Costar¨¢ tiempo, dinero, paciencia (la base de la ciencia, se suele decir) e imaginaci¨®n, pero el conocimiento nos espera.
Pablo G. P¨¦rez Gonz¨¢lez es investigador del Centro de Astrobiolog¨ªa, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas y del Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial (CAB/CSIC-INTA).
Patricia S¨¢nchez Bl¨¢zquez es profesora titular en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Vac¨ªo C¨®smico es una secci¨®n en la que se presenta nuestro conocimiento sobre el universo de una forma cualitativa y cuantitativa. Se pretende explicar la importancia de entender el cosmos no solo desde el punto de vista cient¨ªfico sino tambi¨¦n filos¨®fico, social y econ¨®mico. El nombre "vac¨ªo c¨®smico" hace referencia al hecho de que el universo es y est¨¢, en su mayor parte, vac¨ªo, con menos de 1 ¨¢tomo por metro c¨²bico, a pesar de que en nuestro entorno, parad¨®jicamente, hay quintillones de ¨¢tomos por metro c¨²bico, lo que invita a una reflexi¨®n sobre nuestra existencia y la presencia de vida en el universo.
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