A ratos farragosa, a ratos magistral
En la primera hora de esa pel¨ªcula que esperaba con fervor resulta que me aburro ligeramente
Aunque en la larga y fecunda obra de Steven Spielberg convivan todos los g¨¦neros y los dilemas entre lo que pretende el Spielberg artista y lo que aconseja el Spielberg productor, hay proyectos suyos en los que resulta inequ¨ªvoco que ha volcado su alma, con los que intenta ser recordado eternamente por la historia del cine. La lista de Schindler era representativa de esa suprema ambici¨®n. Y acerc¨¢ndose al invierno de su vida, el hombre que ya lo sabe todo sobre narrar todo tipo de historias con la c¨¢mara (independientemente de que esa sabidur¨ªa fuera precoz, de que a los 27 a?os rodara la extraordinaria Tibur¨®n) se propone describir uno de los momentos m¨¢s trascendentes de la historia de Estados Unidos a trav¨¦s de la figura de un hombre grandioso y complejo llamado Abraham Lincoln, protagonizando la inaplazable tarea de abolir la esclavitud en un pa¨ªs desangrado por la guerra civil.
Lincoln
Direcci¨®n: Steven Spielberg.
Int¨¦rpretes: Daniel Day-Lewis, Sally Field, David Strathairn, Joseph Gordon-Levitt, James Spader.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2012.
Duraci¨®n: 150 minutos.
Me resulta sorprendente el titular que encabeza una entrevista con Spielberg publicada en este peri¨®dico. Asegura: "Lincoln es mi pel¨ªcula m¨¢s europea". Me planteo el significado de su certidumbre art¨ªstica durante la primera hora de esa pel¨ªcula que esperaba con fervor. Y resulta que me aburro ligeramente, que me siento distanciado de lo que me est¨¢n contando, que me hago un l¨ªo con la personalidad y los discursos de congresistas, secretarios, senadores y dem¨¢s pol¨ªticos del Gobierno de la Uni¨®n, que me siento perdido al no haberme documentado previamente sobre la historia de ese periodo convulso de Estados Unidos para entender las claves que me ofrece Spielberg.
Me lleva tiempo apasionarme por lo que veo y escucho. Pero esa anhelada fascinaci¨®n llega. La parad¨®jica tem¨¢tica ¡ªdescrita por el izquierdista radical y sarc¨¢stico que interpreta admirablemente un empelucado Tommy Lee Jones "como la causa m¨¢s justa que se gan¨® impulsando la corrupci¨®n pol¨ªtica y con el consentimiento del hombre m¨¢s puro que he conocido"¡ª deja de ser farragosa y va adquiriendo fuerza expresiva en el desarrollo. Pero lo que m¨¢s me gusta de esta pel¨ªcula es el penetrante retrato de la personalidad de Lincoln, la relaci¨®n con su problem¨¢tica esposa (aunque ella nos explique convincentemente lo complicado que es vivir con un mito para un ser que aspira a la normalidad) y con sus hijos, la armon¨ªa con la que se compaginan en su car¨¢cter y en su conducta el idealismo, la astucia y el pragmatismo, su profundo conocimiento de la naturaleza humana y sus dotes para convencer al confuso y seducir al rival, sus contradicciones, su determinaci¨®n, su altura moral.
El lenguaje visual que utiliza aqu¨ª Spielberg tambi¨¦n es nuevo. Su c¨¢mara elige el intimismo y desecha la exuberancia, incluso en las secuencias b¨¦licas. Dedica todo su mimo a los actores y actrices y estos le corresponden, sean protagonistas o secundarios. Daniel Day-Lewis est¨¢ m¨¢s all¨¢ del elogio. No parece, es, por dentro y por fuera. Algo que debe de ser agotador psicol¨®gicamente, pero que el espectador agradece. Y una desmaquillada, obesa y bajita Sally Field le da magistralmente la r¨¦plica y aguanta el tipo como una leona ante esa creaci¨®n intimidante y genial. Es una pel¨ªcula ins¨®lita, estilizada, poderosa y finalmente conmovedora. Que est¨¦ por debajo de mis expectativas, solo es problema m¨ªo.
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