Banksy cierra con ¨¦xito Dismaland y lo convierte en refugio para migrantes
El parque del grafitero en Weston-super-Mare registr¨® cinco semanas de aforo completo Sus piezas ser¨¢n enviadas a Calais para dar cobijo a los refugiados
Los empleados estar¨¢n todav¨ªa m¨¢s deprimidos. Incluso el d¨ªa de la inauguraci¨®n, hace cinco semanas, los trabajadores de Dismaland acog¨ªan al visitante bufando e inst¨¢ndole a volver a su casa. Su defensa del mal rollo se contagiaba ya antes de entrar. ¡°No te r¨ªas¡±, espetaba una de estos profesionales de la tristeza en la cola frente al parque tem¨¢tico dist¨®pico del grafitero Banksy. As¨ª que ayer domingo que la estructura cerr¨® sus puertas no cuesta imaginar el nulo entusiasmo que mostrar¨ªa su plantilla. Y eso que el balance de Dismaland da para m¨¢s de una alegr¨ªa: el enorme desaf¨ªo al poder que el artista urbano levant¨® en la peque?a localidad brit¨¢nica de Weston-super-Mare ha colgado el cartel de aforo completo todos los d¨ªas de su ef¨ªmera existencia. Traducido en n¨²meros significa m¨¢s de 150.000 visitantes y un impacto econ¨®mico en la ciudad que se ha calculado en unos 27 millones de euros.
Aparte de un lugar en la historia reciente del arte ¨C¡°el fen¨®meno del a?o¡±, seg¨²n la BBC-, el macabro proyecto de Banksy ya tiene su siguiente destino. ¡°Pr¨®ximamente¡ Dismaland Calais¡±, asegura el enigm¨¢tico grafitero en su web, con el habitual humor negro que se respiraba en cada rinc¨®n de la estructura. El creador se refiere a que las construcciones ser¨¢n desmanteladas a lo largo de tres semanas y enviadas a la llamada ¡°jungla¡± de la ciudad mar¨ªtima francesa, es decir, una serie de campos improvisados que miles de refugiados han montado en los alrededores de Calais. All¨ª, las piezas de Dismaland ser¨¢n reutilizadas como cobijos para los migrantes.
Al fin y al cabo, la tragedia del ¨¦xodo ya protagonizaba una de las instalaciones art¨ªsticas del parque: el visitante pod¨ªa pilotar en una piscina dos pateras repletas de migrantes y sortear los cad¨¢veres de otros viajeros ahogados. M¨¢s en general, todo el arte presente en Dismaland buscaba a la vez fascinar e indignar, ser admirado y hacer mella. Para ello, el grafitero a?adi¨® a sus obras las de 58 artistas internacionales, de 17 pa¨ªses, de pesos pesados como Damien Hirst o Jenny Holzer a creadores urbanos relativamente desconocidos. B¨¢sicamente, desde la carroza de Cenicienta volcada tras un accidente, con los paparazis fotografiando a la princesa fallecida, hasta una muestra sobre las herramientas de represi¨®n violenta que emplean los Estados contra sus ciudadanos, el precio de la entrada al recinto inclu¨ªa tambi¨¦n un peso sobre la conciencia de cada cual.
Nada sorprendente en Banksy. El artista del que nadie conoce la identidad, que ha pintado grafitis en Gaza, ridiculizado a varios poderosos con sus obras y expuesto un elefante vivo, siempre busca ir m¨¢s all¨¢ del ejercicio est¨¦tico. M¨¢s aun en Dismaland, su versi¨®n personal¨ªsima y tragic¨®mica de parques como Disneylandia, adem¨¢s de su mayor trabajo hasta la fecha, seg¨²n la prensa brit¨¢nica. La BBC, en concreto, refuerza su afirmaci¨®n con n¨²meros: los 4.000 visitantes al d¨ªa superan, entre otros, a los 3.907 de la retrospectiva sobre Matisse de la Tate, la m¨¢s exitosa en la historia del museo. Banksy fue batido, eso s¨ª, por David Hockney y sus 7.512 asistentes diarios a la Royal Academy en 2012. De ah¨ª que la BBC plantee el dilema sobre qui¨¦n es el artista brit¨¢nico vivo m¨¢s popular: ?Hockney o Banksy?
En Weston-super-Mare la respuesta estaba clara cada ma?ana. Tras la inauguraci¨®n del pasado 21 de agosto, la extraordinaria demanda de entradas ha colapsado a menudo la web del parque, as¨ª como creado colas inmensas ante su puerta. Actores famosos como el estadounidense Jack Black se confund¨ªan entre los asistentes y las activistas rusas Pussy Riot ofrecieron un concierto en los ¨²ltimos d¨ªas de Dismaland.
Y eso que la estructura se levant¨® en gran secreto, como uno de los misterios mejor guardados de Banksy. El creador se col¨® en enero en Tropicana, antiguo parque acu¨¢tico abandonado de Weston-super-Mare, donde sol¨ªa veranear de peque?o ¨Ces originario de la cercana Bristol-. Tras su visita clandestina, decidi¨® que era el lugar ideal para su nueva bofetada al pensamiento y los poderes convencionales. Eso s¨ª, la en¨¦sima leyenda que rodea a Banksy cuenta que solo cuatro personas de un consejo local fueron avisadas de lo que se cocer¨ªa en Tropicana. Los dem¨¢s, al parecer, se fiaron del mismo cuento que escucharon tambi¨¦n los habitantes de la ciudad: una major de Hollywood hab¨ªa venido a rodar su nuevo thriller, Grey Fox.
Sin embargo, cuando un decadente castillo de pesadilla de hadas empez¨® a despuntar tras los muros del parque, las dudas se fueron multiplicando. Banksy lleg¨® a pedir a los medios brit¨¢nicos que se ahorraran el spoiler pero la noticia era demasiado suculenta y sali¨® a la luz unos d¨ªas antes de la inauguraci¨®n. Aun as¨ª, el inter¨¦s no disminuy¨® sino que no par¨® de multiplicarse. Por lo visto, el creador ha logrado tambi¨¦n otro objetivo: las autoridades locales barajan aprovechar Tropicana para nuevos proyectos y exposiciones. Mientras, Dismaland va camino de Francia y Banksy seguramente prepare su siguiente sorpresa. Aparecer¨¢ alg¨²n d¨ªa en alg¨²n lugar. La espera ya es otro thriller.
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