?Toca florecer ya? El calor en pleno invierno desorienta a las plantas
Las altas temperaturas en los meses fr¨ªos desajustan el ciclo natural de especies como los almendros y pueden poner en peligro su supervivencia
Las altas temperaturas var¨ªan los ritmos de muchas plantas, que ante oto?os e inviernos templados florecen antes e incluso pueden llegar a hacerlo dos veces. Este enero, Javier Cano, jefe de la oficina meteorol¨®gica de Getafe (Madrid) de Aemet, se ha topado por primera vez en 44 a?os de observaciones ininterrumpidas en la Comunidad de Madrid con alg¨²n ejemplar de almendro en flor todav¨ªa con hojas verdes de la temporada pasada, que deber¨ªan haber desaparecido a finales del oto?o o principios de invierno. ¡°Es una anomal¨ªa que nunca hab¨ªa visto y se puede deber a que ...
Las altas temperaturas var¨ªan los ritmos de muchas plantas, que ante oto?os e inviernos templados florecen antes e incluso pueden llegar a hacerlo dos veces. Este enero, Javier Cano, jefe de la oficina meteorol¨®gica de Getafe (Madrid) de Aemet, se ha topado por primera vez en 44 a?os de observaciones ininterrumpidas en la Comunidad de Madrid con alg¨²n ejemplar de almendro en flor todav¨ªa con hojas verdes de la temporada pasada, que deber¨ªan haber desaparecido a finales del oto?o o principios de invierno. ¡°Es una anomal¨ªa que nunca hab¨ªa visto y se puede deber a que apenas hay heladas, necesarias para que el ¨¢rbol se desprenda de esas hojas¡±, explica. Adem¨¢s, las primeras flores han surgido 16 d¨ªas antes del 7 de febrero, la fecha promedio de inicio de la floraci¨®n, tomando como referencia las ¨²ltimas tres d¨¦cadas.
Los datos de Cano confirman que este adelanto en los almendros del sur y centro de Madrid ¨Duna de las especies que primero florece¨D se ha convertido en una tendencia: en cuatro d¨¦cadas los p¨¦talos aparecen cinco d¨ªas antes. Las modificaciones en la floraci¨®n se detectan desde hace a?os en diferentes especies, y no se debe solo a episodios puntuales de calor en pleno invierno como el que se est¨¢ viviendo en Espa?a, en el que se han batido 68 r¨¦cords de temperaturas.
Catalu?a es un claro ejemplo. Las temperaturas de septiembre y octubre del a?o pasado, mucho m¨¢s c¨¢lidas de las habituales, convirtieron el oto?o en una segunda primavera, indica el Centro p¨²blico de Investigaci¨®n Ecol¨®gica y Aplicaciones Forestales (CREAF). Las plantas decidieron volver al atuendo primaveral: la vi?a del Pened¨¨s y el Garraf rebrot¨®, la ca¨ªda de las hojas de los ¨¢rboles caducifolios se retras¨® y multitud de plantas silvestres y ¨¢rboles frutales florecieron por segunda vez desde las Terres de l¡¯Ebre hasta la Catalu?a Norte.
En 2022, la vor¨¢gine fue similar y los rosales de monta?a de zonas interiores de Catalu?a florecieron cuatro o cinco meses antes de lo habitual, un hecho in¨¦dito, que recogieron voluntarios del observatorio RitmeNatura, una iniciativa de ciencia ciudadana gestionada por el CREAF y el Servei Meteorol¨°gic de Catalunya. ¡°Incluso¡±, destaca el CREAF, llegaron a producir fruto ¡°por segunda y hasta tercera vez, ¨¢rboles como el peral o el cerezo¡±. Todav¨ªa no se han estudiado los efectos que haya podido provocar el episodio de calor actual.
No son anomal¨ªas inocuas, advierte Ester Prat, coordinadora de RitmeNatura. ¡°Aunque las segundas floraciones son m¨¢s discretas, la planta necesita agua y puede suponer el gasto de unos recursos que necesitar¨¢ en primavera¡±, advierte. Tambi¨¦n puede ocurrir que las flores se abran antes de que aparezcan los insectos, ¡°lo que afectar¨ªa a la producci¨®n de frutos por la falta de polinizaci¨®n, en definitiva, a la supervivencia de la especie¡±, a?ade Joan Pino, director del CREAF. Y el peligro de las temidas heladas tard¨ªas se acent¨²a, porque pueden provocar da?os mayores que en d¨¦cadas anteriores, cuando las plantas sufr¨ªan, pero no con tanta intensidad al no despertar antes de tiempo de su retiro invernal.
Andr¨¦s Bravo, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), plantea la necesidad de investigar en profundidad los efectos de las altas temperaturas invernales, a las que no se ha prestado tanta atenci¨®n como a las veraniegas al ser menos habituales. ¡°Estas perturbaciones responden a factores globales y hay que analizarlas de forma conjunta¡±, comenta. Pone como ejemplo, la afecci¨®n al crecimiento de un ¨¢rbol. ¡°Si no llueve en invierno ni en primavera y la temperatura es m¨¢s alta de lo normal, se puede producir un colapso en su crecimiento y, lo m¨¢s seguro, es que aumente la mortalidad¡±, sostiene Bravo. Es una combinaci¨®n de calor y falta de precipitaci¨®n, ¡°si esto se da es catastr¨®fico en cuanto a su desarrollo y si a ello se suma una helada tard¨ªa, el problema se amplifica¡±.
Bravo a?ade que es el momento de ¡°plantearse una gesti¨®n de los bosques, que permita disminuir la competencia por el agua con especies mejor adaptadas cuando se llevan a cabo repoblaciones¡±. Porque estos periodos de calor invernales ser¨¢n cada vez m¨¢s frecuentes, y son episodios que sacan a la luz el problema. ¡°Son muy llamativas, la gente s¨¦ da m¨¢s cuenta de que pasa algo si en invierno hay temperaturas altas, porque si hiciera fr¨ªo, pero no lloviera, no se tendr¨ªa la misma percepci¨®n¡±, plantea.
Agricultura en alerta
La situaci¨®n genera una gran preocupaci¨®n en las explotaciones agr¨ªcolas. El grupo de investigaci¨®n del Centro de Investigaciones Cient¨ªficas y Tecnol¨®gicas de Extremadura (CICTEX) trabaja en la biolog¨ªa reproductiva y necesidades de fr¨ªo de los frutales. Mar¨ªa Engracia Guerrero, miembro del equipo, explica que est¨¢n desarrollando ¡°varios proyectos, porque los inviernos son algo m¨¢s templados y ¨¢rboles que florec¨ªan perfectamente hace 20 a?os, ahora tienen problemas debido a que cada especie necesita unos d¨ªas de fr¨ªo que ahora no cubre y algunas flores no dan fruto¡±, detalla. Cuando se cae la hoja de los frutales, el ¨¢rbol cae en reposo y recoge reservas, al mismo tiempo que la yema se va formando, algo que es imperceptible desde el exterior. Para ello necesitan unas horas de fr¨ªo, y luego calor, y cuando este ciclo se completa reviven y florecen. Pero, en la actualidad, ¡°el calor se cubre f¨¢cil, pero el fr¨ªo, no¡±.
Los investigadores realizan proyecciones a futuro, a 50 y 80 a?os vista, estudian los genes relacionados con esa necesidad de temperaturas bajas y las variedades que son gen¨¦ticamente compatibles. ¡°En algunas, como en el cerezo, sabemos qu¨¦ gen es¡±, concreta. Se trata de que los agricultores sepan qu¨¦ variedad deben elegir. Hay algunas como el ciruelo japon¨¦s que se han cultivado tradicionalmente y ¡°que no se van a poder plantar dentro de 50 a?os si no se sustituye por una variedad que necesite acumular menos fr¨ªo para florecer adecuadamente¡±.
Uno de los futuros m¨¢s negros se cierne sobre las plantas de alta monta?a, asegura Pablo Vargas, investigador del Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid (CSIC). ¡°Son los mejores bioindicadores del cambio clim¨¢tico, sobre todo las de las cumbres mediterr¨¢neas que ya se encuentran muy mal¡±, sostiene. El escape m¨¢s r¨¢pido para una planta, a la que no le da tiempo a evolucionar para adaptarse a las nuevas condiciones, es migrar hacia zonas de clima similar. No lo tienen f¨¢cil, porque los h¨¢bitats id¨®neos se reducen, no hay m¨¢s terreno para continuar subiendo. Esto ocurre, por ejemplo, en Sierra Nevada (Granada), con la espuela (Linaria glacialis) y la amapola de Sierra Nevada (Papaver lapeyrousianum). ¡°La otra opci¨®n de una planta acosada es resistir, poner en marcha su capacidad de aguante, como ocurre con la encina o el acebuche (olivo silvestre), pero eso depende no solo de la especie en concreto, sino de los individuos¡±, puntualiza.
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