Lo nuevo y lo viejo, de la mano en el Primavera Sound
Belle And Sebastian llenaron de evocaciones la jornada gratuita inaugural
Una rueda de prensa con tres estrellas nacionales de las llamadas m¨²sicas urbanas, un reconocimiento al trabajo de las mujeres en el negocio musical con la concesi¨®n del Primavera Award al MIM (Mujeres de la Industria de la Musica), buen tiempo y una multitud aprovechando que el de ayer era el ¨²nico d¨ªa gratuito en el Primavera Sound. Primeras horas y primeras sensaciones de que la oferta es tan variada como los idiomas en la ONU. De artistas propios del imaginario ¡°indie¡± como Belle And Sebastian, grupo estrella de la jornada, o Spiritualized, a la canci¨®n popular concienciada llegada desde Catalunya con Maria Arnal y Marcel Bag¨¦s o la alternativa a las nuevas figuras como Yung Beef, el chico malote del trap. De todo en un mismo lugar, el Primavera.
La imagen fue quiz¨¢s la de siempre; el p¨²blico sonriente y dando saltitos cuando Belle And Sebastian cantaban I¡¯m a Cuckoo, la pradera del Primavera llena de caras enso?ando otras primaveras. Los escoceses mezclaron temas nuevos, tal que We Were Beautiful con otros ya de edad como Like Dylan in The Movies para seguir recordando lo que se fue entre miradas de melanc¨®lica ternura. Un concierto dulce el suyo, como siempre, como si la vida resultase siempre tierna. Antes fueron Spiritualized los que marcaron el homenaje a la m¨²sica que dio sentido al festival en los primeros a?os. ?stos han pasado, y Spiritualized ya no suenen s¨®lo con guitarras, sino con coros, metales y cuerdas cl¨¢sicas. Volumen al volumen en un repertorio que ha perdido filo y frescura para ganar imponencia. Un paradigma del puro pasar del tiempo y sus efectos en muchos humanos. No hubo distinci¨®n entre nuevos y viejos temas, todos solazaron a la multitud que llen¨® el Auditori.
Pero lo m¨¢s llamativo fue lo novedoso, lo que antes resultaba invisible porque no exist¨ªa. Lo represent¨® Yung Beef con su trap expuesto sobre una jaula situada fuera del escenario, tal y como lo hace en su gira por clubs, espacios donde este mismo show luce mucho m¨¢s. A¨²n con todo, Yung Beef, con m¨¢s carisma que Gengis Kan, se basta de su sola presencia, como la de un Dios aparecido, para secuestrar atenciones. Pantalones por debajo de la curva de las nalgas, calzoncillos ajedrezados, voz enlatada y voz natural escupida por encima sin disimulo, ?para qu¨¦?, y un repertorio de calle escupido con temas como Lusifel o Infierno con bajos el¨¢sticos y ritmo tan avasallador como una carga de caballer¨ªa pesada. Penetrante olor a hierba, incrustaciones de chavaler¨ªa local que no forman parte del p¨²blico habitual del festival y m¨¢s de un extranjero movido por la curiosidad.
Y para envidia la que producen Maria Arnal y Marcel Bag¨¦s, d¨²o que dej¨® clavado al p¨²blico en sus asientos del Auditori en el que fue concierto inaugural del recinto. Basando su m¨²sica en la canci¨®n popular recogida en archivos de campo, su trabajo parte de la memoria y de la supresi¨®n del silencio ¡°sobre el que se eleva nuestra socialdemocracia¡±, dijeron. Temas sobre milicianas, canciones de taxistas, versiones de Ovidi Montllor, impresionante su A la vida, o del Ni?o de Elche, Mi¨¦nteme, la suya es una m¨²sica franca. Hay personas que muestran su verdad en la mirada, limpia, este d¨²o lo hace con su cancionero, un alegato de sinceridad combativa que habla de fosas comunes y de la fuerza que la gente ignora tener. Tradici¨®n renovada y manoseada para que no muera de esclerosis.
Tres voces en la tarde
Son nov¨ªsimos, pero hay cosas tan viejas como envejecer. Yung Beef, C. Tangana y Bad Gyal, tres estrellas urbanas, se dejaron o¨ªr en un encuentro con la prensa. Lo nuevo es su m¨²sica, nuevos sonidos sin discos para los m¨¢s j¨®venes. Lo viejo es su actitud ante la industria. Yung Beef quiere vivir en el underground, detesta la gran industria y s¨®lo al margen de ella, controlando su obra, vive en sinton¨ªa consigo mismo. C. Tangana apuesta por el posibilismo, aprovechar la industria para tocar dinero y difusi¨®n, ya que sin estar donde se toman las decisiones, s¨®lo hay exclusi¨®n. Bad Gyal a¨²n no sab¨ªa por qu¨¦ carta apostar. Hacen trap y dancehall, pero el debate es de siempre, en cualquier estilo musical. La relaci¨®n entre ¨¦xito e integridad sigue latente.
Babelia
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