La COP26 de Glasgow: la gran apuesta diplom¨¢tica de Boris Johnson en la era pos-Brexit
El Gobierno brit¨¢nico reduce sus ambiciones a mantener vivo el Acuerdo de Par¨ªs para limitar en 1,5 grados el calentamiento global
Nadie pone en duda la honestidad del esfuerzo de Boris Johnson por salvar al planeta. A pesar de haber flirteado, durante sus tiempos de columnista pol¨ªtico provocador en el Daily Telegraph, con cierto negacionismo gamberro del cambio clim¨¢tico, el primer ministro brit¨¢nico bebe de fuentes conservacionistas con firme arraigo en el Reino Unido. Su padre, Stanley Johnson, implant¨® en ¨¦l la preocupaci¨®n y el amor por la biodiversidad. Su amigo ¨ªntimo Zac Goldsmith, conservador libertario y medioambientalista que dirig...
Nadie pone en duda la honestidad del esfuerzo de Boris Johnson por salvar al planeta. A pesar de haber flirteado, durante sus tiempos de columnista pol¨ªtico provocador en el Daily Telegraph, con cierto negacionismo gamberro del cambio clim¨¢tico, el primer ministro brit¨¢nico bebe de fuentes conservacionistas con firme arraigo en el Reino Unido. Su padre, Stanley Johnson, implant¨® en ¨¦l la preocupaci¨®n y el amor por la biodiversidad. Su amigo ¨ªntimo Zac Goldsmith, conservador libertario y medioambientalista que dirigi¨® durante a?os el semanario The Ecologist, ha asentado en el pol¨ªtico la noci¨®n clara de cu¨¢l es lado correcto de la Historia. ¡°Si el clima est¨¢ cambiando, no veo por qu¨¦ no puedo yo cambiar mis ideas¡±, ha dicho Johnson para justificar errores pasados.
La COP26, que ha comenzado este domingo en Glasgow (Escocia), es la cumbre internacional m¨¢s compleja y relevante a la que ha tenido que hacer frente un Gobierno brit¨¢nico en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Era la ocasi¨®n perfecta para demostrar al resto del mundo que la Gran Breta?a Global (Global Britain) de la era pos-Brexit era una realidad. Londres pod¨ªa ser un actor internacional relevante con su ¡°libertad¡± reconquistada. La posibilidad a?adida de celebrar el encuentro en la ciudad escocesa brindaba adem¨¢s a Johnson la posibilidad de llenar sus calles de Union Jacks (la bandera tricolor aspada del Reino Unido) y demostrar al independentismo las ventajas de permanecer como parte de una gran econom¨ªa.
El retraso de la conferencia, prevista en un principio para noviembre de 2020 pero relegada a causa de la pandemia, ofrec¨ªa adem¨¢s al Gobierno de Johnson la oportunidad de ganar tiempo y desplegar el necesario esfuerzo diplom¨¢tico para que la cumbre fuera un ¨¦xito. Alok Sharma, secretario de Estado para el Desarrollo Internacional y presidente de la COP26, se ha recorrido el mundo de modo incansable para ara?ar compromisos de los principales pa¨ªses participantes. Hasta los rivales pol¨ªticos de Johnson reconocen el esfuerzo del secretario de Estado. El problema est¨¢, se?alan, en que el Gobierno en su conjunto no ha sido capaz de desplegar la actividad coordinada que durante un a?o antes puso en marcha la Administraci¨®n francesa, para asegurar el ¨¦xito de la Conferencia de Par¨ªs de 2015.
¡°Ha llegado el momento de que nuestro primer ministro deje de hacer el harag¨¢n bajo el sol, comience a comportarse como un estadista y logre que Glasgow sea el ¨¦xito diplom¨¢tico que deber¨ªa ser¡±, reproch¨® hace apenas tres semanas a Johnson el portavoz laborista de asuntos medioambientales ¡ªy exl¨ªder del partido¡ª, Ed Miliband. El primer ministro estaba de vacaciones en la lujosa villa de Marbella que le hab¨ªa prestado, curiosamente, su amigo Zac Goldsmith. Y comenzaba a extenderse la idea de que la COP26 pod¨ªa acabar siendo un fiasco. Los l¨ªderes chino y ruso, Xi Jiaping y Vladimir Putin, ya hab¨ªan anunciado que no har¨ªan acto de presencia en la ciudad escocesa, y much¨ªsimos pa¨ªses no hab¨ªan entregado a¨²n sus planes a corto plazo (para 2030) de reducci¨®n de emisiones de di¨®xido de carbono, como hab¨ªa establecido el Tratado del Clima de Par¨ªs. ¡°Necesitamos un aceler¨®n en las acciones de este Gobierno y de los gobiernos de todo el mundo¡±, reclamaba Miliband. ¡°Aunque sea a ¨²ltima hora, el primer ministro debe tratar esta cumbre con la seriedad que se merece¡±.
Diputados negacionistas
No resulta justo reprochar a Johnson falta de seriedad en un asunto que le ha llevado incluso a enfrentarse con el ala dura de su Partido Conservador, temerosa de que el celo ambientalista del primer ministro ¡ªy las medidas que ha impulsado¡ª resulte demasiado costoso para unos votantes m¨¢s preocupados por llegar a fin de mes que por la salud del planeta. Steve Baker, el diputado euroesc¨¦ptico responsable de la estrategia que derrib¨® el Gobierno de Theresa May y aup¨® a Johnson al poder, se ha puesto ahora al frente del grupo de negacionistas que cuestiona seriamente las pol¨ªticas de Downing Street en medio de una profunda crisis energ¨¦tica que ha afectado al coste de vida de los brit¨¢nicos. ¡°Cuanto m¨¢s estudio el asunto, m¨¢s me preocupa la idea de que estemos poniendo en marcha un ruinoso experimento econ¨®mico cuando menos nos lo podemos permitir¡±, escrib¨ªa Baker recientemente. ¡°Con sus planes radicales para descarbonizar por completo en 2050 nuestra econom¨ªa ¡ªel llamado Net Zero¡ª, los m¨¢s pobres acabar¨¢n pagando m¨¢s que el resto por estas fantas¨ªas¡±, aseguraba.
El programa electoral del Partido Conservador de 2019, a?o de la victoria electoral de Johnson, hac¨ªa hincapi¨¦ en la promesa de alcanzar la neutralidad de emisiones de di¨®xido de carbono para 2050, a lo que no solo se ha comprometido el Reino Unido sino 18 de las 20 naciones m¨¢s ricas del mundo. Ha sido, sin embargo, la ambiciosa carrera del primer ministro por prometer m¨¢s y m¨¢s ¡°futuro verde¡±, sin especificar a qu¨¦ coste y c¨®mo lo financiar¨¢, lo que m¨¢s nerviosos ha puesto a sus compa?eros de partido, m¨¢s pendientes de las elecciones pr¨®ximas que del calentamiento global previsto para finales de este siglo. Reducci¨®n del 78% de las emisiones de di¨®xido de carbono para 2035; prohibici¨®n de coches con gasolina o di¨¦sel para 2030; desaparici¨®n de las calderas de gas en los hogares para 2035¡ La carrera por lograr que nadie le gane a verde resta credibilidad a los planes de Johnson. Mucho m¨¢s cuando su ministro de Econom¨ªa, Rishi Sunak, presenta el primer presupuesto riguroso pospandemia y pos- Brexit y apenas realiza menci¨®n alguna al desaf¨ªo del cambio clim¨¢tico. Y apunta, incluso, que seguir¨¢ sin incrementar el gravamen fiscal de los vuelos dom¨¦sticos o el consumo de gasolina. Un golpe a la credibilidad medioambientalista de Johnson.
Pero si algo ha demostrado el pol¨ªtico brit¨¢nico m¨¢s exc¨¦ntrico y popular de las ¨²ltimas d¨¦cadas es su capacidad de salir de cualquier embrollo con una mezcla de simpat¨ªa y ret¨®rica. A lo que se puede a?adir una rebaja de las expectativas y el eslogan adecuado. Parad¨®jicamente, en el momento en que las relaciones entre el Reino Unido y Francia pasan por su momento m¨¢s delicado por el conflicto pesquero en aguas del canal de la Mancha, el objetivo fijado por el Gobierno de Johnson para que la COP26 se traduzca en un ¨¦xito pasa por salvar Par¨ªs: ¡°Hemos de salir de esta cumbre con la credibilidad intacta de haber mantenido vivo el compromiso de los 1,5 grados¡±, aseguraba este domingo Sharma.
Esa fue la gran conquista de Par¨ªs: un tratado que vinculaba legalmente a mantener la temperatura global 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales (entre 1850 y 1900). La gran conquista de Johnson ser¨¢ que la bicicleta se mantenga en pie, y que la humanidad siga pedaleando. Aunque, con su habitual grandilocuencia, el pol¨ªtico conservador haya comparado estos d¨ªas la crisis clim¨¢tica con la ca¨ªda del Imperio Romano.
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