El sarampi¨®n emergi¨® con las primeras grandes ciudades
Una muestra del virus de hace un siglo permite saber cu¨¢ndo salt¨® el pat¨®geno de las vacas a los humanos
Los pulmones de una ni?a de dos a?os conservados en formol (formaldeh¨ªdo) desde hace un siglo han permitido reconstruir la historia del sarampi¨®n. La enfermedad lleva ceb¨¢ndose con los ni?os desde hace al menos 2.500 a?os. Fue entonces cuando, seg¨²n el estudio del pat¨®geno alojado en la peque?a, el virus salt¨® de las vacas a los humanos. La divergencia coincidi¨® con el surgimiento de las primeras grandes ciudades humanas que facilitaron la propagaci¨®n y pervivencia de la enfermedad.
El sarampi¨®n est¨¢ provocado por un virus del g¨¦nero Morbillivirus, el mismo al que pertenecen los ...
Los pulmones de una ni?a de dos a?os conservados en formol (formaldeh¨ªdo) desde hace un siglo han permitido reconstruir la historia del sarampi¨®n. La enfermedad lleva ceb¨¢ndose con los ni?os desde hace al menos 2.500 a?os. Fue entonces cuando, seg¨²n el estudio del pat¨®geno alojado en la peque?a, el virus salt¨® de las vacas a los humanos. La divergencia coincidi¨® con el surgimiento de las primeras grandes ciudades humanas que facilitaron la propagaci¨®n y pervivencia de la enfermedad.
El sarampi¨®n est¨¢ provocado por un virus del g¨¦nero Morbillivirus, el mismo al que pertenecen los del moquillo o la peste bovina. Hasta el desarrollo de la vacuna en los a?os 60, mataba a varios millones de ni?os, en su mayor¨ªa en su primer a?o de vida. A¨²n hoy, m¨¢s de 100.000 peque?os mueren al a?o, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Las primeras referencias fiables a las manchitas rojas (exantema) caracter¨ªsticas del sarampi¨®n (y otras enfermedades) las hizo el m¨¦dico persa Rhazes en el siglo X y algunos estudios gen¨¦ticos apuntan a ese origen medieval.
Sin embargo, la secuenciaci¨®n casi completa del virus que mat¨® a esta ni?a de dos a?os, obliga a remontarse mucho m¨¢s all¨¢. Sus pulmones guardados en un frasco en los s¨®tanos del Museo Charit¨¦ de Historia de la Medicina de Berl¨ªn (Alemania) conservaban la muestra m¨¢s antigua de un virus ARN (¨¢cido ribonucleico) del que se ha podido secuenciar su genoma. A diferencia de lo que sucede con los animales, las plantas o las bacterias, el material gen¨¦tico de estos virus se deteriora muy f¨¢cilmente en el ambiente.
La muestra fue recuperada de una ni?a de dos a?os que muri¨® en 1912 por la enfermedad
Gracias a esta excepci¨®n, un grupo de investigadores ha usado el virus de la ni?a como puntal para dibujar una especie de ¨¢rbol geneal¨®gico del sarampi¨®n. En las distintas ramas fueron colocando m¨¢s de 100 muestras del virus posteriores a 1912, m¨¢s cercanas entre s¨ª cuanta m¨¢s similitud gen¨¦tica. En las exteriores situaron los dos virus gen¨¦ticamente m¨¢s cercanos al sarampi¨®n, ambos de origen bovino (uno, el de la peste bovina ya fue erradicado). Gracias a que organismos similares tienden a evolucionar a un ritmo similar, pudieron remontarse hasta encontrar el punto en que el virus del sarampi¨®n se separ¨® de el de la peste bovina. Seg¨²n han publicado en Science eso debi¨® de suceder en torno al 528 antes de esta era, eso son 1.500 a?os antes de lo que se cre¨ªa.
¡°Para estimar la divergencia entre el virus de la peste bovina y el del sarampi¨®n hemos usado modelos de reloj molecular¡±, dice la investigadora del Instituto Robert Koch (Alemania) y coautora del estudio Ariane D¨¹x. Tras esta idea est¨¢ el hecho de que ¡°los organismos evolucionan a una velocidad m¨¢s o menos constante, como el tic tac de un reloj¡±, compara D¨¹x. Y para saber su ritmo, se comparan genomas de virus de distintas fechas. As¨ª se puede determinar la evoluci¨®n de los distintos organismos y cu¨¢ndo se separaron dos de ellos de un ancestro com¨²n. ¡°El genoma de 1912 nos ayud¨® porque cu¨¢nto m¨¢s separadas [temporalmente] est¨¢n las secuencias que usamos para sincronizar el reloj molecular, mejor es la estimaci¨®n de la tasa evolutiva a largo plazo de un virus¡±, detalla.
Determinar cu¨¢ndo surgi¨® el sarampi¨®n no es una mera curiosidad hist¨®rica. Saber el cu¨¢ndo puede ayudar a entender el c¨®mo o el porqu¨¦. Este estudio retrasa la emergencia de la enfermedad a un tiempo caracterizado por el desarrollo de las primeras grandes ciudades en Asia, como Babilonia, o ?frica del norte, como Alejandr¨ªa o Cartago.
¡°El llamado tama?o cr¨ªtico de la comunidad para el sarampi¨®n oscila entre 250.000 o 500.000¡åAriane D¨¹x, vir¨®loga del Instituto Robert Koch
¡°El sarampi¨®n es altamente contagioso y confiere inmunidad de larga duraci¨®n. Esto implica que se necesita mucha gente para que siempre haya un n¨²mero suficiente de individuos susceptibles entre la poblaci¨®n. El llamado tama?o cr¨ªtico de la comunidad para el sarampi¨®n oscila entre 250.000 o 500.000¡å, explica D¨¹x. Y esa masa cr¨ªtica se alcanz¨® coincidiendo con la divergencia estimada entre el virus de la peste bovina y el que salt¨® a los humanos. ¡°Por supuesto, no podemos asegurar que el sarampi¨®n apareci¨® en los humanos al poco de la divergencia ni si esto est¨¢ relacionado con el cambio demogr¨¢fico, pero es un escenario posible que ya no se puede descartar¡±, dice en una nota el historiador de la Universidad de Oklahoma (EE UU) y coautor del estudio Kyle Harper.
Maria Spyrou, del departamento de arqueogen¨¦tica del Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia Humana (Jena Alemania) destaca la relevancia de hacer arqueolog¨ªa de los pat¨®genos: ¡°Reconstruir genomas de antiguos virus y bacterias es clave para descubrir las relaciones gen¨¦ticas entre enfermedades infecciosas pasadas y del presente. Pueden aportar pruebas sobre si los linajes del pasado han ayudado a la diversidad de los pat¨®genos actuales o si se extinguieron¡±. Spyrou, no relacionada con el estudio del sarampi¨®n, ha investigado el origen y emergencia de otras enfermedades, en particular la peste. Esta, de origen bacteriano, ya castigaba a los humanos hace al menos 5.000 a?os, mucho antes de las grandes ciudades. Pero se propag¨® usando las redes comerciales levantadas por los humanos entre el este y el oeste de Eurasia. Adem¨¢s, como recuerda Spyrou, las pandemias m¨¢s asoladoras tuvieron lugar en la Edad Media, ¡°siendo amplificadas muy probablemente en un contexto de ciudades densamente pobladas¡±.
Para el epidemi¨®logo de la Universidad de Melbourne (Australia) Sebastian Duchenne, ¡°el estudio de D¨¹x et al. [y otros] nos da evidencia directa de una correlaci¨®n entre el crecimiento de centros urbanos, el movimiento de poblaciones urbanas y la aparici¨®n de pandemias¡±. Y lo conecta con la actual crisis del coronavirus: ¡°Es dif¨ªcil imaginar que la pandemia actual creciese tan r¨¢pido, sin el alto tr¨¢nsito entre rutas internacionales y centros urbanos que tenemos hoy en d¨ªa¡±.
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