¡°Los cient¨ªficos hab¨ªan dicho a los pol¨ªticos hace mucho tiempo que esto iba a pasar¡±
Carlos Moedas, comisario europeo de Investigaci¨®n, Ciencia e Innovaci¨®n hasta 2019, considera que Europa tiene una oportunidad para volver a ser el centro cient¨ªfico del mundo
Carlos Moedas (Beja, Portugal, 1970) ve en la diversidad el ingrediente fundamental de la innovaci¨®n. Y ha predicado con el ejemplo. Entre 2014 y 2019 fue comisario europeo de Investigaci¨®n, Ciencia e Innovaci¨®n y tuvo entre sus asesores a Mariana Mazzucato, una profesora del University College de Londres con la que introdujo la idea de fomentar la innovaci¨®n en Europa en torno a misiones, objetivos inspiradores, como reducir la demencia en un 50% o eliminar los pl¨¢sticos de los oc¨¦anos, que sirvan para ilusionar y aglutinar esfuerzos de distintos sectores en pos de grandes objetivos cient¨ªfic...
Carlos Moedas (Beja, Portugal, 1970) ve en la diversidad el ingrediente fundamental de la innovaci¨®n. Y ha predicado con el ejemplo. Entre 2014 y 2019 fue comisario europeo de Investigaci¨®n, Ciencia e Innovaci¨®n y tuvo entre sus asesores a Mariana Mazzucato, una profesora del University College de Londres con la que introdujo la idea de fomentar la innovaci¨®n en Europa en torno a misiones, objetivos inspiradores, como reducir la demencia en un 50% o eliminar los pl¨¢sticos de los oc¨¦anos, que sirvan para ilusionar y aglutinar esfuerzos de distintos sectores en pos de grandes objetivos cient¨ªficos y tecnol¨®gicos. Mazzucato es conocida tambi¨¦n por sus cr¨ªticas a los sueldos de los directivos de banca, que seg¨²n ella acaparan beneficios que no les corresponden. Moedas trabaj¨® en banca de inversi¨®n en Goldman Sachs despu¨¦s de graduarse en Harvard. ¡°Fui banquero, me va a perseguir siempre¡±, sonr¨ªe, y defiende la funci¨®n de la banca en la econom¨ªa. ¡°Mi amiga Mariana y yo no tenemos que estar siempre de acuerdo en todo¡±, afirma.
Tras dejar Bruselas, trabaja en Lisboa como administrador de la Fundaci¨®n Calouste Gulbenkian desde donde sigue impulsando programas para fomentar la sostenibilidad, el conocimiento y la cohesi¨®n social. Este mi¨¦rcoles 17 de junio, en un evento virtual, participar¨¢ en el acto de presentaci¨®n del informe anual de la Asociaci¨®n Espa?ola de Bioempresas (AseBio).
Pregunta. Hay mucha gente que puede tener la sensaci¨®n de que los expertos han cambiado de criterio respecto al coronavirus a lo largo de la crisis o que no supieron preverla con antelaci¨®n. Ahora, se pone la esperanza en que una vacuna llegue en meses aunque finalmente podr¨ªa tardar a?os. ?C¨®mo cree que va a salir parada la ciencia de esta crisis?
Respuesta. Los cient¨ªficos hab¨ªan dicho a los pol¨ªticos hace mucho tiempo que esto iba a pasar. En 2014, cuando empec¨¦ en la Comisi¨®n, tuvimos la primera crisis del ¨¦bola. CEPI (Coalici¨®n para la Innovaci¨®n y Preparaci¨®n para las Epidemias, por sus siglas en ingl¨¦s), una de las organizaciones que en ese momento nos ayud¨® much¨ªsimo y que hoy es muy conocida, nos dijo que necesitaban al menos 1.000 millones al a?o para conseguir tener las vacunas y los tratamientos necesarios para futuras pandemias. Nosotros en la Comisi¨®n pusimos 200 millones, pero era muy poco.
La gente no cre¨ªa que esto iba a pasar, pero los que sab¨ªan del tema de verdad, gente como Jeremy Farrar [director de Wellcome Trust], lo han dicho al menos desde 2015. Hemos intentado poner dinero, pero los Gobiernos no nos quer¨ªan ayudar. Y con mucha pena miro hacia atr¨¢s y pienso que pod¨ªa haber hecho m¨¢s. Pero es injusto decir que los cient¨ªficos no han avisado, los buenos lo han visto y lo han dicho.
Las ciudades son cada vez m¨¢s diversas y tolerantes, en general, mientras el interior est¨¢ cada vez m¨¢s cerrado
P. ?Pero quiz¨¢ eran advertencias imprecisas, sobre una epidemia indefinida en el futuro y eso hace dif¨ªcil que se tomen decisiones de inversi¨®n importantes?
R. Tambi¨¦n tiene que ver con que los cient¨ªficos tienen un lenguaje muy diferente de los pol¨ªticos. Los pol¨ªticos funcionan con argumentarios de tres puntos y los cient¨ªficos funcionan en iteraciones de iteraciones de una conversaci¨®n y van al detalle. Muchas veces, muchos cient¨ªficos no tienen la capacidad de transmitir de una forma simple y directa sus ideas y eso ha pasado muchas veces en la historia.
Los pol¨ªticos pensaban ¡®esto puede pasar, pero igual no, as¨ª que no voy a invertir ni mi tiempo ni mi capital pol¨ªtico en algo que no s¨¦ si va a suceder¡¯. Por eso es importante que la ciencia no sea solo de los cient¨ªficos. La ciencia tiene que ser de todo el mundo, para que la gente vote pol¨ªticos que tengan esa sensibilidad cient¨ªfica. Eso es lo que he dejado en la Comisi¨®n, la idea de las misiones cient¨ªficas. Cuando John F. Kennedy dijo a los ciudadanos que iba a poner un hombre en la Luna, lo que ha salido de las misiones Apolo es mucho m¨¢s que ir a la Luna, han sido los materiales, las innovaciones que hoy tenemos. La pol¨ªtica necesita tener estas misiones de ciencia muy claras para que la gente lo pida y la democracia funcione, y pida cient¨ªficos que sean tambi¨¦n pol¨ªticos.
P. Pero si miramos las encuestas de percepci¨®n de la ciencia de EE UU, Espa?a o Alemania, el apoyo de la ciudadan¨ªa a la ciencia en Espa?a no es muy distinto al de esos otros dos pa¨ªses donde la inversi¨®n es muy superior.
R. Yo pienso que son decisiones que se toman en un momento y son a largo plazo. Creo que EE UU ha cambiado mucho en los ¨²ltimos 20 a?os. La decisi¨®n que hizo que el centro del mundo cient¨ªfico fuera EE UU se tom¨® en los a?os cuarenta, despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, cuando el Institute of Advanced Studies (IAS) de Princeton recib¨ªa a los grandes cient¨ªficos de Europa, muchos de ellos jud¨ªos o refugiados. En ese momento la elite de la ciencia pas¨® de Europa a EE UU. En el IAS se les daba el dinero y los cient¨ªficos no ten¨ªan m¨¢s directriz que hacer ciencia. Esa libertad ha creado esa potencia cient¨ªfica. Desafortunadamente, lo que ves ahora es el cambio pol¨ªtico de los ¨²ltimos 10 o 20 a?os. Si miras a los a?os cuarenta, cincuenta, la situaci¨®n era otra.
Los pol¨ªticos pensaban ¡°esto puede pasar, pero igual no, as¨ª que no voy a invertir ni mi tiempo ni mi capital pol¨ªtico en algo que no s¨¦ si va a suceder¡±
Ahora hay una oportunidad para Europa. Los cient¨ªficos muy buenos que est¨¢n en China, EE UU o por todo el mundo miran a Europa como el ¨²nico punto donde hoy tienes una protecci¨®n de datos que te habla de la dignidad humana, es el ¨²nico lugar que est¨¢ trabajando en una estrategia de inteligencia artificial centrada en el ser humano. Francia ha lanzado hace dos a?os su estrategia inspirada en Comisi¨®n que se llama AI For Humanity. Hay una oportunidad para ese cambio. Europa siempre ha sido el centro del mundo cuando la ciencia ha estado en el centro.
P. La transformaci¨®n digital ha producido una concentraci¨®n de los recursos, de empresas que con relativamente poco empleados acaparan mercados enormes. ?C¨®mo se puede lograr que el progreso cient¨ªfico y tecnol¨®gico no incremente la desigualdad?
R. En esta crisis veo dos tensiones, una positiva y otra que puede ser negativa. Una tiene que ver con esta fusi¨®n del mundo f¨ªsico y del mundo digital. Es positivo que la educaci¨®n hoy en Oxford o Cambridge permita que las clases en grandes aulas de 300 personas se puedan hacer online y el profesor sea m¨¢s un tutor que est¨¢ con el alumno orientando, ense?ando de una forma diferente. Esto es la parte positiva, la fusi¨®n del mundo f¨ªsico con el digital que nunca ser¨¢ del todo f¨ªsico ni del todo digital.
La tensi¨®n m¨¢s compleja es la que hay entre la libertad y el control. Aqu¨ª veo una oportunidad en Europa. Hay pa¨ªses que est¨¢n utilizando esta crisis para aumentar el control y utilizando el Estado controlador como el centro de sus estrategias. Despu¨¦s, tenemos otros que ven la oportunidad de que sea el ciudadano el que ostente el poder en lugar del Estado. El problema es que el ciudadano para ejercer el poder tiene que entender c¨®mo va a ejercerlo y c¨®mo se puede canalizar ese poder. No todos podemos gobernar un pa¨ªs, tenemos que tener una gobernanza, instituciones para gobernar un pa¨ªs. Pero los Gobiernos van a tener que escuchar mucho m¨¢s a las personas en el d¨ªa a d¨ªa en este mundo digital.
Europa, creo, va a ser un ejemplo porque nos vamos a centrar m¨¢s en el ciudadano que en el Estado. Un ejemplo es el seguimiento de casos de la covid. En China u otros pa¨ªses, el Estado te pone una app y va a ver d¨®nde est¨¢s, qu¨¦ haces, lo que sientes, si tienes fiebre... En Europa no se va a hacer as¨ª y si lo haces ser¨¢ voluntario.
Yuval Harari dec¨ªa el otro d¨ªa que si vamos a pasar de controlar d¨®nde est¨¢s, pero tambi¨¦n lo que sientes, vamos a pasar de un control por encima de la piel a un control dentro de tu piel. Y eso es muy peligroso. Pienso que esa tensi¨®n es peligrosa y en Europa hemos luchado contra los Estados controladores, aunque aqu¨ª tambi¨¦n tengamos algunos. Pero seguramente seamos el ¨²nico lugar del mundo que discute libremente estos temas y quiere una pol¨ªtica y una democracia m¨¢s centrada en la persona y menos en un Estado todopoderoso.
Europa quiere una pol¨ªtica y una democracia m¨¢s centrada en la persona y menos en un Estado todopoderoso
P. En Espa?a en los ¨²ltimos tiempos ha habido una preocupaci¨®n creciente por la despoblaci¨®n de muchas regiones y al mismo tiempo por la concentraci¨®n de oportunidades laborales en las grandes ciudades y el coste creciente de la vivienda. ?Cree que la tecnolog¨ªa puede ayudar a que se distribuya mejor la poblaci¨®n?
R. Por un lado, lo digital te permite no pensar en la geograf¨ªa. En Portugal, durante mucho tiempo, se dec¨ªa ¡°somos un pa¨ªs peque?o¡±, y yo pensaba ¡°con lo digital no eres peque?o¡±. Mira a una empresa espa?ola como Zara, creada en un pueblo, que hoy es una de las mayores empresas del mundo. No estar en Londres o Par¨ªs no significa que no se pueda crear una multinacional y eso es por lo digital. Napole¨®n dec¨ªa que la geograf¨ªa era destino y hoy en d¨ªa no es as¨ª.
Pero hay otro punto, y es que t¨² tienes en las ciudades algo ¨²nico. Las ciudades tienen lo que Michael Polanyi en los a?os cincuenta llamaba el conocimiento t¨¢cito. T¨² tienes conocimiento que puedes transmitir digitalmente, de ceros y unos, que t¨² puedes leer u o¨ªr, pero el ser humano es mucho m¨¢s de lo que dice, lo que escribe o lo que lee, es la experiencia de estar con alguien. Y las ciudades tienen capacidad de tener grupos de personas muy diversas, que es el ingrediente fundamental de la innovaci¨®n. T¨² piensas de una manera, yo de otra, t¨² tienes una religi¨®n, yo tengo otra, t¨² vienes de un pa¨ªs diferente del m¨ªo y eso es la innovaci¨®n. Pero eso t¨² no lo puedes tener ni digitalmente ni leyendo. Tienes que estar trabajando con esa persona, tener esa experiencia y eso lo ofrecen las ciudades.
El gran reto de los pueblos o de las peque?as ciudades es conseguir atraer de cierta forma grupos de personas que tengan esa diversidad para poder innovar, para poder crear. Eso es un reto. Por un lado est¨¢s m¨¢s libre con lo digital, no tienes que estar siempre en Madrid, pero por otro lado, si pasas todo el a?o en tu pueblo de 150 habitantes no es posible innovar. Tienes que experimentar.
Esto explica la polarizaci¨®n que vemos entre las ciudades, donde hay movimientos activistas que quieren m¨¢s diversidad, que est¨¢n en favor de la gente que se case con personas del mismo sexo, que vengan de donde vengan son bienvenidos y al mismo tiempo, en pueblos m¨¢s peque?os, ves una resistencia a la diversidad, cuando esa diversidad es el ingrediente fundamental para el futuro. Y esa polarizaci¨®n me preocupa, porque las ciudades son cada vez m¨¢s diversas y tolerantes en general mientras el interior, la provincia, est¨¢ cada vez m¨¢s cerrada. Tenemos que utilizar el digital para combatir eso, pero no es del todo f¨¢cil.
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