Cu¨¦ntame

En este clima en el que la burla se disfraza de opini¨®n y la informaci¨®n se viste de r¨¢faga de metralleta la han tomado ahora, y desde instancias oficiales, contra la serie Cu¨¦ntame porque sus dos int¨¦rpretes principales, Imanol Arias y Ana Duato, tienen problemas, de diferente tenor, con Hacienda. Nadie sabe a ciencia cierta lo que pasa, pero, como m¨¢s vale un retuit que una indagaci¨®n, el periodismo precipitado ha metido en el mismo saco la serie, la productora que la realiza, la cadena (p¨²blica) que la emite con ¨¦xito y, por supuesto, ha puesto en la picota a los citados protagonistas.

Del periodismo precipitado tenemos buena muestra todos, pues no deja t¨ªtere con cabeza desde su posici¨®n de tirachinas del rumor. Pero asombra que el vilipendio venga ahora de esas instancias desde la que se tira contra Cu¨¦ntame, sugiriendo que es un problema ¡°¨¦tico¡± tener ah¨ª a Arias y a Duato.

Si esa sugerencia se siguiera dr¨¢sticamente, es decir, si esto no fuera lo que parece, una broma, esa cadena, La 1, as¨ª como las cadenas que emiten cine, f¨²tbol y pol¨ªtica, tendr¨ªan que ir a negro, pues es m¨¢s f¨¢cil lanzar la sospecha que limpiar el lodo.

La serie Cu¨¦ntame est¨¢ basada en la realidad espa?ola desde Franco hasta ahora; la siguen m¨¢s de tres millones de espectadores con una fidelidad alt¨ªsima y estable. A los espa?oles se nos hurt¨®, en el franquismo, la verdadera historia de la Espa?a vencida. Cu¨¦ntame ha hecho (y hace) ese trabajo imprescindible sobre una Transici¨®n ahora tergiversada. Que Imanol Arias y Ana Duato sean los protagonistas le ha dado vigor a esa pel¨ªcula del pasado. Que instancias oficiales cuestionen su presencia porque en sus vidas privadas tienen problemas (reales o atribuidos) es un reflejo de este macartismo que hemos precipitado los medios y la pol¨ªtica sobre el prestigio de las personas. Como si deshonrar fuera ben¨¦fico.