As¨ª fue la vida en la Tierra durante mil millones de a?os de aburrimiento
A lo largo de los 1.500 millones de a?os que dur¨® el Proterozoico ocurri¨® una innovaci¨®n esencial en la vida terr¨ªcola, sin la cual no estar¨ªamos aqu¨ª
Si comprimi¨¦ramos los 4.540 millones de a?os de la historia de la Tierra en un solo a?o, la vida primitiva habr¨ªa aparecido pronto, antes de finales de febrero, pero los primeros seres con c¨¦lulas nucleadas como las nuestras no habr¨ªan surgido hasta agosto. Desde entonces hasta noviembre apenas habr¨ªa pasado nada muy novedoso en apariencia. Esos tres meses en la analog¨ªa del a?o se traducen nada menos que en 1.000 millones de a?os, un periodo de tiempo tan incre¨ªblemente largo que nos cuesta imaginarlo. Ahora, un nuevo estudio ha rellenado ese hueco detallando c¨®mo fue el lento progreso de la vida entonces.
Hace unos 2.500 millones de a?os comenz¨® el Proterozoico, el tercero de los cuatro grandes periodos geol¨®gicos o eones en la historia de la Tierra, que durar¨ªa hasta hace 538 millones de a?os. Por entonces ya hab¨ªa surgido la vida, hace al menos 3.800 millones de a?os, pero a¨²n se limitaba a seres simples similares a las actuales bacterias (procariotas). A lo largo de esos 1.500 millones de a?os que dur¨® el Proterozoico ocurri¨® una innovaci¨®n esencial en la vida terr¨ªcola, sin la cual no estar¨ªamos aqu¨ª: hace unos 1.800 millones de a?os surgieron las c¨¦lulas con n¨²cleo (eucariotas), las que construyen nuestro cuerpo o el de una abeja, una esponja, un madro?o o cualquier otro ser multicelular.
Pero una vez surgidas las c¨¦lulas eucariotas, aparentemente el motor de la vida entr¨® en ralent¨ª. Durante 1.000 millones de a?os, una etapa que el paleont¨®logo Martin Brasier bautiz¨® como el ¡°Boring Billion¡±, o millardo aburrido, apenas hubo evoluci¨®n hacia una diversidad de vida m¨¢s compleja, en comparaci¨®n con otras ¨¦pocas. ¡°Nuestro an¨¢lisis muestra que, durante el llamado millardo aburrido, la diversidad eucariota fue muy estable y el recambio de especies por otras nuevas fue bastante bajo¡±, comenta el paleobi¨®logo y geobi¨®logo Shuhai Xiao, de la universidad Virginia Tech, codirector del nuevo estudio publicado en Science que ha recopilado y analizado el registro f¨®sil del Proterozoico para indagar en la vida que poblaba los mares por entonces. ¡°En este sentido, el millardo aburrido fue realmente aburrido¡±, confirma Xiao.
Aburrido, pero solo en apariencia
Durante aquella Edad Media de la Tierra, como a veces se la conoce, un observador hipot¨¦tico se habr¨ªa cansado de la espera interminable y habr¨ªa concluido que eso era todo, que este planeta y sus seres hab¨ªan dado de s¨ª todo lo que pod¨ªan: el clima era estable, no hab¨ªa grandes glaciaciones ni convulsiones continentales masivas ¡ªhab¨ªa un solo supercontinente, Columbia, transformado despu¨¦s en Rodinia¡ª, las bacterias triunfaban y, aunque los eucariotas estaban presentes, no aparec¨ªan muchas especies nuevas ni muy sofisticadas; sobre todo se trataba de organismos microsc¨®picos, junto con algunos multicelulares parecidos a algas y esponjas. Algo como un trilobite a¨²n parec¨ªa una quimera inalcanzable para la rudimentaria vida terrestre, y no digamos ya un dinosaurio.
Sin embargo, esto es solo parte de la historia. Seg¨²n Xiao, ¡°la diversidad es solo un aspecto de la evoluci¨®n; desde otras perspectivas, es posible que el millardo aburrido fuese en realidad muy emocionante¡±. As¨ª, durante aquella ¨¦poca silenciosa las c¨¦lulas eucariotas fueron desarrollando sus peque?os ¨®rganos internos u org¨¢nulos, probablemente incorporando dentro de s¨ª c¨¦lulas procariotas m¨¢s sencillas y reconvirti¨¦ndolas para su provecho; surgi¨® una manera novedosa de empaquetar el ADN para alojar genomas de mayor tama?o; apareci¨® la reproducci¨®n sexual, en un alga roja llamada Bangiomorpha; y los eucariotas comenzaron a diferenciarse en sus grandes grupos actuales, las plantas, los animales, los hongos y otros. ¡°Los pocos nuevos nacimientos de especies representaban grupos de eucariotas que despu¨¦s ser¨ªan ecol¨®gicamente exitosos¡±, apunta Xiao.
El panorama que ofrecen Xiao y sus colaboradores, condensando datos de numerosos estudios a los que han aplicado avanzados algoritmos, sugiere que durante el millardo aburrido la vida solo estaba entren¨¢ndose, tomando carrerilla para lo que habr¨ªa de venir. En palabras de la paleoge¨®loga de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) Indrani Mukherjee, aquella ¨¦poca fue ¡°el tirachinas de la vida compleja en la Tierra¡±. El aburrimiento acab¨® cuando, hace unos 720 millones de a?os y hasta los 635, un dr¨¢stico cambio clim¨¢tico convirti¨® la Tierra en una gran bola de nieve. Terminadas aquellas profundas glaciaciones, al final del Proterozoico, el tirachinas se dispar¨®; la vida en la Tierra comenz¨® a bullir.
De cero a cien en unos pocos millones de a?os
Los resultados del estudio confirman que, comparado con el periodo anterior, lo que vino despu¨¦s fue una explosi¨®n de vida. Pero, ?cu¨¢les fueron las causas del par¨®n, y qu¨¦ tuvo que ver la glaciaci¨®n con el posterior aceler¨®n? ¡°Hay algunas hip¨®tesis¡±, se?ala Xiao: los datos han mostrado que en el millardo aburrido el ox¨ªgeno y los nutrientes eran escasos en los oc¨¦anos y que abundaban compuestos t¨®xicos para los eucariotas que alimentaban a ciertas bacterias, como el ¨¢cido sulfh¨ªdrico del olor a huevos podridos. Seg¨²n el biogeoqu¨ªmico de la Universidad de Leeds Simon Poulton, que ha estudiado la qu¨ªmica del oc¨¦ano proterozoico, ¡°si viajaras de safari al pasado, te encontrar¨ªas con paisajes enteramente est¨¦riles¡±.
Todo esto cambi¨® despu¨¦s de la gran glaciaci¨®n. El codirector del estudio Shuzhong Shen, de la Universidad de Nanjing en China, enfatiza que ¡°la ruptura del supercontinente Rodinia pudo desempe?ar un papel significativo en el estallido de la r¨¢pida diversificaci¨®n de los eucariotas¡±. Shen explica que, a lo largo de la historia terrestre, la actividad geol¨®gica intensa, asociada al volcanismo, ha provocado cambios ambientales que han conllevado grandes transformaciones en la vida terr¨ªcola.
Y terminado el aburrimiento, la Tierra ya nunca dej¨® de sorprender con imprevisibles giros de guion y un final inesperado: en la analog¨ªa del a?o, solo 20 minutos antes de las campanadas de Nochevieja aparecimos los humanos, cuya historia desde el a?o cero de nuestra era solo ha ocupado los ¨²ltimos 14 segundos del a?o.