Aniol Esteban, bi¨®logo marino: ¡°Los hoteleros deben invertir en la conservaci¨®n del mar¡±
Este economista ambiental incide en los beneficios para los pescadores de la creaci¨®n de reservas marinas con protecci¨®n estricta en las que no se puede pescar
Como algunos de los peces que tanto le gusta observar tras sus gafas de bucear, Aniol Esteban (Barcelona, 48 a?os) es un raro esp¨¦cimen en el mundo de la conservaci¨®n en Espa?a. Primero se hizo bi¨®logo en Barcelona, pero tras trabajar unos a?os en distintos proyectos marinos decidi¨® estudiar econom¨ªa ambiental en la University College de Londres. ¡°Me dije que por mucho que me gustara el mar, para aumentar su protecci¨®n ten¨ªa que conseguir argumentarlo con econom¨ªa¡±, asegura el director de la ...
Como algunos de los peces que tanto le gusta observar tras sus gafas de bucear, Aniol Esteban (Barcelona, 48 a?os) es un raro esp¨¦cimen en el mundo de la conservaci¨®n en Espa?a. Primero se hizo bi¨®logo en Barcelona, pero tras trabajar unos a?os en distintos proyectos marinos decidi¨® estudiar econom¨ªa ambiental en la University College de Londres. ¡°Me dije que por mucho que me gustara el mar, para aumentar su protecci¨®n ten¨ªa que conseguir argumentarlo con econom¨ªa¡±, asegura el director de la Fundaci¨®n Marilles, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que busca convertir las Islas Baleares en una referencia mundial en conservaci¨®n marina. ¡°Me encanta bucear, yo con unas gafas y un tubo soy superfeliz, tambi¨¦n soy navegante y soy pescador, muy mal pescador, disfruto del mar en todas sus dimensiones; a veces pienso que estoy en el mundo de la conservaci¨®n marina porque quiero seguir disfrutando de ese producto maravilloso que es un pescado fresco a la plancha¡±.
Pregunta. Como economista, ?qu¨¦ ha cambiado de su visi¨®n del mar?
Respuesta. Vivimos en una falsa dicotom¨ªa que nos obliga a elegir entre econom¨ªa y medio ambiente, la misma falsa dicotom¨ªa que vemos con los ataques a la agenda verde. Lo cierto es que la alta protecci¨®n del mar es la mejor inversi¨®n econ¨®mica. A veces se ve el medio ambiente como una externalidad, pero es al rev¨¦s, la econom¨ªa es un subgrupo del medio natural en el cual opera. Del buen estado de conservaci¨®n de un ecosistema marino dependen sectores econ¨®micos como el turismo, la pesca o la n¨¢utica. Y cuanto m¨¢s se erosiona este capital natural, menos beneficios va a dar; m¨¢s a¨²n en un contexto de incertidumbre clim¨¢tica. El mejor seguro ante el aumento de las temperaturas es tener espacios altamente protegidos y en muy buen estado de conservaci¨®n.
P. Con un 20,9% de sus espacios marinos ya protegidos, Espa?a es uno de los pa¨ªses europeos que m¨¢s se acerca al objetivo del 30% para 2030. ?Qu¨¦ opina?
R. S¨ª, Espa?a ha sido un pa¨ªs motor en lo que respecta a declaraci¨®n de ¨¢reas marinas protegidas. En lo que es el Mediterr¨¢neo espa?ol, ya se ha llegado al 30%. Esto es bueno y debemos enorgullecernos de ello; el problema es que gran parte de ese 30% no tiene planes de gesti¨®n, no tiene financiaci¨®n, y solo una ¨ªnfima parte est¨¢ altamente protegida.
P. ?C¨®mo son las zonas con protecci¨®n estricta y por qu¨¦ son importantes?
R. Son zonas en las que no se puede pescar; y donde otras actividades como el buceo o la n¨¢utica tienen alg¨²n tipo de regulaci¨®n. Se crean principalmente para proteger h¨¢bitats o especies marinas, como la posidonia o los corales, pero tambi¨¦n para la recuperaci¨®n de la propia pesca. Los datos recientes del Gobierno de Baleares sobre la reserva de Tagomago en el este de Ibiza muestran que en la zona de protecci¨®n estricta cerrada a la pesca hay cuatro veces m¨¢s peces que fuera. Cuando se hacen bien las cosas, el que no haya pesca suele generar una explosi¨®n de vida y esto beneficia tambi¨¦n a las capturas en las ¨¢reas contiguas, pues los peces se mueven y salen de la reserva para buscar nuevos h¨¢bitats. Las cofrad¨ªas de pescadores que est¨¢n cerca de una zona altamente protegida tienen m¨¢s estabilidad econ¨®mica.
P. En lo que respecta a la protecci¨®n estricta, el objetivo es llegar al menos al 10% de la superficie marina, pero incluso en un lugar como Baleares, que ha avanzado mucho en conservaci¨®n del mar, el porcentaje actual es muy peque?o.
R. Dentro de Espa?a, Baleares destaca como l¨ªder porque m¨¢s de la mitad de sus aguas interiores tiene alg¨²n tipo de protecci¨®n, aunque solo un 1,7% cuenta con protecci¨®n estricta. Esto es as¨ª en la parte que controla el Gobierno balear y, si ampliamos a las aguas alrededor de las islas, una superficie de unos 72.000 kil¨®metros cuadrados [donde ya entran las competencias estatales], entonces vemos que solo el 0,07% del mar de Baleares est¨¢ altamente protegido. Pero Baleares es el alumno brillante de una clase que suspende, pues suspende mejor que las otras comunidades aut¨®nomas, Catalu?a tiene un 0,01% [con protecci¨®n estricta].
P. Los pescadores aseguran que se les acusa injustamente de todos los males del mar.
R. Es cierto, la principal amenaza de nuestro medio marino es la subida de la temperatura del mar. La pesca es la actividad que impacta m¨¢s directamente y la que podemos controlar de forma m¨¢s eficaz y eficiente, pero hay muchos pescadores que son un ejemplo de c¨®mo hacer las cosas bien. Muchas de las reservas que se han creado en Espa?a y en Baleares ha sido gracias a petici¨®n de los pescadores. Pero sigue habiendo un relato que intenta enfrentar; igual que quieren poner a los agricultores en contra de la lucha clim¨¢tica, hay gente que quiere poner a los pescadores en contra de la alta protecci¨®n del mar y ser¨ªa dispararse contra ellos mismos.
P. ?Qu¨¦ se imagina cuando habla de convertir Baleares en un referente mundial en conservaci¨®n marina?
R. Nuestra visi¨®n es conseguir un Baleares con mares llenos de vida, pescadores que viven bien de su profesi¨®n y un sector tur¨ªstico implicado en la conservaci¨®n. Los hoteleros deben invertir en la conservaci¨®n del mar. Desde luego, es mucho m¨¢s f¨¢cil declarar una reserva en una zona pr¨ªstina donde casi no hay nadie, que en un sitio como Baleares donde hay mucha gente y se hace un uso alt¨ªsimo del espacio marino. Pero el debate que existe ahora sobre la masificaci¨®n del archipi¨¦lago tambi¨¦n ha llegado al mar.
P. ?Considera que hay que poner l¨ªmites al turismo?
R. S¨ª, hay que poner l¨ªmites al turismo en Baleares, no es que lo pidan los ecologistas, sino los hoteleros. Hay una gr¨¢fica muy clara que muestra que en los ¨²ltimos a?os ha crecido el n¨²mero de turistas, pero no ha aumentado la renta per c¨¢pita. Ya solo mirando los t¨¦rminos econ¨®micos no compensa la masificaci¨®n, si adem¨¢s a?ades los costes sociales y ambientales, entonces apaga y v¨¢monos. El pasado 22 de mayo, el Gobierno de Baleares dio un giro de 180 grados en su discurso y por primera vez habl¨® de poner l¨ªmites. Finalmente, se puede mantener una conversaci¨®n sobre l¨ªmites sin que te acusen de turismofobia; igual que deber¨ªamos poder hablar de pesca sostenible sin que te acusen de ser antipescador.
P. ?La Fundaci¨®n Marilles es un ejemplo de c¨®mo est¨¢n aumentando los fondos de fil¨¢ntropos dedicados a la conservaci¨®n en Espa?a?
R. Con un presupuesto de 1,5 millones este a?o, Marilles probablemente sea la principal fuente de financiaci¨®n privada para conservaci¨®n marina en Espa?a. Pero que sea la n¨²mero uno lo que quiere decir es que se est¨¢ invirtiendo muy poco en este campo. Marilles sali¨® adelante primero con un donante que fue Adessium, una fundaci¨®n holandesa que nos dio 300.000 euros, y luego se sum¨® MAVA, que es una fundaci¨®n suiza que cre¨® WWF. Tambi¨¦n se incorporaron la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe Alberto de M¨®naco, la Fundaci¨®n Flotilla, la Fundaci¨®n Primat, que es suiza, se sum¨® tambi¨¦n Oceans 5, un grupo de fil¨¢ntropos con base en Estados Unidos.
P. ?No es parad¨®jico que tengan que ser fil¨¢ntropos de fuera los que ayuden a proteger las aguas territoriales espa?olas?
R. Hay dos problemas. Uno es que, en el mundo de las donaciones, la filantrop¨ªa ambiental resulta peque?a. Casi todas las donaciones van a educaci¨®n, a sanidad, a desarrollo; solo entre un 3% y un 5% van a temas de medio ambiente. Pero, aparte, en Espa?a es insuficiente el incentivo fiscal y hay un problema de poca madurez por parte de la administraci¨®n p¨²blica, que sigue viendo la inversi¨®n privada en algunas ¨¢reas con cierto recelo. En pa¨ªses como el Reino Unido la inversi¨®n privada es enorme en conservaci¨®n de la naturaleza y se trabaja codo a codo con la administraci¨®n. Esto en Espa?a a¨²n est¨¢ en su infancia y a veces nos encontramos con la administraci¨®n p¨²blica que en lugar de dar la bienvenida a estas iniciativas juega al perro del hortelano, que ni come ni deja comer.
P. ?Qu¨¦ opina de que empiece a haber una gran cantidad de peque?as iniciativas privadas trabajando por la conservaci¨®n?
R. Ahora mismo me preocupa que la dispersi¨®n de recurso financiero por parte del sector privado nos hace perder much¨ªsimas oportunidades. Acabaremos con un chirimiri de peque?os proyectos en lugar de tener un chorro de una manguera que apunte en una misma direcci¨®n: tener un 10% del mar altamente protegido en el Mediterr¨¢neo de Espa?a.
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