La mayor superficie protegida en Espa?a est¨¢ ya en el mar
¡°Es imposible abarcarlo todo¡±, cuenta uno de los agentes que vigilan estos grandes espacios marinos. Las ¨¢reas protegidas cubren ya el 20,9% de las aguas territoriales del pa¨ªs, pero apenas el 0,1% tiene una protecci¨®n estricta
Hay noches que Carlos Palacios tiene que salir de la cama y volver a ponerse el uniforme porque en el 112 se ha recibido un aviso de nido de tortuga boba en una playa. Las emergencias nocturnas para poner a salvo huevos de esta especie forman parte de su ingente trabajo, al igual que estar pendiente de grandes cet¨¢ceos como rorcuales que pasan cerca de la costa, censar poblaciones de aves marinas como cormoranes mo?udos o inspeccionar que los barcos recreativos no echen el ancla en valiosos fondos con praderas de posidonia. Este valenciano es uno de los 20 agentes medioambientales del servicio de vigilancia marina del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica que cubren hoy una superficie protegida en el mar en Espa?a de 22,5 millones de hect¨¢reas, tanto como dos veces y media el tama?o de Portugal. ¡°Es imposible abarcarlo todo. Si ahora mismo est¨¢n pasando rorcuales por Denia, nosotros no estamos all¨ª. Pero aun as¨ª, todo aquello a lo que llegamos supone una mejor¨ªa. Somos algo que faltaba, pues se hab¨ªa prestado mucha atenci¨®n al medio terrestre, pero no al medio marino¡±, asegura.
En los cerca de 100 a?os de historia reciente de creaci¨®n de reservas naturales, la mayor¨ªa de los esfuerzos de conservaci¨®n en el pa¨ªs se realizaron en suelo firme y hasta 2014 solo se hab¨ªa protegido un 1% de las aguas territoriales. Sin embargo, seg¨²n los datos de Transici¨®n Ecol¨®gica, en tan solo una d¨¦cada se ha puesto ya bajo protecci¨®n un 20,9% de la superficie marina y desde hace unos meses hay m¨¢s espacio protegido en el mar que en tierra. Hoy ganan las ¨¢reas marinas en m¨¢s de 4 millones de hect¨¢reas y esta diferencia va a seguir creciendo, pues el objetivo es llegar al 25% en 2025 y al 30% en 2030.
Teniendo en cuenta que el territorio espa?ol se extiende por el doble de mar que de tierra, porcentajes como estos plantean un gran desaf¨ªo: c¨®mo se vigilan ¨¢reas marinas tan amplias, en ocasiones alejadas de la costa. Seg¨²n incide Palacios, que junto a su compa?ero castellanoleon¨¦s Mariano Bermejo cubren las zonas protegidas de toda la Comunidad Valenciana, simplemente el Corredor de Cet¨¢ceos del Mediterr¨¢neo, que va desde Alicante a Girona, un ¨²nico espacio tan grande como Arag¨®n, ¡°resulta inabarcable con los medios actuales¡±. Para cubrir extensiones as¨ª, comenta el vigilante, se requieren nuevas tecnolog¨ªas, como embarcaciones aut¨®nomas o drones.
Frente a la enormidad de estos espacios acu¨¢ticos, los agentes medioambientales marinos del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica son un servicio de vigilancia con apenas tres a?os en funcionamiento que sigue construy¨¦ndose. Existe una convocatoria para ampliar el n¨²mero de personal y est¨¢ licit¨¢ndose la compra de embarcaciones. De momento, Palacios y Bermejo todav¨ªa no disponen de barco propio y para salir al mar recurren a una subcontrata. Hace unos d¨ªas, una embarcaci¨®n neum¨¢tica semirr¨ªgida de unos seis metros de eslora les esperaba en el puerto alicantino de Calpe, con un patr¨®n y una bi¨®loga de la empresa p¨²blica Tragsa. Era el punto de origen que hab¨ªan elegido esta vez para una de las dos jornadas entre semana que dedican a vigilar en el mar, siempre que la meteorolog¨ªa lo permite; el resto trabajan desde la costa o la oficina. ¡°Una embarcaci¨®n neum¨¢tica es c¨®moda para aproximarse a otros barcos¡±, recalca Bermejo al subir a cubierta, ¡°aqu¨ª hay algunas zonas del mar que en verano son como parkings gigantes llenos de gente con barcos buscando aparcamiento¡±.
Existen otros vigilantes de la Administraci¨®n que tambi¨¦n realizan tareas en espacios marinos, agentes auton¨®micos o los del Ministerio de Agricultura, que controlan asuntos m¨¢s relacionados con la pesca. Pero este servicio se ocupa espec¨ªficamente de la biodiversidad marina. ¡°Solemos trabajar mucho en colaboraci¨®n con equipos de otros organismos¡±, incide Palacios, que ha aprendido a navegar en el a veces complicado mar de las competencias de las administraciones espa?olas. Como cuenta este ingeniero de Caminos y Puertos, su lista de trabajos resulta tan inabarcable como variada, pues son muchos los tipos de impactos a los que se enfrentan los espacios marinos. En el caso de varamientos, participan en el operativo en funci¨®n del animal y su estado. ¡°En 2022 nos llamaron para un varamiento de una ballena yubarta de 18 toneladas¡±, se?ala. Pueden recibir avisos por capturas accidentales en artes de pesca de tortugas, que en caso de seguir vivas pueden sufrir s¨ªndrome de descompresi¨®n y por ello se las est¨¢ metiendo en una c¨¢mara hiperb¨¢rica antes de volver a soltarlas. Tambi¨¦n realizan seguimiento de obras costeras, control de alga asi¨¢tica invasora, vigilancia en el avistamiento de cet¨¢ceos... ¡°Seg¨²n el Real Decreto 1727/2007, las embarcaciones no pueden acercarse a menos de 60 metros de los animales y entre los 60 y los 300 metros no puede haber m¨¢s de dos embarcaciones¡±, recita de forma autom¨¢tica el agente. Cuando salen de Calpe, van vigilando las zonas de fondeo donde saben que hay posidonia y sacan varios pl¨¢sticos del agua. ¡°Los residuos marinos no son de nuestra competencia, pero no vamos a dejarlos ah¨ª¡±.
M¨¢s all¨¢ de la extensi¨®n que ocupen estas ¨¢reas marinas, lo importante es el tipo de protecci¨®n al que est¨¦n sujetas. Dentro de ese 20,9%, las zonas m¨¢s amplias son espacios de la Red Natura 2000, en los que se pueden seguir realizando actividades humanas como el turismo o la pesca, pero debe implantarse una gesti¨®n ordenada de esos usos para que sean compatibles con la conservaci¨®n. Para ello, cada espacio debe contar con un plan de gesti¨®n que tiene que elaborarse con la participaci¨®n de todos los actores implicados. Como se?ala ?scar Esparza, experto en este tipo de procesos participativos de la organizaci¨®n ecologista WWF, ¡°se trata de llegar a planes de gesti¨®n que est¨¦n legitimados, que la gente sepa qu¨¦ se puede hacer y qu¨¦ no, y por qu¨¦ se toman estas medidas, pues luego repercute en una mejor gesti¨®n del espacio. Ahora estamos en un proceso muy importante, ya que se est¨¢n elaborando los planes de gesti¨®n para una superficie marina realmente muy grande, se abre una oportunidad de establecer alianzas con las comunidades locales y entre todos buscar soluciones con el mayor consenso posible¡±. Y a?ade: ¡°Cuando empec¨¦ a trabajar en esto hace 20 a?os, los pescadores y las administraciones eran en general bastante reacios, no estaban muy convencidos de que las ¨¢reas marinas protegidas fueran eficaces, pero esto ha cambiado, ahora unos y otros consideran que son herramientas muy ¨²tiles de conservaci¨®n de los recursos, los propios pescadores est¨¢n promoviendo la creaci¨®n de zonas protegidas¡±. Por su parte, Lucas Barrero, de Ecologistas en Acci¨®n, reconoce que Espa?a es de los pa¨ªses que m¨¢s r¨¢pido est¨¢n yendo con la protecci¨®n de espacios marinos, pero tambi¨¦n se muestra cr¨ªtico. ¡°Para que no se conviertan en parques de papel, har¨ªa falta una mayor dotaci¨®n presupuestaria para mejorar la vigilancia y la gobernanza¡±, se?ala este ecologista, que igualmente lamenta que no haya una mayor superficie bajo protecci¨®n estricta. Estas ¨¢reas con medidas estrictas de conservaci¨®n forman parte de las reservas marinas integrales de inter¨¦s pesquero y, seg¨²n el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica, hoy apenas cubren el 0,1% de la superficie marina protegida.
En los prism¨¢ticos de Palacios aparece de pronto un velero en la zona del Portet, donde hay fondos de faner¨®gamas marinas como la posidonia. Tras acercarse a un par de metros de la embarcaci¨®n, el agente vocifera la consigna habitual:
¡ªBuenos d¨ªas, somos el servicio de vigilancia del Ministerio de Medio Ambiente, vamos a revisar el fondeo porque esta es una zona de posidonia.
Seg¨²n explica, cuando empez¨® a trabajar dec¨ªa el nombre oficial entero, el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico, pero tuvo que acortarlo porque no le daba tiempo a pronunciarlo en los pocos segundos que pasan por la popa del otro barco. En este caso, poco importa, por la cara de extra?eza de las personas que le miran desde del velero, donde ondea una bandera de Dinamarca.
¡ª?Espa?ol? ¡ªvuelve a la carga el agente.
¡ªUn poquito ¡ªresponden desde el velero.
¡ªWe are going to check the anchor (Vamos a revisar el ancla) ¡ªintenta Palacios en ingl¨¦s.
A continuaci¨®n, este mete en el agua un batiscopio, un dispositivo que permite ver los fondos marinos, y comprueba que el ancla no est¨¢ sobre praderas de posidonia. Con el pulgar levantado, se despide de los daneses. ¡°La posidonia no es un alga, sino una planta adaptada a vivir sumergida, y como es end¨¦mica del Mediterr¨¢neo, solo est¨¢ aqu¨ª, muchos extranjeros no saben qu¨¦ es¡±, detalla Palacios, mientras la embarcaci¨®n cambia de rumbo para visitar ahora una obra en un puerto cercano.
Desde el Ministerio, Fernando Magdaleno, subdirector de Biodiversidad Marina y Terrestre, incide en c¨®mo la ¨²ltima gran incorporaci¨®n hace solo unos meses de ¨¢reas marinas protegidas supone 9,3 millones de hect¨¢reas adicionales que se ha intentado que conecten con otros espacios similares ya existentes sobre el mapa. ¡°No hay una atomizaci¨®n de m¨²ltiples espacios min¨²sculos, sino que se ha buscado la conectividad de los espacios para conseguir unas dimensiones que permitan los procesos biol¨®gicos y movimientos migratorios de especies¡±, se?ala. ¡°En los ambientes marinos, Espa?a tambi¨¦n atesora una riqueza que es absolutamente extraordinaria en Europa¡±, destaca el subdirector, que reconoce que la Comisi¨®n Europea insiste a los Estados miembros para que un tercio del objetivo del 30% de superficie marina a proteger sea bajo criterios de conservaci¨®n estrictos, tal y como demandan grupos ecologistas.
De forma reciente, Grecia se ha convertido en el primer pa¨ªs europeo que proh¨ªbe la pesca de arrastre en espacios protegidos, una medida tambi¨¦n defendida por la Comisi¨®n, por los da?os que provoca esta t¨¦cnica en los fondos marinos. Sin embargo, no toda la pesca es igual. ¡°No somos el mal de todo lo que sucede en los oc¨¦anos, eso no es cierto¡±, enfatiza Nicol¨¢s Fern¨¢ndez, secretario general de la Federaci¨®n de Cofrad¨ªas de Pescadores de C¨¢diz, que se muestra a favor de los espacios marinos protegidos. ¡°Nuestro alimento, nuestra vida y nuestras familias dependen de la salud que tengan nuestros ecosistemas y nuestros caladeros¡±, comenta este representante de la Cofrad¨ªa de Conil, donde los propios pescadores llevan a?os pidiendo, sin ¨¦xito, la protecci¨®n estricta de una zona marina para limitar la pesca. ¡°En todas las familias hay de todo. En los pescadores, hay gente que lleva tantos palos que ya lo ven todo como un peligro. Y entre los ecologistas, hay los que empatizan con el desarrollo econ¨®mico y social, y los que ven solo la parte ambiental, lo cual es tambi¨¦n un error tremendo¡±.
En el puerto de Roses (Girona), Toni Abad, presidente de la Federaci¨®n Catalana de Cofraf¨ªas, afirma: ¡°Aqu¨ª ya hace cerca de 12 a?os que cerramos un ¨¢rea marina para la protecci¨®n de la merluza. Detectamos que hab¨ªa muchos alevines y no ten¨ªa sentido pescarlos. Sin vigilancias, sin Administraci¨®n, sin nadie, lo hicimos nosotros, por nuestra cuenta y riesgo, y la gente est¨¢ encantada con esto¡±. Y se?ala: ¡°A lo mejor nos hubiera gustado que alguna zona se hubiera consensuado m¨¢s con el sector, pero aqu¨ª todos los pescadores estamos a favor de tener estas ¨¢reas protegidas, porque al final, y lo digo desde un punto de vista ego¨ªsta, es un bien para nosotros, estos espacios son criaderos de pescado¡±.
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