Un Oscar para Mireles

Cuando el doctor Jos¨¦ Manuel Mireles acept¨® la propuesta del documentalista?Matthew Heineman para que este lo siguiera con una c¨¢mara durante m¨¢s de un a?o, su deseo era el mismo que hab¨ªa repetido a los corresponsales extranjeros. ¡°Vengan aqu¨ª, conozcan de primera mano nuestra realidad y cu¨¦ntenselo al mundo¡±, me dijo en una ocasi¨®n antes de nuestro primer encuentro. El cirujano del municipio michoacano de Tepalcatepec, uno de los fundadores del movimiento de civiles que en febrero de 2013 decidi¨® tomar las armas y expulsar al c¨¢rtel de los Caballeros Templarios de la regi¨®n, se convierte en el perfecto protagonista de Cartel Land, pel¨ªcula nominada en los Oscars a Mejor Documental.

La cinta, que narra el conflicto con el narcotr¨¢fico en el Estado mexicano de Michoac¨¢n y la aparici¨®n del fen¨®meno de las autodefensas a ambos lados del r¨ªo Bravo, retrata de manera paralela el trabajo de un grupo capitaneado por un veterano de guerra para vigilar la frontera en Arizona y la evoluci¨®n del conflicto en la entidad mexicana, donde la escalada de violencia provoc¨® la intervenci¨®n del Gobierno federal en enero de 2014.

Si la pel¨ªcula de Heineman fuera un trabajo period¨ªstico, se podr¨ªan criticar algunas imprecisiones (por ejemplo, confunde espacios como la plaza de Apatzing¨¢n y la de Tepalcatepec) pero lo cierto es que el resultado de su narrativa es un fiel reflejo de que en la lucha contra el narcotr¨¢fico (como en casi todo en la vida) no hay h¨¦roes ni villanos, los malos nunca son tan malos, ni los buenos tan buenos. ¡°Hacemos esto porque somos pobres, si no andar¨ªamos viajando como ustedes¡±, confiesa un hombre encapuchado nada m¨¢s comenzar la cinta mientras sus colaboradores cocinan anfetaminas a medianoche en el bosque.

A lo largo del filme, producido por la oscarizada Kathryn Bigelow (En tierra hostil), Heineman da cuenta de las mismas historias que un periodista que haya pisado la zona tendr¨¢ registradas en su libreta. El m¨¦rito del director es haber conseguido esos testimonios frente a una c¨¢mara, a cara descubierta. Que una viuda explique c¨®mo la secuestraron a ella y a su esposo, c¨®mo a ambos los torturaron y c¨®mo tras m¨²ltiples vejaciones, a ella la dejaron ir. En el relato de la muchacha no hay un ¨¢pice de exageraci¨®n y sus palabras recuerdan a las de muchas otras v¨ªctimas que conoc¨ª en 2014: el matrimonio que mantiene intacta la habitaci¨®n de su hijo desde que en 2012 su cabeza apareci¨® tirada en una cuneta; los due?os de un negocio que hallaron la de su primog¨¦nito en la portada de un diario local; la joven que sufri¨® abusos; la extorsi¨®n a la que fue sometido durante meses Luis, un productor de aguacate; la angustia de la madre de Mar¨ªa, cuando su hija desapareci¨® embarazada y nunca m¨¢s supieron de ella...

La c¨¢mara del documentalista, que en ocasiones es v¨ªctima del fuego cruzado, persigue a Mireles y abraza su valent¨ªa y su liderazgo, pero tambi¨¦n muestra su lado oscuro: el hombre que decide dar la espalda a su esposa y comenzar una relaci¨®n con una joven de 17 a?os; su expulsi¨®n del Consejo General de las Autodefensas y finalmente la detenci¨®n, el 27 de junio de 2014. Para entonces, el Gobierno de Pe?a Nieto hab¨ªa retirado a los civiles el permiso para usar las armas, pero ¨¦l, en un claro desaf¨ªo a las directrices federales, segu¨ªa acudiendo en auxilio de los vecinos que le solicitaban apoyo. El d¨ªa de su aprehensi¨®n, las fuerzas de seguridad hallaron armas y droga en su camioneta, lo encapucharon y lo subieron a un helic¨®ptero durante horas, antes de entregarlo en Morelia, la capital del Estado.

Si Mireles fuera un actor y Cartel Land una pel¨ªcula de ficci¨®n, el fundador de las autodefensas estar¨ªa ahora nominado al Oscar a Mejor Actor. En la vida real, el h¨¦roe ca¨ªdo en desgracia vive desde hace a?o y medio en una prisi¨®n en Sonora, a 1500 km de casa, enfermo. El Gobierno ha borrado de la Historia que su alzamiento deton¨® la soluci¨®n del conflicto en Tierra Caliente. Sus ¨²ltimos discursos desde la c¨¢rcel han adquirido tintes de fanatismo religioso, la tan anunciada liberaci¨®n se ha postergado ya en varias ocasiones y los problemas de diabetes ponen en peligro su vida cada cierto tiempo. Si Mireles fuera un actor ganar¨ªa ese Oscar, pero la realidad pol¨ªtica es bastante menos glamurosa que una pel¨ªcula de Hollywood.