La NASA lanza una sonda al enjambre de asteroides troyanos de J¨²piter
¡®Lucy¡¯ analizar¨¢ siete cuerpos celestes que son f¨®siles de la formaci¨®n de los planetas
Se han catalogado alrededor de 10.000 asteroides atrapados por J¨²piter, unos 6.000 denominados griegos y 4.000 troyanos. Estos se consideran f¨®siles geol¨®gicos, fragmentos que pueden aportar respuestas sobre la formaci¨®n de los planetas y del sistema solar. La NASA ha lanzado este s¨¢bado una sonda all¨ª. La ha bauti...
Se han catalogado alrededor de 10.000 asteroides atrapados por J¨²piter, unos 6.000 denominados griegos y 4.000 troyanos. Estos se consideran f¨®siles geol¨®gicos, fragmentos que pueden aportar respuestas sobre la formaci¨®n de los planetas y del sistema solar. La NASA ha lanzado este s¨¢bado una sonda all¨ª. La ha bautizado como Lucy, nombre que por una vez no son siglas; simplemente, un recuerdo de aquel hom¨ªnido cuyos restos fueron descubiertos en Etiop¨ªa en 1974. El esqueleto, fant¨¢sticamente completo, abri¨® nuevas perspectivas al estudio de la evoluci¨®n humana, de la misma forma que se espera que esta misi¨®n lo haga con los or¨ªgenes de nuestro sistema planetario. Se le dio ese nombre porque Lucy in the sky with diamonds, de los Beatles, era la canci¨®n que sonaba en la radio del campamento en el momento del hallazgo.
Lucy visitar¨¢ siete objetivos: seis troyanos y un astroide en el cintur¨®n entre las ¨®rbitas de Marte y J¨²piter. Bueno, ocho si contamos con el reciente descubrimiento de que uno de ellos, Euribates, tiene, a su vez, un diminuto sat¨¦lite conocido como Queta por Enriqueta Basilio, la primera mujer que encendi¨® un pebetero ol¨ªmpico en M¨¦xico durante 1968. El asteroide del cintur¨®n principal que visitar¨¢ la sonda de pasada en su camino hacia J¨²piter es el 52246 Donaldjohanson, bautizado as¨ª precisamente en homenaje al descubridor del peque?o australopiteco. Una coincidencia realmente c¨®smica.
La misi¨®n durar¨¢, en total, 12 a?os. Como Lucy no entrar¨¢ en ¨®rbita alrededor de ning¨²n asteroide, sino que se limitar¨¢ a estudiarlos ¡°de pasada¡±, solo durante una min¨²scula fracci¨®n de ese tiempo podr¨¢ realmente, fotografiar y analizar esos pedruscos flotantes resabio del origen de los planetas.
La distancia entre los dos grupos de asteroides que acompa?an a J¨²piter es enorme: 120 grados en la ¨®rbita de J¨²piter (60 por delante y 60 por detr¨¢s) son 1.500 millones de kil¨®metros. La trayectoria de Lucy no permitir¨¢ visitar ambos enjambres en una sola pasada. Tras explorar los cuatro, volver¨¢ hacia la Tierra para tomar impulso y repetir la trayectoria hacia los ¡°troyanos¡±.
Qu¨¦ son los puntos de Lagrange
Esta trayectoria tiene su explicaci¨®n en los puntos de Lagrange. Entre la Tierra y la Luna existe un punto donde las atracciones de ambos cuerpos se igualan. Cuando se lanza una nave hacia nuestro sat¨¦lite, hasta llegar ah¨ª, todo es cuesta arriba, una lucha continua contra la fuerza de la gravedad que se traduce en una progresiva p¨¦rdida de velocidad. Superado ese punto, el camino es cuesta abajo y la nave va acelerando hasta llegar a su destino. Si se piensa bien, el fen¨®meno es puro sentido com¨²n.
Lo que no resulta tan obvio es que existen otros dos puntos donde se produce el mismo efecto: uno en el lado opuesto de la Luna y otro, en el lado opuesto de la Tierra. Ah¨ª, por decirlo de una manera simple, tambi¨¦n se equilibran ambas atracciones junto al efecto de la fuerza centr¨ªfuga de los dos cuerpos en rotaci¨®n uno alrededor de otro.
Y ¨Cm¨¢s sorprendente a¨²n- todav¨ªa existen dos puntos m¨¢s de equilibrio. No est¨¢n alineados con la Tierra y la Luna, sino en la ¨®rbita de esta, 60 grados por delante y otros tantos por detr¨¢s del sat¨¦lite: Cada uno forma con Tierra y Luna un tri¨¢ngulo equil¨¢tero. Cosas de las leyes de la mec¨¢nica celeste.
El descubrimiento de esos cinco curiosos puntos fue obra del astr¨®nomo y matem¨¢tico Joseph-Louis Lagrange como un caso particular en sus intentos de resolver el mucho m¨¢s complicado ¡°problema de los tres cuerpos¡±. Se conocen, pues, como los puntos de Lagrange o, para m¨¢s brevedad, L1, L2 y L3. Los dos que est¨¢n a 60 grados son el L4 y el L5.
Equilibrio
Cada par de cuerpos celestes define su propio sistema de puntos de equilibrio. En el sistema Tierra-Luna, por ejemplo, L1 est¨¢ a algo m¨¢s de 325.000 kil¨®metros de distancia, pero el L1 del grupo Tierra-Sol se encuentra a un mill¨®n y medio de kil¨®metros de nosotros. El L2 est¨¢ m¨¢s o menos a esa distancia, eternamente en la sombra de la Tierra; el L3 cae mucho m¨¢s lejos, al otro lado del Sol. Este es un favorito de algunas novelas de ciencia ficci¨®n, que sit¨²an en ¨¦l a una hipot¨¦tica Tierra-2 que nunca podremos ver por encontrarse oculta tras el resplandor del Sol.
Los puntos de Lagrange de la Tierra (en relaci¨®n con el Sol o la Luna) son muy ¨²tiles como destino de ciertas misiones espaciales. Los tres primeros son inestables: Cualquier peque?a perturbaci¨®n bastar¨ªa para sacar a la nave del equilibrio y apartarla de su posici¨®n. Pero, utilizando peque?os motores de correcci¨®n, s¨ª que es posible anclarla en una ¨®rbita alrededor de uno de esos puntos. En esencia es una ¨®rbita alrededor de un lugar en el que no hay absolutamente nada.
El L2 de Tierra-Luna se ha utilizado, por ejemplo, para situar el sat¨¦lite de comunicaciones chino en el que rebotaban las se?ales del rover que explor¨® el cr¨¢ter Von Karman en la cara oculta. Por su parte, los puntos L del sistema Tierra-Sol est¨¢n mucho m¨¢s codiciados. En el L1 se encuentra, entre otros, el observatorio solar SOHO; y el L2 ¨Cel m¨¢s popular- ha acogido a los observatorios WMAP y Plank (para estudiar la radiaci¨®n de fondo de microondas), Herschel (astronom¨ªa infrarroja) y ah¨ª se enviar¨¢ pronto el gran telescopio James Webb.
Los mismos c¨¢lculos podr¨ªan hacerse para el Sol y otros planetas o para esos planetas y sus sat¨¦lites. Existen puntos de Lagrange para Sol y Marte, Sol y Venus y as¨ª hasta para Plut¨®n.
El caso m¨¢s espectacular es el de J¨²piter y sus puntos L4 y L5. A diferencia de los otros tres, estos son estables y con el paso de millones de a?os, ah¨ª se han ido acumulando cientos de asteroides atra¨ªdos por la enorme gravedad del planeta. Al haber dos grupos (el L4 que precede al planeta, 60 grados por delante de ¨¦l y el L5 le sigue a esa misma distancia), se decidi¨® nombrarlos en recuerdo a los h¨¦roes de la guerra de Troya. El enjambre de avanzada son los ¡°griegos¡±: Aquiles, Agamemnon, Ulises, Ajax¡; los retrasados, los ¡°troyanos¡±: Pr¨ªamo, Eneas, Laoconte¡ Por un despiste antes de que se decidiera dividirlos en los dos campamentos, H¨¦ctor, el h¨¦roe troyano por antonomasia, acab¨® en el grupo de griegos; y Patroclo, el compa?ero de Aquiles, en el de troyanos. Nunca se ha corregido el error as¨ª que ambos est¨¢n considerados como ¡°infiltrados¡±.
Rafael Clemente es ingeniero industrial y fue el fundador y primer director del Museu de la Ci¨¨ncia de Barcelona (actual CosmoCaixa). Es autor de ¡®Un peque?o paso para [un] hombre¡¯ (Libros C¨²pula).
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.