El ¨²ltimo eclipse solar total en la historia de la Tierra
Los eclipses hist¨®ricos proporcionan datos ¨²tiles para medir cambios a largo plazo de la velocidad de rotaci¨®n de nuestro planeta y tambi¨¦n se puede hacer la extrapolaci¨®n al futuro
Ya que en el eclipse que tendr¨¢ lugar este lunes en Norteam¨¦rica la Luna, aunque solo sea por ponerse en medio, en cierto modo, se convertir¨¢ en protagonista, hablemos por un momento de ella. Analicemos el hecho fortuito de tener un sat¨¦lite natural que es 400 veces m¨¢s peque?o que el Sol y de que est¨¦ tambi¨¦n 400 veces m¨¢s cerca. Una casualidad c¨®smica a la que tenemos que dar las gracias, ya que permite, ahora, la posibilidad de que un eclipse solar pueda ser total.
Aclaremos ese ahora que mencionamos antes. Para ello tomemos un dato que conocemos muy bien gracias no solo a la teor¨ªa que explica el movimiento de los cuerpos, sino adem¨¢s a los retrorreflectores l¨¢ser instalados en la superficie de nuestro sat¨¦lite por las misiones Apolo y Luna sovi¨¦ticas. La Luna se aleja de la Tierra a un ritmo de 3,8 cent¨ªmetros al a?o.
Hagamos cuentas: alej¨¢ndose a 3,8 cent¨ªmetros al a?o, llegar¨¢ un momento en el que, vista desde nuestro planeta, la Luna no podr¨¢ hacerle una sombra completa al Sol. El ¨²ltimo eclipse total solar en la historia de la Tierra ocurrir¨¢ en 200 millones de a?os y durar¨¢ un breve segundo. Sin embargo, no encontrar¨¢s a un profesional de la astrof¨ªsica que se precie apostar nada a esta fiera predicci¨®n de la geometr¨ªa.
La clave est¨¢ en que no es posible dar una soluci¨®n determinista a la din¨¢mica celeste de un sistema cuando hay m¨¢s de dos cuerpos involucrados en una escala temporal, hablamos de millones de a?os, tan larga. La soluci¨®n del problema est¨¢ en la teor¨ªa del caos y nos dice, en pocas palabras, que hay demasiadas variables para predecir el comportamiento del sistema Tierra-Luna-Sol dentro del Sistema Solar a tan largo plazo y que tendr¨ªamos que hablar de probabilidades.
Viajemos ahora al pasado, a lo oscuro. Es en lo oscuro de la noche donde percibimos la inmensidad del cosmos. Y esto se hace extensible a los eclipses de sol, esos pocos minutos donde el tiempo parece quedar suspendido. El d¨ªa se hace noche y de repente aparece una luz reveladora: la corona solar. La corona solar es tenue, caliente y nos informa de algo que entendemos muy bien de manera intuitiva: estamos conectados con nuestra estrella por algo m¨¢s que por su luz. El Sol se evapora y sus part¨ªculas en forma de viento viajan por todo el Sistema Solar.
En los eclipses de Sol, la sombra de nuestro sat¨¦lite natural recorre en unos minutos ¨²nicos y en un camino largo y estrecho, la superficie de algunos lugares afortunados del planeta. En ese instante donde tres cuerpos celestes (Sol, Luna y Tierra) est¨¢n perfectamente alineados es cuando se produce la magia en el ser humano que tiene el privilegio de observarlo.
Y afirmo que es un privilegio porque ahora, en este momento de la historia de nuestra civilizaci¨®n, hay personas que pueden viajar por todo el planeta para poder disfrutarlo, ya que los eclipses totales son raros en un punto determinado de la Tierra en el breve intervalo de una vida humana. Pero es que, adem¨¢s, desde hace un par de siglos tenemos el conocimiento de c¨®mo funcionan y, si nos remontamos a nuestro pasado m¨¢s reciente, el miedo ha sido la m¨¢s com¨²n de las emociones ante la observaci¨®n de la alteraci¨®n del orden natural de las cosas. La ciencia nos ha librado del miedo y nos ha regalado, a cambio, fascinaci¨®n.
Diversas culturas de la antig¨¹edad eran capaces de predecir la duraci¨®n y fechas de los eclipses, aunque no entend¨ªan su mecanismo. Pero, debido a lo doctrinal del conocimiento, no se divulgaba a la poblaci¨®n y eran utilizados como arma de poder. En una batalla el miedo que infund¨ªan pod¨ªa hacer cambiar las tornas hacia el bando cuyos astr¨®logos hubieran susurrado a sus pr¨ªncipes m¨¢s propicios augurios. Algunos eclipses, de hecho, han cambiado de alg¨²n modo el curso de la historia humana.
Pero lo que es fascinante es que gracias a que se conservan registros hist¨®ricos de la localizaci¨®n de los eclipses ocurridos hace miles de a?os es posible medir la variaci¨®n de la velocidad de rotaci¨®n de nuestro planeta. Quiz¨¢s sorprenda saber que la longitud del d¨ªa no ha sido constante a lo largo de la historia de la Tierra.
En las predicciones de las posiciones del Sol, Tierra y Luna en periodos de miles de a?os en el pasado y en el futuro, un factor variable es la velocidad de rotaci¨®n de la Tierra, donde variaciones a corto plazo se superponen a las m¨¢s regulares de largo periodo. Hoy en d¨ªa con relojes at¨®micos y referencias astron¨®micas es sencillo medir con precisi¨®n la velocidad de rotaci¨®n de nuestro planeta, pero esa medida no estaba disponible en el pasado y esa velocidad no es lo suficientemente regular para poder predecir el lugar exacto de la sombra de la Luna en la superficie de la Tierra en periodos de miles de a?os. Por eso, haciendo el ejercicio al rev¨¦s y utilizando los registros hist¨®ricos de los eclipses bien datados en diferentes lugares del mundo en los ¨²ltimos miles de a?os, se puede determinar cu¨¢l ha sido la variaci¨®n de la velocidad de rotaci¨®n de la Tierra en periodos de miles de a?os.
As¨ª se ha medido, gracias a los eclipses hist¨®ricos, que la Tierra rota m¨¢s despacio, lo que se traduce en que los d¨ªas se hacen m¨¢s largos. ?Qu¨¦ importancia tiene esto? Pues permite investigar cu¨¢l o cu¨¢les son los procesos que contribuyen a la disminuci¨®n de la velocidad de rotaci¨®n de nuestro planeta a largo plazo. Puede ser por el deshielo de los glaciares, debido a interacciones magn¨¦ticas entre el n¨²cleo fundido y el manto en el interior terrestre. O tambi¨¦n provocado por la disipaci¨®n de calor debida a las fuerzas de marea que sabemos aumentan la longitud del d¨ªa en promedio 2,3 milisegundos por cada 100 a?os, este ¨²ltimo efecto bien medido gracias a sat¨¦lites artificiales.
En este viaje por el futuro y el pasado de los eclipses en la Tierra solo nos queda recordar, ya que falta poco, que en Espa?a y visible desde gran parte del territorio podremos disfrutar no de uno ni de dos, sino de un tr¨ªo de eclipses solares muy pronto: dos eclipses totales (2026 y 2027) y uno anular (2028). Y lo haremos sin miedo porque sabemos muy bien c¨®mo funcionan.
Vac¨ªo C¨®smico es una secci¨®n en la que se presenta nuestro conocimiento sobre el universo de una forma cualitativa y cuantitativa. Se pretende explicar la importancia de entender el cosmos no solo desde el punto de vista cient¨ªfico sino tambi¨¦n filos¨®fico, social y econ¨®mico. El nombre ¡°vac¨ªo c¨®smico¡± hace referencia al hecho de que el universo es y est¨¢, en su mayor parte, vac¨ªo, con menos de un ¨¢tomo por metro c¨²bico, a pesar de que en nuestro entorno, parad¨®jicamente, hay quintillones de ¨¢tomos por metro c¨²bico, lo que invita a una reflexi¨®n sobre nuestra existencia y la presencia de vida en el universo. La secci¨®n la integran Pablo G. P¨¦rez Gonz¨¢lez, investigador del Centro de Astrobiolog¨ªa, y Eva Villaver, Directora de la Oficina Espacio y Sociedad de la Agencia Espacial Espa?ola, y profesora de Investigaci¨®n del Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias.
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