Isabella Tree, conservacionista: ¡°Europa fue como el Serengueti. Podemos recuperar aquellos h¨¢bitats¡±
La periodista brit¨¢nica hered¨®, junto a su marido, un terreno que estaba exhausto tras a?os de agricultura intensiva. Decidieron asilvestrarlo y cinco a?os m¨¢s tarde volvieron hasta los ruise?ores
Isabella Tree (Dorset, Reino Unido, 59 a?os) y su marido, Michael Burrell, empezaron hace 20 a?os un proyecto desesperado y muy complejo que ha acabado teniendo resultados asombrosos. ?l acababa de heredar Knepp Castle, de 3.000 hect¨¢reas de terreno, lo que en principio suena maravilloso. Sin embargo, no era ya m¨¢s que un mont¨®n de tierra exhausta incapaz de producir nada tras d¨¦cadas de agricultura intensiva con 1,7 millones de euros en deudas. Financieramente hablando, acababa de heredar ...
Isabella Tree (Dorset, Reino Unido, 59 a?os) y su marido, Michael Burrell, empezaron hace 20 a?os un proyecto desesperado y muy complejo que ha acabado teniendo resultados asombrosos. ?l acababa de heredar Knepp Castle, de 3.000 hect¨¢reas de terreno, lo que en principio suena maravilloso. Sin embargo, no era ya m¨¢s que un mont¨®n de tierra exhausta incapaz de producir nada tras d¨¦cadas de agricultura intensiva con 1,7 millones de euros en deudas. Financieramente hablando, acababa de heredar un marr¨®n. Por suerte, dieron con un caso de recuperaci¨®n natural en Holanda y decidieron intentar algo parecido. Hoy son los promotores del primer terreno de las tierras bajas de Inglaterra asilvestrado al que ha regresado todo tipo de variedades aut¨®ctonas, algunas de ellas en peligro de extinci¨®n en el Reino Unido. Son los responsables de que gamos, ruise?ores, mariposas ortigueras o t¨®rtolas hayan vuelto a menos de 70 kil¨®metros de Londres. Tree, que es periodista y escritora, acaba de publicar un libro sobre su experiencia: Asilvestrados, el regreso de la naturaleza a nuestras tierras (Capitan Swing).
PREGUNTA. Confiaron en la naturaleza y esta respondi¨®. ?Qu¨¦ les anim¨®?
RESPUESTA. Ser¨ªa fant¨¢stico decir que tuvimos el impulso de hacerlo, pero fue m¨¢s que la granja estaba agotada, muchos subsidios estaban a punto de desaparecer y ve¨ªamos que no era sostenible econ¨®micamente. Supimos del ejemplo del ecologista holand¨¦s Franz Vera, que cree en la renaturalizaci¨®n. Europa en el pasado fue como el Serengueti, hab¨ªa much¨ªsimos jabal¨ªes, ciervos... Si recuperamos la diversidad, podemos recuperar aquellos h¨¢bitats.
P. Si se hab¨ªa perdido la biodiversidad, ?c¨®mo es que los animales han regresado?
R. Ese es el gran misterio. Cuando dejas de intervenir en el terreno, y lo propicias dejando libres caballos y otras especies, animales como la mariposa ortiguera, que hac¨ªa a?os hab¨ªa desaparecido, vuelven.
P. ?Y los ¨¢rboles? Creo que estaban hechos polvo cuando heredaron.
R. Un experto en robles nos explic¨® que a simple vista lo que a nosotros nos parec¨ªa normal era un s¨ªntoma de da?o. Hab¨ªamos plantado nuestro grano hasta la misma base de los troncos. Se echaba pesticida y se araba, y al hacerlo est¨¢bamos da?ando las ra¨ªces mismas del ¨¢rbol. Nunca se nos ocurri¨® que pudi¨¦ramos estar da?¨¢ndolos. Darnos cuenta de que mucho era nuestra culpa fue duro.
P. ?Qu¨¦ cree que debemos cambiar como sociedad a ra¨ªz de su ejemplo?
R. Permitir que la naturaleza se exprese no va bien con una mentalidad r¨ªgida que funciona por objetivos. Es importante que abandonemos el paradigma de la replantaci¨®n constante. Dejemos que la naturaleza pueda restablecerse.
P. ?Cu¨¢nto tardaron en ver los efectos de la recuperaci¨®n del terreno?
R. A los dos a?os empezamos a o¨ªr un mont¨®n de insectos por todas partes. Abejas, avispas, saltamontes¡ Esa fue la primera revelaci¨®n. Luego fuimos viendo gusanos y oyendo a distintas especies de p¨¢jaros que hac¨ªa tiempo no ve¨ªamos. En t¨¦rminos medioambientales, cuando volvieron los ruise?ores, los ecologistas empezaron a estudiar nuestro terreno. Hab¨ªan pasado cinco a?os.
P. ?Se podr¨ªa hacer algo parecido en un terreno peque?o?
R. Cuanto m¨¢s peque?o sea tu terreno, m¨¢s trabajo tendr¨¢s que poner de tu parte, pero s¨ª, es posible, acabamos de publicar una gu¨ªa pr¨¢ctica sobre este asunto (The book of wilding). Puedes empezar trayendo un poni e intentar pensar como lo har¨ªa un castor. Todo consiste en aplicar las normas del proceso natural en tu peque?o terreno.
P. Usted habla del efecto generacional, ?en qu¨¦ consiste?
R. Cada generaci¨®n ve el paisaje y da por hecho de que lo que ve es normal. Yo s¨¦ que las t¨®rtolas, cuando era peque?a, anunciaban cada a?o el verano. Puedo recordarlo. Pero mis hijos no pueden porque nunca lo han visto. Cada generaci¨®n no ve la p¨¦rdida de la anterior. Y as¨ª vamos perdiendo nuestro conocimiento del entorno.
P. ?Qu¨¦ es lo pr¨®ximo que pretenden hacer en Knepp?
R. Queremos habilitar corredores para que los animales puedan cambiar de zona y conocer a otros animales de su especie, o no ser¨¢n muy resilientes en el futuro.
P. Han abierto incluso una zona de safari. ?Va mucha gente?
R. Mira, eso ha sido una fuente de ingresos totalmente inesperada. Ingresamos alrededor de un mill¨®n al a?o, nos deja un margen del 20%. Albergamos a un m¨¢ximo de 100 personas al d¨ªa, est¨¢ casi siempre lleno. Tardamos en darnos cuenta de que la gente quer¨ªa ver lo que hab¨ªamos logrado.
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