Luis Garc¨ªa Montero inaugura el club de lectura de EL PA?S
Un grupo de 20 suscriptores conversa con el autor en torno a su nuevo libro, ¡®Un a?o y tres meses¡¯
No hay poes¨ªa sin ficci¨®n. Eso parece al menos haberle ocurrido al poeta Luis Garc¨ªa Montero (Granada, 1958) cuando escribi¨® Un a?o y tres meses (Marginales), su nuevo poemario centrado en los ¨²ltimos meses de la vida de su esposa, la escritora Almudena Grandes. Ante un grupo de 20 lectores, el escritor asegur¨® haber usado los mecanismos de la ficci¨®n para reflejar sus emociones. ¡°Pero eso no significa ser un impostor¡±, aclar¨®. El motivo de su reflexi¨®n fue el primer encuentro del club de lectura de EL PA?S, que el pasado viernes 4 de noviembre tuvo lugar en FNAC de Madrid, donde un grupo de suscriptores pudo compartir impresiones con el autor.
El club de lectura de EL PA?S, coordinado por el suplemento de libros Babelia, es un proyecto con el que el diario aspira a crear una comunidad de lectores que vaya m¨¢s all¨¢ de sus propias p¨¢ginas. Peri¨®dicamente, se propondr¨¢ a los suscriptores un nuevo t¨ªtulo y un encuentro presencial con un autor para compartir reflexiones y preguntas.
En este primer encuentro, dijo Garc¨ªa Montero que desde el principio tuvo claro que no quer¨ªa que su libro se convirtiera en un desahogo personal. Por eso acudi¨® a la ficci¨®n: ¡°Pero qu¨¦ jodida es acudir a ella. Porque no puedes dejar resquicios para enga?arte a ti mismo o a los dem¨¢s de manera teatral¡±. Para el autor, escribir estos poemas no fue tarea sencilla. ¡°Los peligros de caer en el patetismo y en el desahogo son tremendos¡±, se sincer¨®. Y desgran¨® el proceso de su escritura; a veces tuvo que buscar ciertos sentimientos o ideas en relatos similares de sus admirados escritores. No quer¨ªa que su prosa fuera por completo biogr¨¢fica, sino literaria, para que cualquier lector pudiera sentirse identificado: ¡°Debes elaborar tus sentimientos sin manipularlos, identificarlos como propios y que el lector pueda hacerlos suyos¡±.
De reflexionar junto a estas y otras cuestiones lo hizo junto al tambi¨¦n escritor y periodista de EL PA?S Semanal Jes¨²s Ruiz Mantilla, que defini¨® as¨ª el poemario: ¡°Es una obra extraordinaria y profunda sobre el duelo y los resquicios de la alegr¨ªa, el peso del dolor, la b¨²squeda de un sentido hacia la vida, m¨¢s triste, pero que adquiere un poder extraordinario a trav¨¦s de un medicamento que es la poes¨ªa¡±. Porque as¨ª esper¨® curarse el poeta cuando le diagnosticaron el c¨¢ncer que se llev¨® a Grandes. Y as¨ª lo plasm¨® ante el grupo de suscriptores que, libro en mano, emitieron haber empatizado con los poemas.
En un momento dado, una de las asistentes ley¨® un viejo verso del poeta, de Luna en el sur: ¡°La verdadera nostalgia, la m¨¢s honda,/ no tiene que ver con el pasado, sino con el futuro/ Yo siento con frecuencia la nostalgia del futuro,/ quiero decir, nostalgia de aquellos d¨ªas de fiesta,/ cuando todo merodeaba por delante y el futuro/ a¨²n estaba en su sitio.¡± Para ¨¦l fue un planteamiento que le rond¨® en la elaboraci¨®n de su poemario. ¡°Hay momentos en los que uno vive y puede ser feliz porque el futuro est¨¢ en su sitio y te est¨¢ esperando. Cuando uno se queda vac¨ªo es cuando pierde ese futuro, no el pasado¡±, coincidi¨® Garc¨ªa Montero.
Durante una hora y cuarto, el autor, el periodista de EL PA?S Semanal y los lectores pudieron abordar el universo interior del poeta y los miedos que le asolaron, no solo en el proceso de escritura, tambi¨¦n durante la enfermedad: ¡°Cuando hay momentos de esperanza y miedo, uno le da mucha importancia a los cuidados y le da valor al secreto. Con el poema tienes que saber c¨®mo mantenerte callado para que permanezca el secreto. Con la enfermedad pasa lo mismo. Porque el miedo no te lo quita nadie, pero tienes que tener mucho cuidado para que no se note este y domine la esperanza¡±.
Esa esperanza reconoci¨® deb¨¦rsela a su esposa. Y entonces mencion¨® la positividad de la escritora, una cualidad que asegur¨® haberla definido siempre: ¡°Almudena siempre fue muy optimista. Era una persona tan enamorada de la vida que le gustaba hasta la comida de los aviones. Se com¨ªa la suya y la m¨ªa¡±. Un poco m¨¢s tarde, al cierre del encuentro, reiter¨® ese b¨¢lsamo de los versos: ¡°La poes¨ªa nos da respuestas que necesitamos m¨¢s all¨¢ de la tecnolog¨ªa o de la ciencia. Eso es lo que yo he buscado en este libro¡±.