¡®Tibur¨®n¡¯ no se olvida
Hace cuatro d¨¦cadas se estren¨® la pel¨ªcula de Steven Spielberg que cambi¨® radicalmente la manera de hacer cine de los grandes estudios e invent¨® el taquillazo veraniego
Hace 40 a?os Steven Spielberg y el estudio Universal crearon el taquillazo (blockbuster) de verano. Hace 40 a?os Spielberg mat¨® al nuevo Hollywood, el que lideraban sus amigos Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Brian de Palma, el de Arthur Penn y Peter Bogdanovich, el de El graduado, El padrino, Bonny y Clyde y el talento de Hal Ashby y Terrence Malick. Hace 40 a?os Spielberg aprendi¨® a ser humilde. Hace 40 a?os ¨Cen concreto, el 20 de junio de 1975 en EE UU y el 19 de diciembre de aquel mismo a?o en Espa?a- se estren¨® Tibur¨®n.
¡°Crear un taquillazo es el arte m¨¢s reciente del siglo XX¡±, dijo a mediados de los setenta el todopoderoso productor Robert Evans. Y sin embargo, Tibur¨®n por poco se convierte en un desastre para su productora, Universal, y en un filme rid¨ªculo que hubiera hundido la incipiente carrera de Spielberg por culpa de un rodaje ca¨®tico. Hace pocos meses, el hoy legendario cineasta reconoc¨ªa: ¡°Mereci¨® la pena porque as¨ª pude rodar Encuentros en la tercera fase, que era realmente la pel¨ªcula que quer¨ªa hacer, y porque desde entonces he pose¨ªdo el derecho al montaje final de todos mis trabajos. Pero sobre todo, Tibur¨®n me convirti¨® en una persona humilde, me oblig¨® a aplacar mi imaginaci¨®n cuando se enfrenta a la realidad de la vida¡±.
La bola de nieve arranc¨® en verano de 1973, cuando los productores David Brown y Richard Zanuck compraron por 150.000 d¨®lares y un porcentaje sobre los beneficios de la pel¨ªcula los derechos cinematogr¨¢ficos de la novela Jaws (¡®Mand¨ªbulas¡¯), a su autor, Peter Benchley, al que adem¨¢s pusieron a escribir el guion. A la vez, hab¨ªan visto un primer montaje de Loca evasi¨®n, una comedia de aventuras con Goldie Hawn dirigida por un jovenzuelo, Steven Spielberg, al que le ofrecieron dirigir MacArthur. Rechaz¨® la propuesta, pero vio en un mont¨®n de guiones uno con el t¨ªtulo Jaws, pidi¨® llev¨¢rselo, lo ley¨® durante el fin de semana, y el lunes pidi¨® hacerse cargo del proyecto. Eso s¨ª, quer¨ªa transformarlo y rechaz¨® filmar en el tanque de agua de Universal. Al contrario que sus amigos, ¡°Steven era desde el principio un tipo de Hollywood, parte del sistema, sin segundas intenciones ni pizca de esp¨ªritu rebelde¡±, cuenta Matthew Robbins, guionista de Loca evasi¨®n, en el libro de Peter Biskind Moteros tranquilos, toros salvajes, donde John Milius apunta: ¡°Steven era el que sal¨ªa corriendo a comprar las revistas especializadas de la industria. Se pasaba el tiempo hablando de recaudaciones¡±.
Dos veranos id¨¦nticos
Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, Jurassic world ¨Cla primera pel¨ªcula de la historia en superar los 500 millones de d¨®lares de taquilla en su estreno, y la m¨¢s r¨¢pida, en tan solo 13 d¨ªas, en alcanzar los mil millones- muestra que en esencia nada ha cambiado. Solo el tama?o de los bicharracos, el n¨²mero de sus dientes y los presupuestos: cuanto m¨¢s, mejor. M¨¢s a¨²n, Steven Spielberg y Universal son quienes producen Jurassic world: ambos veranos se miran cara a cara como reflejos de un espejo. En el resto del mundo, Tibur¨®n lleg¨® en diciembre de 1975. "Entonces Spielberg era un tipo arrogante", recuerda Enrique Herreros, el publicista de Universal encargado del lanzamiento en Espa?a. "Mi trabajo fue sencillo. Se la mostr¨¦ a los cr¨ªticos, aprovech¨¦ el ruido medi¨¢tico procedente de EE UU y la estrenamos a lo grande. Fue un exitazo". Entre los numerosos homenajes que han celebrado este aniversario, Alamo Drafthouse, el famoso cine texano, proyecta durante varios fines de semanas la pel¨ªcula en una pantalla gigante y el p¨²blico la ve en sentado sobre flotadores en una laguna. No se dice nada de posibles escualos en el agua.
A finales de diciembre de ese a?o, Joe Alves, director art¨ªstico de Loca evasi¨®n, empez¨® a trabajar en un escualo mec¨¢nico de unos ocho metros. Mientras, una segunda unidad film¨® en el Gran Arrecife australiano de coral tiburones blancos. Esa parte funcion¨®, no as¨ª los dise?os de Alves, que fue sustituido en ese apartado por un jubilado, Bob Mattey, famoso por haber creado el calamar gigante de 20.000 leguas de viaje submarino. Mattey abandon¨® su retiro y construy¨® tres tiburones mec¨¢nicos a los que llamaron Bruce. Pocas veces funcionaron bien y solo sus problemas t¨¦cnicos le costaron a la Universal dos millones de d¨®lares. El rodaje, impuesto por Spielberg en aguas abiertas, arranc¨® el 2 de mayo de 1974 en la Costa Este estadounidense, en Martha¡¯s Vineyard (isla de la que Spielberg no sali¨® en cinco meses), y el presupuesto de cuatro millones se catapult¨® a nueve, y los 55 d¨ªas de rodaje previstos se convirtieron en 159. El guion fue reescrito a la carrera por Carl Gottlieb, pero por una vez la historia no fue la culpable de los retrasos, sino los falsos tiburones, que no hab¨ªan sido testados en el mar. De Palma, que vio las primeras tomas, recuerda: ¡°A Bruce se le pon¨ªan los ojos bizcos, y no pod¨ªa cerrar las mand¨ªbulas¡±. Los escualos de pega se deste?¨ªan, se hund¨ªan al igual que el barco protagonista. Como se rodaba en alta mar, de las 12 horas de cada jornada solo eran ¨²tiles cuatro: entre ir y venir y las manipulaciones de los tiburones y los barcos se perd¨ªa el resto del tiempo¡
Actores borrachos, constantes accidentes¡ Robert Shaw era tan buen int¨¦rprete como alcoh¨®lico, Roy Scheider perd¨ªa constantemente los nervios y Richard Dreyfuss, que pensaba que aquello era un fracaso seguro, se convirti¨® en el rey de la farra en Martha¡¯s Vineyard. El enfrentamiento final entre el tr¨ªo protagonista y y el tibur¨®n se rod¨® en dos meses y medio, duplicando lo presupuestado para ese momento. Solo una cosa funcion¨® durante la filmaci¨®n: la montadora Vera Fields, que fue realizando su trabajo seg¨²n se rodaba (y no al final), con lo que en Universal fueron viendo metraje de suficiente calidad como para no abandonar la pel¨ªcula. Como los bichos mec¨¢nicos eran un desastre, Fields y Spielberg decidieron que el tibur¨®n blanco solo aparecer¨ªa de la mitad del filme hasta el final. El truco cuaj¨®, aumentando la tensi¨®n en pantalla.
El rodaje acab¨® en septiembre y en diciembre se filmaron en Los ?ngeles un par de tomas m¨¢s. Cuando Spielberg escuch¨® la primera propuesta musical de su amigo el compositor John Williams, le dio la risa y pens¨® que estaba bromeando. Sin embargo, el m¨²sico acert¨®: a¨²n hoy mucha gente tararea su melod¨ªa cuando se sumerge en el mar¡ y otros por miedo ni siquiera se ba?an, mientras en su cabeza retumba la famosa partitura.
A pesar de todos los incidentes, la pel¨ªcula fue un ¨¦xito de taquilla y cr¨ªtica. Tras un pase incre¨ªblemente bueno con p¨²blico en Dallas en marzo de 1975, Universal decidi¨® saturar las televisiones con anuncios e invirti¨® 700.000 d¨®lares. Pero Zanuck opt¨® por un estreno de tan solo 409 cines: que la gente se moviera a ver Tibur¨®n. Acert¨® con la expectaci¨®n; a mediados de julio ya estaba en mil pantallas y superado los 470 millones de d¨®lares de taquilla, en su momento, un r¨¦cord. Desde ese momento, Hollywood abandon¨® la Navidad como ¨¦poca de grandes lanzamientos, multiplic¨® su inversi¨®n publicitaria televisiva e increment¨® su apetito por las tajadas econ¨®micas r¨¢pidas: y cuanto m¨¢s r¨¢pidas, mejor. Se olvid¨® del p¨²blico adulto, que hab¨ªa dejado de ir a los cines, y se centr¨® en los adolescentes, que segu¨ªan fieles a las salas. Star wars no hizo m¨¢s que confirmar el cambio, convirtiendo el material de serie-B, entonces en manos de productores como Roger Corman ¨Cque acabaron as¨ª destruidos-, en la esencia de los guiones y de las grandes producciones de las majors.
Babelia
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