Una web hace inventario de la canci¨®n de autor espa?ola
El proyecto incluye artistas de varias generaciones, de Pablo Guerrero a Rozal¨¦n
Dice Fernando Gonz¨¢lez Lucini que la historia de la canci¨®n de autor es, en el fondo, la historia de la Espa?a reciente. Que los cantautores fueron los cronistas de c¨®mo se tumb¨® la dictadura y ech¨® a andar la democracia. La memoria es fr¨¢gil y el tiempo suele corroerla. Contra ese olvido quiere pelear Gonz¨¢lez Lucini, profesor y music¨®logo, al elaborar un cat¨¢logo enciclop¨¦dico con los nombres y trabajos de todos los que alguna vez compusieron un tema de este g¨¦nero.
Llam¨® al proyecto Canci¨®n con todos, una web auspiciada por la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) que est¨¢ ya operativa. Cuenta con una base de datos de 1.700 autores y aspira a cruzar el oc¨¦ano y albergar a los alrededor de 7.000 que Gonz¨¢lez Lucini calcula que hay entre Espa?a y Latinoam¨¦rica en castellano, as¨ª como en los idiomas cooficiales (gallego, catal¨¢n y euskera) y en las lenguas ind¨ªgenas..
La p¨¢gina (cancioncontodos.com) divide a los artistas en tres categor¨ªas, por generaciones. La primera abarca a los cantautores surgidos entre 1956 y 1978, la segunda, entre 1978 y 2000 y la tercera, desde el principio de siglo hasta ahora. De los m¨²sicos, que van desde Raimon o el grupo folk Almas Humildes a Albert Pla, Alejandro Sanz o Marwan, se incluye una discograf¨ªa, informaci¨®n biogr¨¢fica y bibliogr¨¢fica y rese?as. El conjunto lo completan listados de fotograf¨ªas, de portadas organizadas por temas o de locales donde escuchar canci¨®n de autor.
Mar¨ªa Rozal¨¦n?(Albacete, 1986), una de las artistas incluidas por Gonz¨¢lez Lucini, se sienta a una mesa donde todos, salvo ella, fuman. ¡°Tengo la voz d¨¦bil y concierto en unos d¨ªas, no podr¨ªa¡±, se excusa cuando le ofrecen un cigarro. ¡°A m¨ª tambi¨¦n me afecta¡±, dice?Pablo Guerrero (Badajoz, 1946), dando una calada. Y suena con el timbre profundo de cuando entona A c¨¢ntaros, icono de la la lucha antifranquista. Ambos representan a dos generaciones de cantautores, la de la Transici¨®n y la que ahora est¨¢ dando nueva vida a un arte que fue denostado con la llegada de la movida madrile?a y el punk.
A Rozal¨¦n le inquieta ese derroche que ser¨ªa olvidar y le confiesa a Guerrero que ¨²ltimamente se dedica a interrogar a su abuela sobre el pasado, su propia vida, y a grabar cuanto le cuenta. Es amiga de Luis Eduardo Aute, recuerda aquel plato de cocido que comi¨® con Luis Pastor y mientras estudiaba en Murcia conoci¨® a Kiko Veneno.?V¨ªctor Manuel contact¨® con ella para que participara en la gira 50 a?os no es nada. Del propio Guerrero, como de los dem¨¢s, le separan cuatro d¨¦cadas, dos generaciones, pero Rozal¨¦n considera necesario saber de d¨®nde se viene para llegar a buen puerto en lo que hace; es cantautora, heredera de sus voces y, c¨®mo no, de sus letras. ¡°Creo que ahora se cuida mucho menos la poes¨ªa, el mensaje, pero es un mal con remedio¡±. Le gustar¨ªa aprenderlo todo de los que le precedieron y tal vez por eso extiende con entusiasmo una invitaci¨®n para Guerrero y Gonz¨¢lez Lucini: ¡°Deber¨ªamos quedar m¨¢s a cenar, comentar proyectos¡±.
Le consulta a Guerrero uno de con el que fantasea y que, precisamente, tiene que ver con la memoria. Quiere rastrear las canciones de la guerra de uno y otro lado, del bando republicano y del nacional. O de la Transici¨®n. Reunirlas todas y versionarlas para un concierto que resultase elocuente. Es de momento solo una idea, nada s¨®lido. Pablo Guerrero le ofrece consejo. Se siente responsable, hay una verdadera filiaci¨®n entre los que comienzan y los padres del g¨¦nero y en c¨®mo Canci¨®n con todos favorece esa relaci¨®n opinan ellos que estriba la virtud principal del proyecto de Gonz¨¢lez Lucini. ¡°Nosotros viv¨ªamos con una tremenda sensaci¨®n de provisionalidad, hacer un disco no te garantizaba el siguiente, pero para la gente ¨¦ramos aut¨¦nticos h¨¦roes, se hab¨ªa enamorado de sus m¨²sicos, particularmente de nosotros, cantautores. Ahora la sociedad ha entrado en una velocidad que no entiendo y nadie tiene tiempo para sentarse y emocionarse oyendo a sus cantantes¡±, dice Pablo Guerrero y Rozal¨¦n asiente.
Pero aunque ahora sea m¨¢s complicado ¡°hacer una carrera larga¡±, opina ella, se tienen al alcance de la mano herramientas para ense?ar en circuitos underground lo que uno hace: bares, como siempre, pero tambi¨¦n Internet, redes sociales. Y, ahora, cancioncontodos.com, una referencia que a ambos les sirve para estar al tanto de qu¨¦ hace cada m¨²sico, amigos o desconocidos absolutos, y hasta para contactar con alguno y plantearse colaborar. Gonz¨¢lez Lucini dice que es una forma de incorporar din¨¢micamente a los m¨¢s j¨®venes a esa memoria para que la cadena nunca se rompa, para que dentro de 30 a?os nadie tenga que preguntarse qu¨¦ fue de, por ejemplo, Adriana Moragues ¡ªun solo disco en el mercado¡ª y tenga que asumir el ingente esfuerzo que supone recopilar a todos los cantautores de nuestro presente.
?Qu¨¦ ha cambiado en 40 a?os?
No comparten referentes: Pablo Guerrero estudiaba la forma de arpegiar la guitarra de Bob Dylan, sus letras y sus inflexiones de voz ya en los a?os sesenta, cuando por casualidad y desde Londres le trajeron un disco suyo. "Aqu¨ª en Espa?a habr¨ªa sido imposible, no se vend¨ªan". Rozal¨¦n se?ala a Luis Eduardo Aute, coet¨¢neo de Guerrero, como el primero al que escuch¨® con fruici¨®n, y cree que fue el videoclip de "la Bebe", el de Malo, el que la inspir¨® para hacer algo "valiente".
Los temas sobre los que alzan la voz apenas han cambiado salvo en matices. ¡°Sigue siendo urgente hablar de amor, de pol¨ªtica, de compromiso; ellos lo llaman canci¨®n civil, nosotros lo llam¨¢bamos canci¨®n protesta¡±, indica Guerrero, y Rozal¨¦n agrega: ¡°S¨ª, pero hay que hablar de amor de forma distinta: sin ti no me muero y amar no puede estar ligado a sufrir¡±.
Babelia
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