La OMS pide a los pa¨ªses que frenen a las tabaqueras que tratan de lavar su imagen como industria verde
El organismo internacional alerta en un informe de la grave degradaci¨®n ambiental que conlleva la producci¨®n mundial de cigarrillos
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a todos los gobiernos del mundo que proh¨ªban a las multinacionales tabaqueras las pr¨¢cticas de lavado verde de imagen (algo conocido por el t¨¦rmino en ingl¨¦s de greenwashing) que realizan para intentar rehabilitar su maltrecha imagen p¨²blica. En contra de los mensajes verdes que...
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a todos los gobiernos del mundo que proh¨ªban a las multinacionales tabaqueras las pr¨¢cticas de lavado verde de imagen (algo conocido por el t¨¦rmino en ingl¨¦s de greenwashing) que realizan para intentar rehabilitar su maltrecha imagen p¨²blica. En contra de los mensajes verdes que lanza la industria, la OMS ha advertido de que el tabaco no solo da?a la salud del ser humano ¡ªse estima que ocho millones de personas mueren al a?o por enfermedades relacionadas con este producto¡ª, sino que tambi¨¦n tiene importantes impactos en el medio ambiente y alimenta el cambio clim¨¢tico. Pero esta ¡°degradaci¨®n ambiental¡± es ignorada a menudo por los responsables pol¨ªticos, como ha recordado este jueves R¨¹diger Krech, director de Promoci¨®n de la Salud de la OMS.
Esta organizaci¨®n ha incidido en que los gobiernos tienen en sus manos un instrumento para acabar con estas pr¨¢cticas de lavado de cara, que est¨¢n en el coraz¨®n de las campa?as de responsabilidad social empresarial y marketing de las multinacionales de este sector: el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS. Este acuerdo internacional, firmado en 2003 en el seno de la ONU, ya implica la prohibici¨®n de la publicidad del tabaco.
La petici¨®n de la OMS a los gobiernos se ha realizado en un seminario que ha organizado junto a STOP, un organismo internacional de control del sector del tabaco. ¡°Es una industria muy peligrosa que no solo mata al ser humano sino tambi¨¦n al planeta¡±, ha resumido Andy Rowell, miembro de STOP y del Grupo de Investigaci¨®n de Control del Tabaco de la Universidad de Bath. Rowell ha puesto el foco, entre otros asuntos, en la contribuci¨®n al cambio clim¨¢tico de las tabaqueras, a las que no se suele ligar al problema del calentamiento global.
Pero, seg¨²n se expone en un informe elaborado para este seminario por la OMS y STOP, cada a?o las tabaqueras son responsables de las emisiones a la atm¨®sfera de 80 millones de toneladas de di¨®xido de carbono. ¡°La industria est¨¢ tratando de decir que est¨¢ cambiando y que cada vez es m¨¢s sostenible¡±, ha a?adido Rowell. ¡°Pero desde la producci¨®n hasta las colillas tienen impactos¡±. Para producir los seis billones de cigarrillos que se fabrican cada a?o se usan m¨¢s de 22.000 millones de metros c¨²bicos de agua, muchas veces en pa¨ªses en los que este recurso ya escasea, seg¨²n detalla el informe conjunto de estas dos organizaciones. ¡°22.000 millones de metros c¨²bicos es m¨¢s de dos veces y media el suministro del agua del Reino Unido¡±, ha explicado Adriana Blanco, la responsable del secretariado del Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS. ¡°No estamos hablando de una peque?a contribuci¨®n al problema, sino de una muy grande¡±, ha avisado Blanco al referirse a c¨®mo contribuye la industria del tabaco a la degradaci¨®n ambiental. Ese impacto en la naturaleza es ¡°una raz¨®n adicional para dejar de fumar¡±, ha afirmado por su parte la doctora Mar¨ªa Neira, directora del ¨¢rea de Medio Ambiente y Salud P¨²blica de la OMS.
Acreditaciones verdes
¡°La industria tabacalera ha intentado lavar su reputaci¨®n a trav¨¦s de programas como la limpieza de playas y la financiaci¨®n de organizaciones ambientales y de auxilio en casos de desastres¡±, advierte el informe presentado. ¡°Esta pr¨¢ctica se realiza especialmente en los pa¨ªses de ingresos bajos y medios, a los que las compa?¨ªas tabacaleras se dirigen para aumentar las ventas y las ganancias¡±, a?ade el estudio. ¡°Esta industria est¨¢ causando un coste incalculable en la salud de los fumadores, de los no fumadores y de los agricultores¡±.
Pero, a pesar de las advertencias, se siguen permitiendo las campa?as de lavado verde de imagen. La OMS no se ha limitado a lanzar esa petici¨®n a los gobiernos para que veten estas pr¨¢cticas. Tambi¨¦n pone el foco sobre las organizaciones de acreditaci¨®n ambiental y de sostenibilidad para que dejen de respaldar ¡°el lavado verde de la industria¡± y de otorgar ¡°premios a la industria tabacalera¡±. En el informe se recuerda que en el mundo existen m¨¢s de 600 esquemas diferentes de responsabilidad social empresarial que no est¨¢n armonizados, por lo que las tabaqueras pueden elegir el modelo que les muestre m¨¢s verde de todos. Adem¨¢s, pueden aportar los datos de sostenibilidad que m¨¢s les convengan. Y, cuando salen mal parados por un organismo de acreditaci¨®n, simplemente lo abandonan. Eso fue lo que ocurri¨® con British American Tobacco (BAT), Imperial Brands y Japan Tobacco International (JTI), que decidieron salirse del sistema de calificaci¨®n CDP Forestry cuando recibieron unas malas calificaciones en 2017, seg¨²n apunta el informe difundido este jueves.
La batalla contra el greenwashing o lavado de cara verde puede ser una de las m¨¢s determinantes en los pr¨®ximos a?os a medida que aumenta la conciencia social sobre la degradaci¨®n medioambiental del planeta debido a la acci¨®n del ser humano. Rara es la gran compa?¨ªa, por muy sucia que sea su ¨¢rea de negocio, que no est¨¦ prometiendo que llegar¨¢ a las emisiones netas cero de gases de efecto invernadero a mitad de siglo. Pero tras estos anuncios, que se hacen en ocasiones por presiones tambi¨¦n de sus inversores, muchas veces no hay planes s¨®lidos ni cre¨ªbles.
La situaci¨®n es tal que el secretario general de Naciones Unidas, Ant¨®nio Guterres, ha puesto en marcha un grupo de expertos internacionales que intentar¨¢n combatir estas pr¨¢cticas. El objetivo es que estos especialistas fijen unos criterios m¨ªnimos para poder evaluar las promesas clim¨¢ticas de los denominados actores no estatales, entre los que figuran las empresas.
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