Charo L¨®pez: ¡°En Argentina tratan muy bien a todos los actores¡±
La actriz estrena en la ciudad bonaerense 'En el estanque dorado' junto al argentino Pepe Soriano
Qu¨¦ veneno tan grande no tendr¨¢ el teatro para que una mujer de 70 a?os agarre un d¨ªa el tel¨¦fono desde Madrid, llame a Carlos Rottemberg, el mayor empresario teatral de Argentina y le diga que si tiene algo para ella, algo que tal vez no quiera ninguna actriz, pero que le venga bien a ella. Rottemberg le dijo que s¨ª, que se viniera a Buenos Aires, que podr¨ªan estrenar En la laguna dorada (para el p¨²blico espa?ol En el estanque dorado) en el Mar del Plata. ¡°Y no hubo m¨¢s. No me hizo falta tener esas conversaciones largu¨ªsimas con los productores¡±, recuerda.
No conoc¨ªa al director, Manuel Gonz¨¢lez Gil, ni a los actores, el legendario Pepe Soriano, de 84 a?os, ni a la estupenda Emilia Mazzer. Lleg¨® a Buenos Aires y le entr¨® miedo. Hac¨ªa mucho tiempo que no ven¨ªa a la ciudad, desde 1998, pens¨® que ya hac¨ªa un rato que no ten¨ªa 17 a?os, como cuando debut¨® en una sala de la Facultad de Filosof¨ªa de Salamanca. Pens¨® que ya no pod¨ªa permitirse estar tanto tiempo fuera de casa y se sinti¨® sola, desubicada y vulnerable. Ten¨ªa el prurito de que los actores argentinos son tan buenos que no sabr¨ªa si estar¨ªa a la altura.
Pero el veneno fue haciendo su efecto y comenz¨® a disfrutar de los ¨¢rboles de la ciudad, de los paseadores de perro y cada segundo de los ensayos. ¡°En este pa¨ªs tratan muy bien a los actores, nos miman mucho. Dicho aqu¨ª, con mis compa?eros cerca, me da una verg¨¹enza espantosa. Pero es cierto, son muy cari?osos con todos, no s¨®lo con las grandes figuras¡±. Ella es Ethel, la esposa de Golman, la madre de Chelsea (Emilia Mazzer), en eterna disputa con el padre. Es la misma obra de Ernest Thompson que ya protagonizaron en el cine Katharine Hepburn y Henry Fonda. Da la coincidencia de que mientras se representa en Buenos Aires por una espa?ola y un argentino en Madrid se ha representado por el argentino H¨¦ctor Alterio y la espa?ola Lola Herrera. ¡°El cine permite ense?ar las lagunas, pero la adaptaci¨®n del teatro es menos sensiblera. Habla de la vida desde un punto de vista mucho m¨¢s real. Es una familia y punto. Y pasa lo que en todas las familias¡±.
Pasa que la hija le pregunta a la madre: ¡°?Por qu¨¦ ese viejo hijo de puta desgraciado nunca fue amigo m¨ªo alguna vez?¡± Y al rato insiste: ¡°He vivido toda mi vida con ese hombre y no lo conozco. No supe hacerme amiga de ¨¦l¡±.
¡°Me gusta la relaci¨®n de ellos dos¡±, explica Charo L¨®pez. ¡°Porque ¨¦l (Pepe Soriano) es un viejo protest¨®n. Y ella se comporta siempre con una aparente bondad, trata de poner todo en orden. Pero a veces explota. Y esto hace que sorprenda. Tambi¨¦n me gusta la relaci¨®n con mi hija. Est¨¢ siempre protestando contra el padre, porque se ha sentido siempre maltratada toda la vida. Y la madre pone en riesgo la relaci¨®n de ella con el padre. Gracias a la madre, ellos se van a aproximar, van a cuidar las formas. Pero no van a hacer nunca las paces porque estas cosas no se arreglan con una simple conversaci¨®n¡±.
Charo L¨®pez posa para las fotos al terminar el ensayo caracterizada como su personaje, aclara que ese pelo no es suyo, que el de ella est¨¢ debajo. Durante la entrevista, alguien le trae un mu?eco y lo abraza y explica que es el mu?eco de su infancia, que fue novio, marido y confidente. Que se llama Hip¨®lito, lo ten¨ªa en una chimenea y se ha ca¨ªdo. En realidad, es el mu?eco de su personaje. El de ella fue la Mariquita P¨¦rez y su hermano Juan¨ªn.
¡°?Deseo tanto estar arriba de un escenario¡! Para m¨ª hay pocos trabajos tan ricos como ¨¦ste. En la vida no tienes ocasi¨®n de desdoblarte como lo haces aqu¨ª¡±. ?No es el aplauso lo que extra?a? ¡°No, cuando se llega al aplauso uno est¨¢ ya tan agotado¡ Lo agradeces, pero lo que m¨¢s agradeces es llegar al camerino y meterte una botella de agua fr¨ªa, y re¨ªrte con tus compa?eros y cenar y re¨ªr hasta que est¨¢s agotado y te vas a la cama. Es muy agradable ir bajando la adrenalina poco a poco. Porque si te vas a casa en ese momento, no duermes¡±.
El sentido de la brevedad de la vida empieza a entrar ahora en mi cabeza. Eso a veces me entristece", dice la actriz
Para ella gran parte de la magia comienza en el camerino. ¡°Hoy he entrado pidiendo perd¨®n a todos. Porque ayer el peluquero me dijo que iba a entrar en mi camerino y le dije que en mi camerino no entra nadie. Es una groser¨ªa, pero yo necesito estar completamente sola buscando concentraci¨®n. Yo voy muy pronto al teatro. As¨ª como salgo la primera, casi con el p¨²blico, llego tambi¨¦n muy pronto¡±.
Camina por el escenario a solas, memoriza todos los objetos que tiene que tocar. ¡°Aunque el regidor hace la pasada, a m¨ª me gusta hacer yo la m¨ªa¡±. Y una vez que entra en escena quisiera morirse de puro miedo cuando da el primer paso. Tambi¨¦n con el segundo y el tercero. Hasta que llega el quinto. ¡°Adem¨¢s, en ese teatro del Mar del Plata ves a la gente ah¨ª encima. Eso hay que vivirlo. Pero luego eso se convierte en una mantita que te arropa. Eres t¨² la que te has inventado que no te quieren. Pero te est¨¢n apoyando¡±.
La sala de ensayo es uno de esos caprichos que s¨®lo parecen posibles en una capital del teatro como Buenos Aires. Se encuentra dentro de la casa del director de la obra, Manuel Gonz¨¢lez Gil, en el barrio porte?o de Villa Crespo. Se accede por un estrecho jard¨ªn, se deja a la izquierda el estudio de Gonz¨¢lez Gil y de pronto al fondo, como en el relato del Aleph, aparece un lugar donde todas las historias son posibles. El director de la obra, que es tambi¨¦n padre de dos hijos y una hija vinculados al teatro, decidi¨® reconvertir su piscina en una sala de techos enormes y bien iluminada.
Ahora toca la pregunta de rigor: ?Teatro o cine? ¡°Yo lo ¨²nico que quiero es tener personajes y directores. Me da igual el medio. En televisi¨®n y en cine, cuando he tenido un personaje grande lo he pasado muy bien. En el cine t¨¦cnicamente es muy duro recordar en qu¨¦ estado de ¨¢nimo saliste por una puerta cuatro meses despu¨¦s, cuando hay que seguir con una escena. Y a veces toca trabajar as¨ª. Pero en el teatro cuando arrancas t¨² eres la due?a de todo. S¨ª, prefiero el teatro¡±.
Charo L¨®pez se siente una privilegiada. ¡°El director, Manuel Gonz¨¢lez Gil, tiene el don de la serenidad, de la reflexi¨®n. Nunca pone a los actores nerviosos. Sabe milim¨¦tricamente qu¨¦ quiere de cada actor, de las relaciones entre actores. Y de Pepe Soriano qu¨¦ puedo decir. Para m¨ª est¨¢ siendo un regalo trabajar con un maestro como ¨¦l. Me quedo con la boca abierta viendo los recursos que tiene, su capacidad para cambiar su estado de ¨¢nimo, para modificar la voz, para emocionarse¡ Hace verdaderos prodigios pero de una forma f¨¢cil, con mucha naturalidad. Y con Emilia Mazzer hay mucha compenetraci¨®n tambi¨¦n. Lloramos tanto en escena que ya le he dicho que cuando terminemos nos vamos a tener que operar las ojeras¡±.
?Qu¨¦ le resultar¨¢ m¨¢s dif¨ªcil, llorar o re¨ªr? ¡°Las dos cosas son dif¨ªciles, pero todo tiene que ver con la relajaci¨®n. Si est¨¢s relajada puedes llorar y creerte la situaci¨®n que te motiva. Hacer re¨ªr tiene que ver con las pausas, con el ritmo, el toque m¨¢gico¡ Son tantas cosas¡¡±.
Cree que ha aprendido mucho con la edad, pero confiesa que le desespera que todo eso que aprendi¨® va a servirle por poco tiempo. ¡°El sentido de la brevedad de la vida empieza a entrar ahora en mi cabeza. Eso a veces me entristece, me digo que es absurdo y pienso en otra cosa. Pero luego me vuelve a asaltar ese pensamiento¡±.
La obra se estrena el 26 de diciembre en el teatro Neptuno de Mar del Plata. Se representar¨¢ hasta marzo y despu¨¦s llegar¨¢ a Buenos Aires. Cuando quiera darse cuenta, Charo L¨®pez habr¨¢ pasado un a?o fuera de Madrid. Haciendo lo que m¨¢s le gusta.
Babelia
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