Lecciones de una pandemia
Ahora sabemos c¨®mo protegernos contra la siguiente crisis. ?Lo haremos?
La pandemia nos plantea tantas urgencias que apenas hemos tenido tiempo de preocuparnos por el futuro. Es un sesgo t¨ªpico: lo urgente nos ciega ante lo importante. Pero lo cierto es que ya sabemos c¨®mo protegernos contra la siguiente crisis v¨ªrica. Por un lado se trata de corregir los numerosos errores que hemos cometido durante la actual, pero eso es solo la parte f¨¢cil. La parte dif¨ªcil es convencer a un pol¨ªtico de que piense m¨¢s all¨¢ de una legislatura vista. La pol¨ªtica actual tiene mucho de manipulaci¨®n psicol¨®gica de masas, y much¨ªsimo de una contabilidad demosc¨®pica dise?ada precisamen...
La pandemia nos plantea tantas urgencias que apenas hemos tenido tiempo de preocuparnos por el futuro. Es un sesgo t¨ªpico: lo urgente nos ciega ante lo importante. Pero lo cierto es que ya sabemos c¨®mo protegernos contra la siguiente crisis v¨ªrica. Por un lado se trata de corregir los numerosos errores que hemos cometido durante la actual, pero eso es solo la parte f¨¢cil. La parte dif¨ªcil es convencer a un pol¨ªtico de que piense m¨¢s all¨¢ de una legislatura vista. La pol¨ªtica actual tiene mucho de manipulaci¨®n psicol¨®gica de masas, y much¨ªsimo de una contabilidad demosc¨®pica dise?ada precisamente para medir sus efectos, en un bucle de retroalimentaci¨®n que genera monstruos. Pero los ciudadanos y las empresas s¨ª est¨¢n interesados en el largo plazo, aunque solo sea para programar su hipoteca o pagar el traspaso de su local comercial, decidir si formar una familia o esperar 10 a?os a que los dioses nos sean propicios. A gestionar la ¨²nica vida que tenemos.
?Qu¨¦ nos ha ense?ado la covid sobre las futuras pandemias? Es una pregunta importante, porque ning¨²n vir¨®logo duda de que vendr¨¢n m¨¢s. Los europeos sabemos ahora que nuestro rechazo a las mascarillas y las medidas de confinamiento era irracional. La excusa favorita de los gestores sanitarios por haber reaccionado tarde a principios de a?o es que en esa fecha las sociedades occidentales no habr¨ªan aceptado unas medidas que consideraban asi¨¢ticas, castrenses y dist¨®picas. Pero esas fueron las medidas que se adoptaron en marzo con una razonable respuesta popular, y los prejuicios no cambian en dos meses. Tambi¨¦n sabemos ahora que las econom¨ªas nacionales tienen que estar preparadas para apoyar a las peque?as empresas obligadas a cerrar y al chorro de gente que pierde su empleo. La ortodoxia econ¨®mica sostiene que no es el momento de subir impuestos, pero ese momento tendr¨¢ que llegar en tiempos de paz, cuando todos se hayan olvidado del SARS-CoV-2.
Necesitamos una ¡°vacuna social¡± contra la pr¨®xima pandemia, una vacuna contra la pobreza, la desigualdad y la desinformaci¨®n
Tambi¨¦n sabemos ahora que es posible desarrollar una vacuna en 10 meses, lo que hace 10 meses habr¨ªa parecido un cuento g¨®tico. Pero la raz¨®n ¨²ltima de ese hito tecnol¨®gico es que los cient¨ªficos llevaban a?os y d¨¦cadas atesorando el conocimiento b¨¢sico necesario. Por eso las vacunas r¨¢pidas se han desarrollado en potencias cient¨ªficas como Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido, un club del que a¨²n no somos parte. El 1,2% del PIB que Espa?a dedica a la investigaci¨®n b¨¢sica y aplicada es una verg¨¹enza para la supuesta cuarta econom¨ªa europea, cuando los pa¨ªses vecinos duplican esa cifra. Tenemos investigadores de primera l¨ªnea, pero necesitamos el doble. Tambi¨¦n debemos revisar la estructura de nuestra industria, porque la deslocalizaci¨®n no ha funcionado bien ni con las humildes mascarillas ni con los medicamentos avanzados.
El fil¨®sofo del CSIC Txetxu Aus¨ªn dice que ¡°la anticipaci¨®n es un deber ¨¦tico¡±, y que necesitamos una ¡°vacuna social¡± contra la pr¨®xima pandemia, una vacuna contra la pobreza, la desigualdad y la desinformaci¨®n que afectan sobre todo a las clases desfavorecidas. Este es el tiro m¨¢s largo de todos, pero tambi¨¦n el m¨¢s importante.
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