¡°Nunca dirigir¨¦ un filme de superh¨¦roes¡±

Festival de Cannes. En el ¨²ltimo piso de uno de los hoteles de lujo ¡ªy aqu¨ª el lujo es lujo y esplendor real, nada de imitaciones¡ª de la Costa Azul Steven Spielberg (Cincinnati, 1946) pasea de una habitaci¨®n a otra presentando su ¨²ltima pel¨ªcula Mi amigo el gigante, adaptaci¨®n de la novela de Roald Dahl, que llega a las salas espa?olas el pr¨®ximo viernes. ¡°Esta vez he decidido dar pocas entrevistas, me lo estoy tomando con m¨¢s tranquilidad¡±, asegura delante de un t¨¦. Con mucho mejor aspecto que la ¨²ltima vez que visit¨® Espa?a, cuando promocionaba Lincoln ¡ª¡°Gracias por preguntar, y s¨ª, al final fue mucho m¨¢s que un constipado¡±¡ª, el cineasta saca la sonrisa (un arma de destrucci¨®n masiva que junto a las cifras de taquilla de sus pel¨ªculas han debido de dejar KO a muchos ejecutivos de Hollywood) para agradecer que la segunda pregunta sea sobre Melissa Mathison. La guionista de E. T., el extraterrestre fue tambi¨¦n la adaptadora de la obra de Dahl. Es m¨¢s, Mi amigo el gigante nace del impulso de dos amigas de Spielberg, Mathison y la productora Kathleen Kennedy. El cineasta se apunt¨® m¨¢s tarde a este c¨®ctel de animaci¨®n motion capture y actores de carne y hueso. Por desgracia, Mathison falleci¨® el pasado noviembre, reci¨¦n acabado el rodaje. ¡°Con el tiempo, he aprendido que mis mejores pel¨ªculas surgen porque el proyecto me elige. Excepto las pel¨ªculas que yo he escrito. Mi criterio cuando me llegan esos guiones es si puedo relacionar la historia con alguna parte de mi vida. Y si la respuesta es afirmativa, me lanzo a ello. Aqu¨ª intu¨ª que el viaje de la ni?a Sof¨ªa a la tierra de los gigantes tiene que ver con mi primera visita de cr¨ªo a los estudios Universal. Y era un libreto de Melissa, una bell¨ªsima persona, de alma limpia que plasmaba en lo que escrib¨ªa. M¨¢s que guionista, para m¨ª fue una poetisa. Albergaba un gran concepto de la ni?ez, algo que yo tambi¨¦n poseo, y por eso sus protagonistas infantiles tienen una enorme sabidur¨ªa y fortaleza¡±.

A estas alturas de su carrera, uno sospecha que Spielberg debe sentirse m¨¢s c¨®modo con el t¨¦rmino contador de historias que con el de cineasta. ¡°Depende de c¨®mo te lo plantees. Yo no entiendo uno sin el otro¡±. Otros directores no. ¡°Cierto, pero para m¨ª el coraz¨®n de una pel¨ªcula est¨¢ en la historia. El resto gira alrededor de ella. Y vale para ficci¨®n, documentales, series de televisi¨®n... Respeto mucho esta creencia, porque mis padres me le¨ªan mucho cuando yo era un ni?o. Mi padre escog¨ªa historias muy complejas de ciencia-ficci¨®n, se sentaba y me le¨ªa de tal manera que el 80% de los mundos imaginarios nac¨ªan en mi cabeza. En realidad, crec¨ª rodeado de estupendos narradores. Mi abuelo me contaba ex¨®ticas historias de su Rusia natal. Mi abuela, tambi¨¦n. Claro, eso ocurri¨® antes de que la televisi¨®n se introdujera en nuestras vidas¡±. ?La televisi¨®n es una intrusa en la relaci¨®n entre padres e hijos? ¡°Bueno, lo importante es que alguien cuente historias [risas]. Y eso est¨¢ bien. Todo en el fondo se reduce a narrar y a escuchar. A historias que te hacen re¨ªr, llorar, pensar o que te confunden. La televisi¨®n se ha convertido en el tercer padre¡±.

Spielberg defiende que Mi amigo el gigante es la vez que m¨¢s cerca ha estado de filmar una historia de amor. Una extra?a afirmaci¨®n. ¡°De verdad, si lo entiendes como historia de amor paternofilial, de dos personas que asumen roles de padre e hija. Sof¨ªa vive la furia de la orfandad y encuentra a ese gigante que siente en su interior el vac¨ªo de la paternidad. Me gusta esa celebraci¨®n de la diferencia, y espero que el espectador disfrute con ella¡±.

Eclecticismo e hijos

Con su escritura ecl¨¦ctica y su facilidad para saltar de un g¨¦nero a otro, primando la literatura infantil, Roald Dahl parece el escritor m¨¢s cercano a Spielberg. ¡°Mi libro favorito de Dahl es Mi amigo el gigante. Porque lo es tambi¨¦n de mis hijos, y aunque les le¨ª muchos otros, ellos siempre se sintieron atra¨ªdos. Y es una pel¨ªcula para ellos... cuando eran peque?os, y una pel¨ªcula para hablar sobre lo que significa crecer, madurar, para cualquiera que recuerda lo que significa imaginar lo imposible¡±. ?Por eso Mi amigo el gigante la considera su primer cuento de hadas? ¡°Por eso¡±. ?Y no lo era E. T.? ¡°No, porque no se desarrolla en un mundo imaginario. Ni siquiera considero as¨ª Hook, que me parece m¨¢s una pel¨ªcula de fantas¨ªa. Dicho esto, me gusta discutir esto con todo el mundo¡±.

Al cineasta no le interesa mucho ¡ªqui¨¦n lo dir¨ªa¡ª hablar de la t¨¦cnica usada en ¨¦l rodaje. ¡°De verdad que el ¨²nico efecto especial necesario hubiera sido que el gigante fuera m¨¢s grande que la ni?a. Pero yo quer¨ªa algo m¨¢s: que el gigante se viera como una criatura, no como un ser humano, pero que a la vez pareciera completamente real, natural, sin olvidar que es algo surrealista en una vida muy realista, la de la hu¨¦rfana en Londres. Necesitaba por tanto t¨¦cnicas digitales y no pr¨®tesis de maquillaje¡±.

Spielberg se ha pasado toda su carrera en el epicentro de la industria cinematogr¨¢fica. ¡°Me siento a gusto en Hollywood, incluso en este Hollywood de superh¨¦roes y ciencia-ficci¨®n. Porque de verdad que hay m¨¢s cosas y gente. Es cierto que se invierte sobre todo en superh¨¦roes que en otros g¨¦neros. Yo no puedo quejarme porque he producido Transformers. Pero creo que no es bueno poner todos los huevos en la misma cesta¡±. ?Alg¨²n d¨ªa ceder¨¢ a la tentaci¨®n de dirigir una de superh¨¦roes? ¡°Si no ca¨ª en los ochenta, cuando me las ofrecieron a espuertas, hoy ya no... No es mi g¨¦nero, aunque s¨¦ que es mi p¨²blico. Nunca rodar¨¦ una de superh¨¦roes¡±. Claro, usted ya tiene el suyo propio, Indiana Jones. ¡°S¨ª, y a Sof¨ªa de Mi amigo el gigante¡±. Y ah¨ª es cuando el Spielberg productor derrota al Spielberg director.