¡°Marianne, te seguir¨¦ muy pronto¡±
El canadiense se despidi¨® hace cuatro meses de la que fue una de sus grandes musas, que conoci¨® en su juventud en la isla griega de Hidra
La muerte lleg¨® veloz. Unas semanas despu¨¦s de que se detectara que sufr¨ªa de leucemia, Marianne Ihlen falleci¨® en el Diakonhjemmets Hospital, en Oslo. Era la Marianne que Leonard Cohen hab¨ªa inmortalizado en So long, Marianne y ten¨ªa 81 a?os.
Se conocieron en Hidra, en el mar Egeo. Marianne Ihlen era la esposa del escritor noruego Axel Jensen, con el que hab¨ªa tenido un ni?o. En aquella isla se hab¨ªa congregado una peque?a comunidad internacional de artistas y bohemios, que agradec¨ªan la tolerancia de los nativos y se beneficiaban del bajo coste de la vivienda y los alimentos.
En alg¨²n momento, Axel cambi¨® de acompa?ante y Marianne se qued¨® sola. Seg¨²n la leyenda, estaba llorando en una tienda de ultramarinos del puerto de Hidra cuando un desconocido se apiad¨®, invit¨¢ndola a unirse a sus amigos. Era Leonard Cohen y comenzaba un idilio apasionado que durar¨ªa, con altibajos, siete a?os. Cierto que hay otra versi¨®n de esta historia: que el noruego intim¨® con Lena, la entonces novia de Cohen, pero preferimos que esta historia no sea una simple comedia de intercambio de parejas ?verdad?
De cualquier modo, Marianne lleg¨® a la vida del canadiense en un momento clave. Como Cohen ha explicado gr¨¢ficamente, fue llegar a Hidra, tumbarse al sol y sentir que se derret¨ªa todo el fr¨ªo de Montreal acumulado en sus huesos. La existencia en la isla era elemental: muchas casas no ten¨ªan electricidad o agua corriente; de hecho, la llegada del cable del tel¨¦fono fue celebrada con Bird on the wire¡±. Pero all¨ª estaba Leonard para cuidar de Marianne y el peque?o Axel. Un Cohen de alta fertilidad literaria ¨Cdedicar¨ªa su poemario Flowers for Hitler a Marianne¨C y que comenzaba a componer canciones, acicateado por lo que escuchaba en una emisora de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Los cantautores del Greenwich Village neoyorquino estaban protagonizando una revoluci¨®n est¨¦tica y, aunque llegara tarde, Cohen quer¨ªa unirse a sus filas. En esos momentos de cambio e incertidumbre, Marianne le proporcion¨® un apoyo total.
Leonard y Marianne alternaron Hidra con estancias en Montreal y Nueva York. El artista era, ya lo saben, un picaflor y no renunciaba a las caras bonitas que se cruzaban en su camino. La relaci¨®n se fue agriando, aunque ambas partes intentaron remediarlo: en su forma original, So long, Marianne era Come on, Marianne, una invitaci¨®n a volver a intentarlo. No estamos siendo indiscretos: cuarenta a?os despu¨¦s, una radiofonista noruega, Kari Hesthamar, habl¨® con la pareja y lo cont¨® todo en So long, Marianne- Ei k?rleikshistorie (el libro se tradujo al ingl¨¦s en 2014).
The death last week of Marianne Ihlen, the woman immortalized in ¡°So Long, Marianne,¡± has evoked an overwhelming...
Gepostet von Leonard Cohen am Dienstag, 2. August 2016
Adem¨¢s, el realizador noruego Jan Christian Mollestad convenci¨® a Marianne para rodar un documental sobre sus vivencias. Fue Mollestad qui¨¦n inform¨® a Leonard Cohen de que Marianne estaba ingresada y con el peor de los pron¨®sticos. El cantautor respondi¨® inmediatamente y, seg¨²n Mollestad, esta es la esencia de su mensaje:
¡°Bien, Marianne, hemos llegado a este tiempo en que somos tan viejos que nuestros cuerpos se caen a pedazos; pienso que te seguir¨¦ muy pronto. Que sepas que estoy tan cerca de ti que, si extiendes tu mano, creo que podr¨¢s tocar la m¨ªa. Ya sabes que siempre te he amado por tu belleza y tu sabidur¨ªa pero no necesito extenderme sobre eso ya que t¨² lo sabes todo. Solo quiero desearte un buen viaje. Adi¨®s, vieja amiga. Todo el amor, te ver¨¦ por el camino.¡±
Seg¨²n Mollestad, Marianne estaba consciente cuando ¨¦l ley¨® la carta, y extendi¨® la mano. En los ¨²ltimos momentos, el cineasta tarare¨® Bird on the wire y se despidi¨® con un ¡°so long, Marianne.¡± El de Marianne fue el destino de las musas: un amor que marca toda su biograf¨ªa.
La carta que anunciaba la noticia
Jan Christian Mollestad inform¨® a Cohen sobre la muerte de Ihlen con esta carta:
"Estimado Leonard
Marianne cay¨® en un sue?o muy lentamente que la sac¨® de esta vida ayer por la noche. En total tranquilidad, rodeada por amigos cercanos.
Tu carta lleg¨® cuando todav¨ªa pod¨ªa hablar y re¨ªr con completa conciencia. Cuando la le¨ªmos en voz alta, sonr¨ªo de la manera como s¨®lo Marianne puede hacerlo. Elev¨® su mano, cuando mencionaste que estabas justo detr¨¢s de ella, tan cerca como para alcanzarla.
Le caus¨® una tranquilidad profunda saber que conoc¨ªas su estado. Y tu bendici¨®n para su viaje le dio una fortaleza extra. Jan y sus amigos, que vieron lo que este mensaje signific¨® para ella, te agradecer¨¢n profundamente por responder tan r¨¢pidamente y con tanto amor y compasi¨®n.
Durante su ¨²ltima hora, tom¨¦ su mano y tarare¨¦ Bird on a Wire, mientras ella respiraba tan ligeramente. Y cuando abandonamos la habitaci¨®n, despu¨¦s de que su alma hubiese volado por la ventana en busca de nuevas aventuras, besamos su rostro y susurramos tus eternas palabras
So long, Marianne."
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