Hedi Slimane y Saint Laurent sellan su uni¨®n
El dise?ador vuelve a las pasarelas tras cinco a?os Muestra su total sinton¨ªa con la firma en la cita de la moda francesa
Estaba oscuro, como no podr¨ªa ser de otra manera. Y aun as¨ª se pod¨ªa ver la expectaci¨®n en las caras de los que te rodeaban. La gente cruzaba sonrisas excitadas al encontrarse con la mirada de otro que, como ¨¦l, trataba de no perderse nada de lo que le rodeaba. No solo era el momento m¨¢s esperado de esta edici¨®n de la semana de la moda de Par¨ªs, sino tambi¨¦n de los ¨²ltimos a?os. Hedi Slimane volv¨ªa al dise?o de moda con su primera colecci¨®n femenina para Saint Laurent, tras un lustro dedicado a la fotograf¨ªa. Mucho han cambiado las cosas desde que Slimane dejara la divisi¨®n masculina de Dior. Lo que permanece intacto es el inter¨¦s que el dise?ador franc¨¦s, de 44 a?os, suscita. Slimane ya revolucion¨® la moda una vez cuando introdujo una forma de vestir m¨¢s andr¨®gina, juvenil y escueta para los hombres en el cambio de siglo. ?Ser¨ªa capaz de hacer algo parecido en el m¨¢s maduro lenguaje de la moda para mujer? A comprobarlo acudi¨® una apabullante alineaci¨®n de creadores: Marc Jacobs, Alber Elbaz, Azzedine Ala?a, Alexander Wang, Diane von Furstenberg, Peter Dundas o Riccardo Tisci, entre otros.
Pero no solo se trata del retorno de un hijo pr¨®digo. Para comprender la enorme carga emocional del estreno de anoche hay que saber tambi¨¦n que se inaugura una nueva era en una de las firmas m¨¢s relevantes de la moda contempor¨¢nea. La casa que Yves Saint Laurent fund¨® en 1962 junto a Pierre Berg¨¦ es una de las fuerzas mayores del sistema de la moda de los ¨²ltimos 50 a?os. La joya m¨¢s preciada, con permiso de Gucci, del imperio de los Pinault. En 2002, Saint Laurent se despidi¨® de la moda con un discurso dram¨¢tico y, con ¨¦l, se cerr¨® la alta costura de la casa. El pr¨ºt-¨¤-porter qued¨® en manos de Tom Ford, a quien Saint Laurent despreciaba, y luego de Stefano Pilati que se pele¨® contra las gigantescas sombras de su legado.
Berg¨¦ y Saint Laurent fueron los primeros que confiaron en Slimane. Le entregaron la colecci¨®n masculina en la d¨¦cada de los noventa cuando apenas ten¨ªa experiencia. Los resultados fueron tan espectaculares que Dior llam¨® pronto a su puerta. Berg¨¦ ha dicho a todo el que le ha querido escuchar cu¨¢n satisfecho est¨¢ de la vuelta de Hedi. Y ha aprobado todas las decisiones previas a su primera colecci¨®n. Entre ellas, la de eliminar el nombre propio del dise?ador de la etiqueta. Con este gesto, Slimane dej¨® clara su voluntad de recuperar el esp¨ªritu con el que Saint Laurent cre¨® la colecci¨®n de pr¨ºt-¨¤-porter en 1966: acercar la moda a la calle y a la juventud.
Una hoja en blanco con el nuevo logotipo Saint Laurent Par¨ªs ¡ªen realidad, muy parecido al original¡ª esperaba a cada invitado en los bancos de madera sin tratar en los que hab¨ªan de sentarse. Era el ¨²nico punto de luz en una sala completamente oscura y, en ella, un mensaje que lo dec¨ªa todo: "A Pierre". Slimane es un hombre de pocas, pero precisas palabras y dotado de una sensibilidad extraordinaria para captar lo que sucede en su tiempo. La editora Diana Vreeland sol¨ªa decir que en la moda tienes que darle a la gente lo que desea, pero antes de que sepan que lo desean. Ese es un talento que sin duda posee Slimane. Cuando su excitada audiencia estuvo al fin sentada, y empez¨® a sonar la m¨²sica de Junior Kimbrough, mezclada por Daft Punk, varios haces de luz cruzaron la sala. Entonces, los paneles del techo se abrieron y enormes altavoces y focos bajaron.
Fue uno de los arranques m¨¢s intensos para un desfile que esta cronista recuerda, dotado de una energ¨ªa m¨¢s cercana a la que emana una banda al saltar a un escenario que la que, en buena l¨®gica, deber¨ªa inspirar un pase de modelos. En la colecci¨®n, Slimane se ci?¨® al guion de la recuperaci¨®n est¨¦tica y filos¨®fica de los c¨®digos de Saint Laurent en los ¨²ltimos sesenta y los primeros setenta. La sahariana, las transparencias, las capas y las blusas de gran lazada al cuello se combinaron con pantalones pitillo, largas faldas, cazadoras de cuero y ponchos. Uno de ellos, en cuero trenzado, se uni¨® a una falda de flecos met¨¢licos y a varias piezas de extraordinarios bordados para demostrar la capacidad y sofisticaci¨®n en la factura de que es capaz la casa.
La influencia del rock de los setenta est¨¢ lejos de ser original, pero Slimane logra convertirla en algo inmediatamente deseable y pertinente para este momento. Al tiempo, consigue ensamblar de forma tan arm¨®nica su propio y muy definido universo con el de Yves Saint Laurent que cuesta distinguir d¨®nde termina uno y empieza el otro. Alcanzar esa uni¨®n sin costuras no es un asunto f¨¢cil y, como en cualquier relaci¨®n, exige un notable grado de confianza en uno mismo y en los brazos a los que uno se arroja. En esta semana de la moda proliferan los ejemplos de dise?adores que luchan por dialogar con normalidad con el legado de otros. Pero Hedi Slimane y Saint Laurent parecen hechos el uno para el otro.
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