Cada vez es m¨¢s f¨¢cil subir al Everest
La ratio de ¨¦xito se ha doblado desde 1990 y ha bajado la proporci¨®n de los que mueren en el intento
Cada vez es m¨¢s f¨¢cil hacer cumbre en el Everest. Un estudio con los datos de miles de intentos de llegar a la cima desde que Edmund Hillary y Tenzing Norgay lo lograran en 1953 muestra que la ratio de ¨¦xito ha ido subiendo hasta doblarse en los ¨²ltimos a?os. En paralelo, la probabilidad de morir intent¨¢ndolo ha bajado en m¨¢s de un 50%. La tecnolog¨ªa, los avances en meteorolog¨ªa y la masificaci¨®n aparecen entre las posibles explicaciones.
Investigadores estadounidenses han querido ver c¨®mo ha cambiado el perfil de los que suben y logran hacer cima en la monta?a m¨¢s alta del planeta. Ade...
Cada vez es m¨¢s f¨¢cil hacer cumbre en el Everest. Un estudio con los datos de miles de intentos de llegar a la cima desde que Edmund Hillary y Tenzing Norgay lo lograran en 1953 muestra que la ratio de ¨¦xito ha ido subiendo hasta doblarse en los ¨²ltimos a?os. En paralelo, la probabilidad de morir intent¨¢ndolo ha bajado en m¨¢s de un 50%. La tecnolog¨ªa, los avances en meteorolog¨ªa y la masificaci¨®n aparecen entre las posibles explicaciones.
Investigadores estadounidenses han querido ver c¨®mo ha cambiado el perfil de los que suben y logran hacer cima en la monta?a m¨¢s alta del planeta. Adem¨¢s de la curiosidad cient¨ªfica, creen que esos datos pueden servir a los futuros alpinistas a saber a lo que se enfrentan y a las autoridades a gestionar la creciente masificaci¨®n de la escalada. Pero tambi¨¦n ilumina algunos de los cambios m¨¢s profundos vividos por las sociedades humanas en las ¨²ltimas d¨¦cadas, como es su envejecimiento, el avance de la mujer o la comercializaci¨®n de la aventura.
El trabajo, publicado en PLoS ONE, se apoya en los registros de m¨¢s de 5.000 alpinistas en su primer intento de alcanzar la cima. Lo primero que se observa es que los que lo lograron han ido envejeciendo. Entre 1953 y 1989, que se podr¨ªa denominar la era aventurera, el 82% eran menores de 40 a?os y solo un 0,1% mayor de 60. En los ¨²ltimos lustros, los de menos de 40 apenas supon¨ªan la mitad de todos los que encumbraron y ya un 4,6% ten¨ªan m¨¢s de 60 a?os.
Mujeres y hombres tienen la misma probabilidad de tener ¨¦xito en el ascenso
En las primeras d¨¦cadas, el ascenso del Everest era coto casi exclusivo de los hombres, con solo un 4,5% de mujeres que culminaron la aventura. El porcentaje ha ido aumentando hasta ser el 14,6% desde 2006. Pero lo m¨¢s interesante es que hoy mujeres y hombres tienen la misma probabilidad de tener ¨¦xito en la empresa.
El aumento de las probabilidades de ¨¦xito quiz¨¢ sea el dato m¨¢s significativo del estudio. Desde 1990, el porcentaje de los que logran llegar a la cima y regresar al campo base vivos se ha doblado. Mientras que apenas un tercio de los alpinistas que lo intentaron en el periodo 1990-2005 lo lograron, en la pasada d¨¦cada ya fueron dos tercios. En paralelo, el porcentaje de los que mueren en el intento ha bajado del 1,6% al 1%. Por cierto, la mayor¨ªa (el 95%) lo hacen ya en la bajada de la cima.
¡°La clave del ¨¦xito, m¨¢s que la mejora en la tecnolog¨ªa, han sido los avances en las previsiones meteorol¨®gicas¡±, sostiene el presidente de la Real Sociedad Espa?ola de Alpinismo Pe?alara Pedro Nicol¨¢s. ¡°Los equipos han mejorado, puede que hayan rebajado su peso en un 50% y ha subido el nivel t¨¦cnico de los sherpas, pero el viento es el factor m¨¢s limitante¡±, a?ade. De hecho, el grueso de los intentos de ascensi¨®n se concentran en unos pocos d¨ªas de mayo, donde las condiciones son las m¨¢s benignas. De ah¨ª esas concentraciones de 300 y hasta 400 alpinistas subiendo en un mismo d¨ªa.
A Nicol¨¢s le llama la atenci¨®n que esa masificaci¨®n no haya aumentado la ratio de mortalidad. En principio, ralentizan tanto la subida como la bajada, lo que expone durante m¨¢s tiempo a la llamada death zone (zona mortal). ¡°Las aglomeraciones no resultan peligrosas, la huella est¨¢ perfectamente hecha, hay m¨¢s cuerdas y se transmite mayor sensaci¨®n de amparo¡±, apunta.
¡°Lo que muestra esta investigaci¨®n es la industrializaci¨®n del Everest¡±, lamenta el escritor y aventurero Sebasti¨¢n ?lvaro, que dej¨® de ir a la monta?a en los 90 en parte por esa ¡°maquinaria de comercializaci¨®n del ascenso¡±. Los sherpas llenan toda la subida de cuerdas, preparan bien el terreno ¡°y solo despu¨¦s entran los clientes¡±, a?ade ?lvaro, que prepara un libro sobre la demograf¨ªa del ascenso.
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