Doble alma
La campana de ¨ªntima comunicaci¨®n que Emma Su¨¢rez y ?lex Monner consiguen levantar marca una de las cimas expresivas de esta pel¨ªcula sobresaliente
Tiene cierto sentido considerar Murieron por encima de sus posibilidades (2014) como la ¨²ltima pel¨ªcula de Isaki Lacuesta y La pr¨®xima piel como la primera de Isa Campo e Isaki Lacuesta. Esa comedia filounderground sobre las consecuencias de la crisis parec¨ªa guiarse por un cierto impulso autodestructivo: el cineasta cerraba un recorrido de tanteos, experimentos e indagaciones con un trabajo que cuestionaba, a trav¨¦s del humor ca¨®tico, su propia imagen como autor, construida en una sucesi¨®n de heterog¨¦neos trabajos que, violentando las fronteras entre realidad y ficci¨®n, abordaron temas como la inestabilidad de la identidad, el peso de la memoria y la erosi¨®n del tiempo.
LA PR?XIMA PIEL
Direcci¨®n: Isa Campo e Isaki Lacuesta.
Int¨¦rpretes: Emma Su¨¢rez, ?lex Monner, Sergi L¨®pez, Bruno Todeschini.
G¨¦nero: drama. Espa?a, 2016
Duraci¨®n: 103 minutos.
La doble autor¨ªa de La pr¨®xima piel se traduce en un lenguaje de imponente organicidad, donde cada soluci¨®n de puesta en escena y cada decisi¨®n de estilo se dir¨ªan resultado de la exigente confrontaci¨®n de dos inteligencias: hay aqu¨ª precisas l¨ªneas de di¨¢logo en el cierre de algunas secuencias, detalles o gestos capturados elegantemente por la c¨¢mara que siempre sirven para abrir nuevas v¨ªas de complejidad en el discurso, subrayando la ambig¨¹edad medular del relato. La pel¨ªcula propone, as¨ª, un desaf¨ªo a sus espectadores, obligados a estar siempre alerta ante una pantalla que exilia toda tentaci¨®n de sucumbir al efecto tranquilizador del discurso cerrado. Identidad, memoria y tiempo se mezclan en la corriente subterr¨¢nea de una historia que se apropia de algunos mecanismos del thriller para limarlos de automatismos.
El regreso a casa de un adolescente que desapareci¨® ocho a?os atr¨¢s y que bien podr¨ªa ser un impostor supone el arquet¨ªpico punto de partida de una propuesta donde la doble mirada de los directores encuentra su correspondencia en una narraci¨®n que se despliega como un intrincado trenzado de dualidades y confrontaciones dial¨¦cticas. En una de las secuencias m¨¢s poderosas de esta pel¨ªcula sin notas en falso, una celebraci¨®n en la taberna del pueblo helado que centra la acci¨®n permite ilustrar c¨®mo se armonizan las muy diversas estrategias expresivas que maneja la pel¨ªcula: desde el concienzudo dise?o de sonido hasta la precisi¨®n de un reparto comprometido en equilibrar enunciaci¨®n y subtexto, pasando por la calculada fluidez de unos movimientos de c¨¢mara al servicio de la amplificaci¨®n de significados. La campana de ¨ªntima comunicaci¨®n y extrema comprensi¨®n mutua que los personajes de Emma Su¨¢rez y ?lex Monner consiguen levantar entre el fuego cruzado de las miradas ajenas marca una de las cimas expresivas de esta pel¨ªcula sobresaliente.
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