Una investigaci¨®n desvela los ¡°demoledores¡± efectos a largo plazo de las anfetaminas
Estas sustancias qu¨ªmicas estimulantes alteran el cerebro y afectan a la memoria y al aprendizaje hasta 39 d¨ªas despu¨¦s de consumirlas
¡°Los efectos de las anfetaminas dependen de muchos factores, como el tipo que se consuma o la edad de quien las tome, pero son demoledores, especialmente en la adolescencia. El cerebro no est¨¢ terminado y se altera¡±. Es la advertencia del catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla Antonio Rodr¨ªguez-Moreno, quien ha participado en una investigaci¨®n del Laboratorio de Neurociencia Celular y Plasticidad de esta entidad y del profesor Gonzalo Flores, de la Benem¨¦rita Universidad de Puebla en M¨¦xico. Las conclusiones del estudio, publicado en ...
¡°Los efectos de las anfetaminas dependen de muchos factores, como el tipo que se consuma o la edad de quien las tome, pero son demoledores, especialmente en la adolescencia. El cerebro no est¨¢ terminado y se altera¡±. Es la advertencia del catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla Antonio Rodr¨ªguez-Moreno, quien ha participado en una investigaci¨®n del Laboratorio de Neurociencia Celular y Plasticidad de esta entidad y del profesor Gonzalo Flores, de la Benem¨¦rita Universidad de Puebla en M¨¦xico. Las conclusiones del estudio, publicado en Molecular Psychiatry, del grupo Nature, revelan que los efectos de esta droga (la segunda m¨¢s consumida tras el cannabis, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud) se mantienen a largo plazo (39 d¨ªas durante el experimento) y causan cambios en el hipocampo que generan p¨¦rdida de capacidad de aprendizaje y memorizaci¨®n.
Unos 36 millones de personas en el mundo consumen anfetaminas, seg¨²n refleja el estudio. Aunque los efectos inmediatos, los considerados agudos, se han estudiado mucho, las consecuencias a largo plazo no cuentan con muchas investigaciones. ¡°Parece que se sabe todo, pero no es as¨ª¡±, advierte Rodr¨ªguez-Moreno. Y los resultados del trabajo hispano mexicano lo confirman. Hasta 39 d¨ªas despu¨¦s de la administraci¨®n, se observa muerte neuronal en el hipocampo, la zona del cerebro que regula est¨ªmulos, emociones, aprendizaje y memoria.
La investigaci¨®n se ha realizado desde diferentes campos del an¨¢lisis del cerebro, lo que ha permitido determinar que, adem¨¢s de la reducci¨®n del n¨²mero de neuronas, se produce una alteraci¨®n grave del equilibrio entre oxidaci¨®n y reducci¨®n por la excesiva liberaci¨®n de dopamina, as¨ª como una disminuci¨®n de los niveles de zinc. Este elemento qu¨ªmico se concentra particularmente en las ves¨ªculas de las c¨¦lulas nerviosas y son fundamentales en el proceso de comunicaci¨®n de estas. El estudio tambi¨¦n ha observado una reducci¨®n del n¨²mero de espinas dendr¨ªticas, que ayudan a transmitir las se?ales el¨¦ctricas al cuerpo celular de la neurona.
El consumo de anfetaminas causa alteraciones en la estructura neuronal, en la actividad motora, en el comportamiento y en los procesos cognitivos, de memoria y aprendizaje
El uso de anfetaminas produce de forma inmediata euforia, aumento de la energ¨ªa y falsas sensaciones de lucidez, control y sociabilidad. ¡°Pero nadie es m¨¢s inteligente por tomar drogas y los efectos a largo plazo en el cerebro son muy peligrosos. Es muy importante su estudio¡±, advierte el investigador espa?ol. El consumo de anfetaminas, seg¨²n concluye el trabajo, causa ¡°alteraciones en la estructura neuronal, en la actividad motora, en el comportamiento y en los procesos cognitivos, de memoria y aprendizaje¡±.
El reciente estudio confirma y ampl¨ªa los resultados de otras investigaciones realizadas por Gonzalo Herrad¨®n Gil-Gallardo, profesor de Farmacolog¨ªa de la Universidad CEU San Pablo, que ya detect¨® las alteraciones permanentes que genera el uso de anfetaminas, especialmente durante la adolescencia. El trabajo fue distinguido con el premio ?ngel Herrera a la Mejor Labor de Investigaci¨®n en Ciencias Experimentales y de la Salud. Este trabajo advirti¨® que las secuelas neurol¨®gicas son peores cuando las anfetaminas se comienzan a consumir entre los 14 y los 17 a?os con fines hedonistas, para obtener placer, y asociadas a otras sustancias como el alcohol (lo que se llama policonsumo).
El alcohol, tambi¨¦n
Al igual que la reciente investigaci¨®n sobre anfetaminas, el alcohol tambi¨¦n sigue da?ando el cerebro incluso despu¨¦s de dejar de beber, seg¨²n demostr¨® una investigaci¨®n de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez y el Instituto Central de Salud Mental de la Universidad de Heidelberg (Alemania), coordinada por Santiago Canals, del Instituto de Neurociencias (centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas).
Ese trabajo, publicado en abril de 2019 en JAMA Psychiatry, ya reflejaba que el alcohol habilita rutas de difusi¨®n de sustancias que sin su consumo estar¨ªan limitadas. Un estudio complementario del mismo equipo ha demostrado ahora que lo hace porque modifica la geometr¨ªa de la sustancia gris del cerebro, un mecanismo de adicci¨®n desconocido hasta ahora.
Este trabajo, publicado en Science Advances, seg¨²n una informaci¨®n del CSIC, muestra que las c¨¦lulas del sistema inmune que residen en el cerebro, denominadas microgl¨ªa, se activan con el alcohol y cambian su forma y caracter¨ªsticas bioqu¨ªmicas. ¡°Al encoger sus numerosas prolongaciones, la microgl¨ªa elimina barreras para la difusi¨®n, o lo que es lo mismo, habilita rutas que estaban bloqueadas. El siguiente paso es averiguar si este efecto es producido directamente por la acci¨®n del alcohol sobre la microgl¨ªa o lo hace de forma indirecta a trav¨¦s de intermediarios, como podr¨ªan ser el h¨ªgado o la microbiota intestinal¡±, explica Canals. Este estudio se ha desarrollado en colaboraci¨®n con la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia, la Universidad de Camerino (Italia) y la Universidad Carolina de Praga (Rep¨²blica Checa).