¡®The Young Pope¡¯ de Sorrentino convierte Venecia a la televisi¨®n
La Mostra se rinde a la primera serie del cineasta italiano, sobre un Pont¨ªfice ficticio
Las procesiones empezaron ya por la ma?ana. Los periodistas desfilaban en silencio hacia la sala. Y, ante las taquillas, colas de fieles confiaban en la bendici¨®n de una entrada. Nadie quer¨ªa perderse el estreno del nuevo Pont¨ªfice. ?C¨®mo ser¨ªa? ?Y qu¨¦ dir¨ªa en su primera homil¨ªa? Hasta la fecha, apenas se conoc¨ªa un pu?ado de datos: estadounidense, de 47 a?os, contaban que era un tipo peculiar. Eso s¨ª, hab¨ªa salido elegido de un c¨®nclave extraordinario: la uni¨®n del talento del director Paolo Sorrentino y productoras como Sky Italia, HBO y Canal +. Precisamente por eso cargaba con la cruz de enormes expectativas: el debut quiz¨¢s m¨¢s esperado del festival de cine de Venecia. Y eso que era una serie. Pero El joven Papa se asom¨® por fin esta ma?ana desde las pantallas de la Mostra y el p¨²blico respondi¨® con una fumata blanqu¨ªsima: los primeros dos episodios ¨Clos ¨²nicos proyectados- prometen, y mucho.
-?Qui¨¦n eres, Lenny?
-Soy una contradicci¨®n. Como Dios, uno y trino. Como el hombre, bueno y malo.
La frase con la que se define el Papa interpretado por Jude Law podr¨ªa valer para la serie entera (una digna culminaci¨®n, por cierto, para dos d¨ªas de filmes en Venecia muy centrados en la fe). El joven Papa ¨Cque llegar¨¢ a Espa?a en oto?o- cuenta la historia de un ficticio Lenny Belardo, convertido en P¨ªo XIII, as¨ª como el d¨ªa a d¨ªa y los juegos de poder en la Curia. Pero la criatura de Paolo Sorrentino no quiere ser solo House of Cards en salsa vaticana: se trata de pont¨ªfices, cardenales y monjas, de acuerdo, pero sobre todo de seres humanos. ¡°Habla de dios, del misterio de la fe, de la b¨²squeda, de las dudas. Toca los grandes temas desde un punto de vista muy personal¡±, asegura el espa?ol Javier C¨¢mara, quien interpreta al maestro de ceremonias Bernardo Guti¨¦rrez.
A Law le asustaba "la idea de interpretar a un Papa". "Paolo me repiti¨® siempre que era un hombre¡±, ha relatado el actor en la rueda de prensa en Venecia. Y lo cierto es que el int¨¦rprete le devolvi¨® un Pont¨ªfice fascinante. ¡°Intransigente, irritable, vengativo y con una memoria prodigiosa¡±, dice de s¨ª Pio XIII. Tambi¨¦n es iconoclasta, tan brillante como conservador, tan firme como solo. Incluso en los detalles, es un Papa sui generis: fuma, pero lo proh¨ªbe a los dem¨¢s, celebra al grafitero Banksy y al d¨²o de m¨²sicos franc¨¦s Daft Punk, su primera decisi¨®n en el trono papal es exigir una coca-cola zero y libera un canguro por los jardines vaticanos.
Alrededor de su s¨®lido protagonista, el cineasta ha levantado una catedral televisiva de 10 episodios. Agua santa para alguien acostumbrado a escribir demasiado y luego recortar: ¡°Lo considero una pel¨ªcula de 10 horas. Eso te permite profundizar en los personajes, introducir mucha m¨¢s historia. Pero he intentado mantener tambi¨¦n la s¨ªntesis del cine, algo que no me parece tan com¨²n en las series¡±. Tras dos cap¨ªtulos, se intuyen otras tendencias: el tradicional intento de Sorrentino de elevar un altar a la belleza en cada secuencia ¨Caunque aqu¨ª m¨¢s suavizado en nombre de la narraci¨®n- y su s¨¢tira dulce y feroz. Aunque no es cine sino televisi¨®n, la po¨¦tica del creador de Las consecuencias del amor, El divo y La gran belleza se mantiene en la pantalla peque?a.
¡°Pude rodar con toda la libertad y el presupuesto que necesitaba¡±, relat¨® Sorrentino. As¨ª que sus c¨¢maras viajaron entre Roma, Los ?ngeles y Venecia, a la caza de la toma perfecta. ¡°En todo momento est¨¢ cuestion¨¢ndose a s¨ª mismo en el rodaje¡±, dice C¨¢mara del director. La admiraci¨®n del actor espa?ol por Sorrentino le impuls¨® a enviarle un mensaje ofreci¨¦ndose a sumarse al proyecto, algo que no ha hecho ¡°casi nunca¡± en su carrera, asegura C¨¢mara. Y tanto ¨¦l como Law usan s¨ªmiles parecidos para explicar c¨®mo les hizo sentir Sorrentino: un ¡°viol¨ªn¡± en la orquesta del director y ¡°un color¡± en su paleta. C¨¢mara alab¨® tambi¨¦n el papel interpretado por Jude Law: ¡°Jam¨¢s he trabajado en mi vida con un actor m¨¢s profesional que Jude. Creo que Dante y Shakespeare se unen en esta producci¨®n solo con su mirada¡±, sostiene C¨¢mara.
Quiz¨¢s la reacci¨®n del Vaticano sea menos entusiasta con este trabajo: ¡°Hemos creado un Papa opuesto al actual porque es algo que podr¨ªa ocurrir. Me parece ilusorio creer que la Iglesia haya iniciado un camino hacia la liberalidad¡±, ha defendido Sorrentino en Venecia. Pero al director no le preocupa lo que opine la Curia: ¡°Es un problema suyo, no m¨ªo. Y si tienen la paciencia de verlo todo, se dar¨¢n cuenta de que es un trabajo que indaga con honestidad, sin prejuicios, en las contradicciones y los aspectos fascinantes del clero¡±. Hubo aplausos en la sala de prensa. Solo falt¨® que alguien dijera: ¡°Am¨¦n¡±.
Aquel fin de semana en Madrid
Sorrentino y C¨¢mara parecen adorarse. ¡°Es una de las personas m¨¢s bellas que haya conocido en mi vida. Ahora que ya no rodamos le echo de menos¡±, contaba el director a este diario. ¡°Yo tambi¨¦n, le tengo mucho cari?o¡±, responde ahora C¨¢mara.
Su amistad nace de un fin de semana juntos, en Madrid, hace a?os. "Fue muy divertido", rememora C¨¢mara. Pas¨® el tiempo, aunque el espa?ol nunca le perdi¨® la pista. Le felicitaba por sus filmes, y los promocionaba: "?Llev¨¦ a mucha gente a ver La gran belleza!". Si hay, como se espera, segunda temporada de El joven Papa, se ver¨¢n otra vez pronto.
Babelia
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