Zaira Romero: ¡°Tambi¨¦n puedo hacer de ni?a pija¡±
La candidata al Goya a actriz revelaci¨®n por su papel de lesbiana gitana en 'Carmen y Lola' se confiesa ambiciosa y se ve capaz de interpretar lo que le echen. Tiene 18 a?os.
Se presenta con su coleta tirant¨ªsima, su mochila a la chepa, sus gafotas de miope y su plumas finito, y parece una cr¨ªa reci¨¦n salida del instituto. Todo y nada que ver con la poderosa y fr¨¢gil presencia de Lola, la adolescente gitana enamorada de la novia de su primo que encarna en Carmen y Lola. Su primer casting, su primer papel, su primera pel¨ªcula, su bautizo para muchas cosas. Mont¨® por primera vez en avi¨®n para presentarla en Cannes, donde cumpli¨® 18 a?os. Y, el d¨ªa que supo que estaba nominada a los Goya, hizo 16 que hab¨ªa muerto su padre. En cuanto abre la boca, la primera impresi¨®n se evapora. Romero se come la c¨¢mara, al fot¨®grafo y a la entrevistadora a base de labia y fotogenia. A las pruebas me remito.
Viene a cara lavada ?Deja todo el brillo para los Goya?
Tengo el vestido en mi pensamiento, me lo est¨¢n haciendo. Voy a mezclar lo elegante y lo espa?ol. Os vais a quedar muertos.
?A los 18, se es ni?a o mujer?
Depende de d¨®nde est¨¦. Con mis primas peque?as, juego a las mu?ecas, porque no jugu¨¦ de ni?a. Pero, en casa, si mi madre est¨¢ trabajando y mis hermanos mayores tambi¨¦n, cuido de mi abuelo, o ayudo al peque?o con los estudios, y asumo el papel de madre.
?Y c¨®mo andamos de pavo?
Lo llevo puesto. Va madurando conmigo. Lo voy a tener toda la vida. De hecho, yo en la pel¨ªcula, como no sab¨ªa actuar, jugaba. Tengo muy mal perder. Y tiraba de ese amor propio. Lo doy todo siempre. No hago nada a medias.
Flechazo
Zaira Romero (Madrid, 1999) fue la primera aspirante que vio Arancha Echevarr¨ªa, la directora de 'Carmen y Lola', para ser protagonista de su pel¨ªcula sobre el amor entre dos chicas gitanas. Romero iba acompa?ando a su prima, pero fue ella la que se llev¨® un puesto para el que parec¨ªa hecha a medida.. Por este primer papel, Zaira puede ganar el Goya a la mejor actriz revelaci¨®n en febrero. Su flechazo por el cine tambi¨¦n fue fulminante.
Su personaje, Lola, sufre el rechazo de los suyos. ?De d¨®nde tir¨® para expresar ese dolor?
Me duele decirlo, pero llevo mucho rencor dentro. Mi padre muri¨® cuando yo ten¨ªa dos a?os. Y su familia nos repudi¨® a mi madre y a mis hermanos. Llegaron a decir: 'muerto el perro, se acab¨® la rabia. Muerto mi hijo, no tenemos nietos'. Por eso mi primer apellido es Romero, que es el de mi madre y mi abuelo, el hombre de mi casa y al que le ped¨ª permiso para hacer la pel¨ªcula. Morales es solo el apellido de mi padre. Ahora me llaman mis t¨ªos y me reprochan que no lo use. Es tarde.
Liga m¨¢s desde la pel¨ªcula.
Bueno, la verdad es que siempre he ligado, pero ahora me entran muchas chicas por las redes. Soy heterosexual, pero eso no quiere decir que no me halague.
?Le cost¨® expresar deseo f¨ªsico por una mujer siendo 'hetero'?
Much¨ªsimo. Los besos no, porque yo me doy picos con mis hermanos, mis t¨ªas y mi madre. El amor, tampoco, porque yo quiero mucho a mi compa?era, Rosy, y la miraba como miro a mi madre. Pero el deseo... Un d¨ªa, para ponernos a tono, Rosy se puso la colonia de alguien que yo conoc¨ªa, y yo la que usaba su marido. Las dos cerr¨¢bamos los ojos y nos imagin¨¢bamos a la otra persona.
Creo que algunos figurantes las insultaban en el rodaje.
Nos dec¨ªan que, siendo gitanas, por qu¨¦ hac¨ªamos de lesbianas. En los payos lo ven normal, pero si eres gitano y homosexual eres un extraterrestre. Luego se quejan de racismo. Yo he conocido a gitanos de una pieza. Lo que hace da?o son las etiquetas.
Dice que es 'merchera', ni paya ni gitana. ?Eso no es otra etiqueta, o estar entre dos mundos?
Para los payos somos gitanos y para los gitanos, payos. Mi padre era payo y no reniego de mi parte paya. Nunca hubiera dicho que soy merchera si no me hubieran preguntado, por mis rasgos, si era gitana. Soy una persona, lo dem¨¢s es cosa aparte, cada uno tiene su casa. Lo dice mi abuelo: el buen merchero es el que nunca dice de d¨®nde viene, no es necesario. Ya te clasifican bastante en la calle.
Liga, pero ?est¨¢ enamorada?
Algo hay, aunque se supone que no debo decirlo, porque en mi casa no puedo tener novio.
?En serio?
A ver, puedo decirle a mi madre y mis hermanos que estoy con un chico, pero por la calle no puedo ir con uno y con otro. Est¨¢ feo. Nosotros no tenemos la prueba del pa?uelo. Damos, si queremos, las s¨¢banas del d¨ªa despu¨¦s, ya tu marido sabr¨¢ si se quiere casar o no. Pero que te vean por la calle de la mano no va conmigo.
?Y eso no le parece de un machismo insoportable?
No, me parece darte un respeto como mujer, darte tu lugar. No me gusta que hablen de m¨ª. He tenido novios pero no lo doy a ver. Tampoco me gusta que un hombre vaya con una mujer, y luego con otra y otra. No lo veo necesario. Pero cada uno tiene sus costumbres, su forma de pensar y sus ideales. No me gusta juzgar ni tampoco que me juzguen.
Su primer papel es de gitana. ?Se ve haciendo de arist¨®crata?
?De ni?a pija? Pues claro. Lo que me echen. Si me propongo algo, voy en l¨ªnea recta.
?Tiene un plan B por si le falla la interpretaci¨®n?
No, tengo un plan A: yo soy estetici¨¦n. Quer¨ªa ser psic¨®loga, pero no se me daban bien los estudios. Siempre me he buscado la vida. Ya ganaba casi mil euros, 973 m¨¢s comisiones, a los 16 a?os. Eso lo he visto en mi casa. A mi madre, a mi abuela, a mis t¨ªos. No se nos pone nada por delante.
La veo lanzada a la piscina.
Pues claro, y ya veremos si s¨¦ nadar o me ahogo, lo que no voy a hacer es tirar la toalla. He venido para quedarme. Tengo ambici¨®n y ganas de comerme el mundo.
Qu¨¦ cara se le va a quedar si no lo gana. ?La tiene ensayada?
Ic¨ªar Castro siempre me dec¨ªa: te van a nominar, pero no te lo vas a llevar. A m¨ª me daba cierta rabia. pero si te digo la verdad, quisiera que se lo llevara Gloria, la chica con s¨ªndrome de Down de Campeones. Ella s¨ª que ha tenido limitaciones. Yo, ninguna.
?C¨®mo se ve en 10 a?os?
Pues mira, siguiendo en este mundo. Pero si me lo f¨ªas a diez a?os, pues ya casada y con un ni?o por lo menos. Es que, maja, me pongo ya en 28 a?os, casi 29, y eso ya es una edad de respeto.
Babelia
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