La Guardia Civil salva del expolio restos del naufragio en M¨¢laga de ¡®La Isabella¡¯

El bergant¨ªn ingl¨¦s La Isabella se hundi¨® la noche del 4 de marzo de 1855 debido a un temporal frente a las costas de M¨¢laga. El naufragio del velero llev¨® al fondo del mar las estatuas de m¨¢rmol italiano que cargaba en sus bodegas, destinadas a decorar una lujosa mansi¨®n de Calcuta (India). El pecio qued¨® bajo las arenas del Mediterr¨¢neo, a solo ocho metros de profundidad y a unos 300 de la orilla, frente al hotel Torrequebrada de Benalm¨¢dena (M¨¢laga). Las corrientes marinas de las ¨²ltimas semanas, con el consiguiente movimiento del fondo, dejaron parte de su carga al descubierto (otra vez) y a merced de los expoliadores. Por eso la Guardia Civil ha recuperado el material visible. Y no ha sido f¨¢cil.

La carga de La Isabella, que la noche de temporal de su naufragio viajaba de G¨¦nova a Calcuta con ornatos para la mansi¨®n, era parcialmente visible para cualquier buceador desde hac¨ªa unas semanas. As¨ª fue puesto en conocimiento del Centro de Arqueolog¨ªa Subacu¨¢tica del Instituto Andaluz de Patrimonio Hist¨®rico. El pecio est¨¢ catalogado como Bien de Inter¨¦s Cultural desde 2009. Pero ahora estaba al alcance de cualquiera. No las piezas de m¨¢rmol, cuyo peso limita la maniobra, sino el resto de elementos del barco.

De hecho, para sacar a la superficie dos c¨ªrculos de m¨¢rmol de 1,50 metros de di¨¢metro, los agentes del Grupo Especial de Actividades Subacu¨¢ticas de la Guardia Civil de M¨¢laga han tenido que utilizar globos de reflote. Tambi¨¦n se ha recuperado un clavo de bronce de 50 cent¨ªmetros.

La localizaci¨®n del pecio se conoc¨ªa desde los a?os 60, cuando en la zona fue recuperada una estatua de m¨¢rmol de Dionisos, que al ser descubierta en el fondo fue confundida con el cad¨¢ver de un ahogado. El barco duerme encallado sobre un lecho rocoso cubierto de arena, a no m¨¢s de 300 metros de la orilla, a la altura de Torrequebrada. El pecio ha sido objeto de la menos otras dos campa?as de excavaci¨®n. En cualquier caso, el barco (llamado durante a?os el pecio de Los Santos) fue objeto de saqueo nada m¨¢s hundirse, y sus piezas fueron vendidas en subasta, ese mismo a?o de 1855.