Bono te puede caer bien o mal, pero el concierto de U2 en Madrid fue asombroso
El cantante no se resiente de su afon¨ªa y lidera un espect¨¢culo en el que la banda irlandesa rejuvenece su discurso con la voz de la experiencia
Noticia urgente y tranquilizadora: Paul David Hewson, Bono a efectos art¨ªsticos, est¨¢ hecho un chaval. Ni rastro de la afon¨ªa aquella que le oblig¨® a cancelar el concierto de Berl¨ªn a la quinta canci¨®n, apenas tres semanas atr¨¢s. El DNI acredita 58 primaveras para nuestro caballero del norte de Dubl¨ªn, pero la actitud que exhibi¨® anoche durante 134 minutos en el WiZink Center madrile?o fue la de un jovencito fogoso, espasm¨®dico y teatral que acabara de salir de sus primeros ensayos en el garaje. Con la sutil diferencia, claro, de que este genuino animal esc¨¦nico se las sabe todas y dispone del respaldo de tres instrumentistas extraordinarios para que nada se malogre. Recuperar el esp¨ªritu inocente a partir de las ense?anzas de la experiencia: ah¨ª estaba el quid de la cuesti¨®n, la moraleja que encerraban los discutidos dos ¨²ltimos discos de la banda.
38 a?os despu¨¦s de publicar sus primeras canciones, U2 no solo siguen siendo capaces de reventar pabellones o estadios, sino de sugerir excitaci¨®n, adrenalina, deslumbramiento tecnol¨®gico, controversia... Podremos discrepar de su producci¨®n reciente. Nos dividiremos eternamente entre quienes catalogan a Bono como visionario y aquellos que le toman por papanatas. Confiaremos poco en la capacidad de persuasi¨®n de la banda como agitadora de conciencias, a la vista de que el mundo sigue hecho un asquito. Pero lo que 15.000 almas vivieron anoche, en la primera visita madrile?a del cuarteto desde 2005, fue un espect¨¢culo palpitante, abrumador, superlativo. Un sobresalto perpetuo en el que los m¨²sicos desaparecen y reaparecen, el pasillo central es una fascinante caja de sorpresas audiovisuales y casi nada discurre bajo los par¨¢metros de la previsibilidad.
Autores de algunos de los grandes emblemas sonoros del ¨²ltimo medio siglo, los dublineses han cambiado el paso en esta gira eXPERIENCE + iNNOCENCE con el repertorio m¨¢s heterodoxo y desconcertante de toda su historia. Quienes no anduvieran sobre aviso, se quedar¨ªan ayer estupefactos al comprobar que no hab¨ªa rastro de las tres primeras canciones de The Joshua Tree, por ejemplo, que por s¨ª solas aseguran la posteridad a sus firmantes y una holgad¨ªsima herencia a varias generaciones.
A cambio, los ocasionalmente denostados Songs of Innocence (2014) y Songs of Experience (2017) gozan de amplia representaci¨®n, en lo que parece un severo aviso para navegantes: por mucho bagaje que acumulen, Bono, The Edge, Adam Clayton y Larry Mullen Jr. quieren pisar el barro, renovar la munici¨®n, disputar la partida con las piezas negras. Igual que si el Bar?a decidiera sentar a Messi en el banquillo y jug¨¢rselo todo con la Mas¨ªa.
El cancionero apenas experimenta variaciones con respecto a escalas previas, pero sorprende el amor de U2 por la confecci¨®n de trajes a medida. Ya no es que Bono haya aprendido a decir en castellano ¡°De Madrid al cielo¡±, sino que aprovecha los proleg¨®menos de New Year¡¯s Day para honrar la historia de la ciudad como epicentro de ¡°la movida, Miguel de Cervantes, Pl¨¢cido Domingo, Pedro Almod¨®var, Javier Bardem¡±. O deja estupefacto a un espectador cuando le pregunta desde el escenario peque?o, tambi¨¦n en nuestro idioma: ¡°?Qu¨¦ tal el verano?¡±.
El tramo central en esa plataforma secundaria, tantas veces aprovechado en par¨¦ntesis engolados, se convierte aqu¨ª en uno de los pasajes m¨¢s trepidantes de la noche. El cuarteto desliza dos de sus cl¨¢sicos ruidosos, Elevation y Vertigo (con cita de Rebel Rebel), para erigirse en banda b¨¢sica, cruda; despiadada sin necesidad de artificios. Bono, ataviado con sombrero de copa y maquillaje supraocular, ejerce de Joker antes de dar paso a Acrobat, la canci¨®n de Achtung Baby que jam¨¢s hab¨ªa sonado en directo hasta esta gira. Y las reinvenciones ac¨²sticas de Summer of Love y You¡¯re the Best Thing About Me (esta, con Mullen a las ?congas!) son de una audacia pasmosa.
No est¨¢ claro que la militancia rockera sirva a estas alturas para gran cosa, pero es alentador que U2 reivindique la diversidad sexual (Love Is Bigger Than Anything In Its Way se transform¨® en el himno m¨¢s inesperado) y denuncie la pobreza femenina o el fanatismo totalitario. Y que Bono re¨²na agallas para despotricar contra el nacionalismo ¡°catal¨¢n, vasco, espa?ol o irland¨¦s¡± levantando los aplausos del p¨²blico justo antes de que One renueve su condici¨®n de himno universal a la concordia. Cosas que un jovencito de 58 puede permitirse desde la voz de la experiencia.
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