El cambio clim¨¢tico tambi¨¦n trastorna a los bosques del norte
Varios estudios muestran c¨®mo se expanden las masas forestales de Europa y Am¨¦rica del Norte al tiempo que aumenta su vulnerabilidad
El cambio clim¨¢tico est¨¢ trastocando los bosques del hemisferio norte. Ya sea en Am¨¦rica o en Eurasia, las masas forestales est¨¢n respondiendo de forma casi alocada al calentamiento. La expansi¨®n hacia latitudes m¨¢s altas debido al aumento de las temperaturas es generalizada y seguir¨¢ hasta finales de siglo. Pero, en paralelo, la mejora t¨¦rmica est¨¢ haciendo m¨¢s vulnerables a los ¨¢rboles a sus enemigos de siempre, el fuego, el viento y las plagas.
En principio, a los ¨¢rboles les viene muy bien unas emisiones d...
El cambio clim¨¢tico est¨¢ trastocando los bosques del hemisferio norte. Ya sea en Am¨¦rica o en Eurasia, las masas forestales est¨¢n respondiendo de forma casi alocada al calentamiento. La expansi¨®n hacia latitudes m¨¢s altas debido al aumento de las temperaturas es generalizada y seguir¨¢ hasta finales de siglo. Pero, en paralelo, la mejora t¨¦rmica est¨¢ haciendo m¨¢s vulnerables a los ¨¢rboles a sus enemigos de siempre, el fuego, el viento y las plagas.
En principio, a los ¨¢rboles les viene muy bien unas emisiones de di¨®xido de carbono (CO?) disparadas para crecer. Por un lado, el calentamiento que generan ampl¨ªan la ¨¦poca y ritmo de crecimiento. Y cuanto m¨¢s CO? en la atm¨®sfera, lo hacen a una mayor tasa. A nivel individual supone un ciclo de vida m¨¢s r¨¢pido. A nivel de bosque concreto, implica su expansi¨®n, aumentando la densidad (m¨¢s unidades por ¨¢rea) o la superficie arbolada. Sin embargo, todo esto depende del tipo de masa forestal. En el mediterr¨¢neo, por ejemplo, por mucho efecto fertilizante del CO?, la escasez de agua lo neutraliza. Y en las regiones m¨¢s septentrionales, lo que manda es la temperatura.
Una investigaci¨®n liderada por cient¨ªficos espa?oles ha analizado la evoluci¨®n de los l¨ªmites de los bosques m¨¢s al norte, los boreales, y los de alta monta?a. Para ello midieron el crecimiento de los anillos de los ¨¢rboles de 37 ubicaciones repartidas por el hemisferio norte (m¨¢s la cordillera de los Andes) desde 1950 y los compararon con la evoluci¨®n clim¨¢tica, en particular temperatura y precipitaciones. ¡°La evoluci¨®n del ancho de los anillos est¨¢ relacionada con la temperatura¡±, explica el investigador del Instituto Pirenaico de Ecolog¨ªa (IPE-CSIC) y coordinador del estudio Jes¨²s Julio Camarero.
La temperatura era el principal factor limitante de la expansi¨®n del bosque hacia el norte, pero el calentamiento lo est¨¢ eliminando
Comprobaron que la pr¨¢ctica totalidad de las 20 especies analizadas hab¨ªan acelerado su crecimiento, en especial desde los a?os 80. Esto coincide con un aumento del calentamiento global. Adem¨¢s, el cambio clim¨¢tico est¨¢ alargando el verano precisamente donde es m¨¢s corto. La ¨¦poca de crecimiento de los bosques en las regiones escandinavas, en el norte Canad¨¢ o en las cordilleras alpinas se limitaba a los meses de junio y julio. Pero no ha dejado de aumentar y estiman que los ¨¢rboles podr¨ªan disfrutar de hasta el doble de tiempo para crecer.
Los autores del trabajo, publicado en Global Change Biology, se apoyan en estos datos para modelar c¨®mo se mover¨¢ el extremo norte de los bosques seg¨²n vayan las emisiones de CO?. En el escenario m¨¢s pesimista, para despu¨¦s de 2050, los cient¨ªficos temen que se supere un umbral en el que el crecimiento y la expansi¨®n forestal se disocien del calentamiento. ¡°En el siglo XXI, los ¨¢rboles podr¨ªan dejar de responder como lo han hecho hasta ahora, dejando de funcionar como term¨®metros¡±, espera Camarero.
Otro fen¨®meno llamativo es el impacto desigual del cambio clim¨¢tico seg¨²n la edad del ¨¢rbol. En Am¨¦rica del Norte acaban de comprobar que los ¨¢rboles del este est¨¢n siendo m¨¢s fecundos, produciendo m¨¢s semillas que los del oeste. La ¨²nica explicaci¨®n que han encontrado es que el calentamiento favorece a los bosques j¨®venes m¨¢s que a los (en t¨¦rminos forestales).
¡°Esto explica la divisi¨®n este-oeste; la mayor¨ªa de los ¨¢rboles en el este son j¨®venes, crecen r¨¢pido y llegan a un tama?o donde aumenta la fecundidad, por lo que cualquier impacto indirecto del clima que estimula su crecimiento tambi¨¦n aumenta la producci¨®n de semillas¡±, explica en una nota el profesor de ciencias ambientales de la Universidad de Duke (EE UU) y coautor del estudio, James S. Clark. ¡°Vemos que ocurre lo contrario con los ¨¢rboles m¨¢s viejos y grandes del oeste. Hay ¨¢rboles peque?os y grandes en ambas regiones, por supuesto, pero difieren lo suficiente en su estructura de tama?os para responder de diferentes maneras¡±, detalla. El problema con esto es que el paisaje forestal de Am¨¦rica del Norte podr¨ªa cambiar de forma radical en el futuro.
La vulnerabilidad forestal a las plagas ha aumentado m¨¢s que otros enemigos tradicionales del bosque, como el fuego o el viento
En Europa, un trabajo reci¨¦n publicado ha estudiado el impacto del cambio clim¨¢tico en la vulnerabilidad del bosque ante los embates de sus tres enemigos de siempre (adem¨¢s de los humanos): fuego, viento y plagas. Apoyados en el uso del sat¨¦lite de los bosques desde los Urales en Rusia hasta Irlanda y bases de datos de los tres tipos de eventos desde 1978, los cient¨ªficos pudieron crear un ¨ªndice de vulnerabilidad de los bosques europeos, entiendo por tal como la fracci¨®n de biomasa forestal que se podr¨ªa perder si se produce una de estas perturbaciones. Despu¨¦s, lo relacionaron con el clima observado en este tiempo.
En t¨¦rminos absolutos, los mayores peligros siguen siendo los incendios y los temporales de viento, pero la exposici¨®n y vulnerabilidad ente las plagas han crecido a un ritmo mayor en estos 40 a?os que las otras dos amenazas. Los autores estiman que casi el 60% de la biomasa forestal europea (que ocupa unos dos millones de kil¨®metros cuadrados, un tercio del suelo europeo) es vulnerable a los golpes de viento, incendios, brotes de insectos o una combinaci¨®n de estos.
¡°Tal aumento de la vulnerabilidad parece impulsado en gran medida por el aumento de la temperatura, que supone el factor dominante en el 91% del ¨¢rea¡±, explica en un correo el investigador del Centro Com¨²n de Investigaci¨®n (JRC) de la Comisi¨®n Europea y principal autor del estudio Giovanni Forzieri. El aumento generalizado de la temperatura por un lado y, por el otro, la influencia del calor en la exposici¨®n a las plagas podr¨ªan explicar la tendencia. El proceso pareci¨® acentuarse en torno al a?o 2000, que se corresponde con una anomal¨ªa t¨¦rmica de hasta 0,5? respecto a la media de 1970 a 1990. ¡°Esto sugiere que, alrededor del a?o 2000, la temperatura alcanz¨® un punto de inflexi¨®n que alter¨® sustancialmente la resistencia de los bosques a los brotes de plagas¡±, detalla Forzieri.
El trabajo, publicado en Nature Communications, tambi¨¦n detect¨® un efecto borde. ¡°Los bosques de climas fr¨ªos de Finlandia, el norte de la Rusia europea y los Alpes y tambi¨¦n en cierta medida los de ambientes c¨¢lidos y ¨¢ridos del interior de la pen¨ªnsula ib¨¦rica emergen como ecosistemas especialmente fr¨¢giles. Se caracterizan por una elevada vulnerabilidad de conjunto y una progresiva intensificaci¨®n debido a los cambios en el clima¡±, concluye el cient¨ªfico del JRC.
¡°Habr¨¢ zonas, como las m¨¢s fr¨ªas, que se van a ver favorecidas por el cambio clim¨¢tico¡± dice el investigador forestal de la Universidad Pablo de Olavide y coautor del primero de los estudios Ra¨²l S¨¢nchez Salguero. Pero en otras regiones, como la cuenca mediterr¨¢nea, se acumular¨¢n las condiciones limitantes. Para ¨¦l, ¡°podr¨¢ haber otros bosques, pero ya no ser¨¢n los que hay ahora¡±.
Puedes escribirnos a miguel@esmateria.com o seguir a MATERIA en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra Newsletter.