Salvador Sobral: ¡°La euforia dura poco, hay que seguir pagando el alquiler¡±
El m¨²sico portugu¨¦s regresa con 'Paris, Lisboa', un disco que quiere ser "un grito de libertad, luz y felicidad" despu¨¦s de su trasplante de coraz¨®n.
Hay ventajas e inconvenientes en el hecho de que la tuya sea la ¨²ltima entrevista del d¨ªa. El entrevistado est¨¢ tan cansado y/o harto de contarle su vida a desconocidos que, o bien te despacha con topicazos, o baja la guardia y se quita el escudo. Sobral, trasplantado de coraz¨®n a¨²n no hace dos a?os, parece exhausto. Son las siete de la tarde, lleva en pie desde las cinco de la ma?ana, ha dado un concierto para la prensa y, derrengados todos en los divanes de la terraza VIP de un hotel VIP de Madrid, sus asistentes le animan insisti¨¦ndole en que esta es la ¨²ltima. Empezamos bien. Un chico amable e hipersensible respondiendo ¡°con actitud zen¡± para vender su disco. En un momento concreto, sin embargo, molesto quiz¨¢ por alguna pregunta, muda el gesto y se vuelve opaco. Entre medias pas¨® esto.
Vengo de su recital. Con la ¨²ltima canci¨®n, que canta con un m¨²sico de Madeira, dan ganas de invadir Funchal del optimismo.
Es lo que pretende. Es un renacimiento. Un canto a la alegr¨ªa. Mi mayor grito de libertad despu¨¦s de todo lo que pas¨¦ en su d¨ªa. Es una canci¨®n con mucha luz, sol y felicidad. Para bailar y bailar.
?Antes estaba a oscuras?
A veces. Hab¨ªa luz y sombras. El tiempo m¨¢s oscuro fue el que estuve en el hospital. Seis meses malos. Pero despu¨¦s empec¨¦a ver la luz y a componer el disco.
Me ha impresionado lo que ha dicho en el concierto: que, al ver que sobreviv¨ªa, cay¨® en que hab¨ªa que pagar las facturas.
La euforia dura poco, porque ves que la vida es fr¨¢gil. Las cosas siguen pasando, y vivo la vida con m¨¢s intensidad, porque s¨¦ que en cualquier momento se puede torcer. Pero, al final, uno se da cuenta de que hay que pagar el alquiler. Entonces decid¨ª volver a tocar, que es lo que m¨¢s me gusta hacer.
?No lo considera trabajo?
'Par¨ªs, Lisboa'
As¨ª ha titulado Salvador Sobral (Lisboa, 1989) su primer ¨¢lbum despu¨¦s de su trasplante de coraz¨®n en 2017. Pol¨ªglota y polif¨®nico, el ganador de Eurovisi¨®n lleva apuntado a boli en el dorso de la mano una nueva fecha fetiche: 17 de mayo, su recital en el Palau de la M¨²sica de Barcelona.
No, para m¨ª el trabajo es esto. Hacer entrevistas. Lo dem¨¢s es tocar y estar con los amigos y viajar y comer bien y estar en hoteles...
....tan lujosos como este.
No. Los hoteles demasiado lujosos me asustan un poco. Tengo muchos amigos y prefiero quedarme en su casa, aunque tenga que discutir con mi gente. Soy tan antidiva que a veces termino siendo una diva y acabo haciendo una escena de diva contra diva.
Veo que no acepta ¨®rdenes. ?De qu¨¦ se siente esclavo cuando uno le ha visto las orejas al lobo?
De las cosas que no controlas. Eso es lo peor. Cuando no controlas y est¨¢s a merced de otro, o de la vida en general. Es lo que m¨¢s miedo me da: no saber qu¨¦ va a pasar. Por eso no me inquietan los conciertos, porque controlo yo.
Un amigo corresponsal dec¨ªa que se ten¨ªa que tomar vacaciones de Portugal para sobrellevar lo melanc¨®lico de su car¨¢cter.
S¨ª, somos un pa¨ªs melanc¨®lico, pero con encanto. La melancol¨ªa est¨¢ presente en todo mi ser. Pero es una melancol¨ªa productiva para el arte, para la interpretaci¨®n, como tambi¨¦n lo es la alegr¨ªa. Todas las sensaciones son leg¨ªtimas a la hora de crear: re¨ªr, llorar, ganas de follar. Todo es leg¨ªtimo.
Oy¨¦ndole hablar parece usted bastante mayor de sus 29 a?os.
?S¨ª? Me siento el eterno joven. Un poco Peter Pan, al menos como artista. ?T¨² cu¨¢ntos me echas?
No s¨¦, 40, alguien que ha vivido mucho y ha visto de todo.
Bueno, es que un a?o de enfermo es como un a?o de perro, valen m¨¢s. Mira, ya tienes el titular.
Es bueno. Dicen que cuando uno est¨¢ cansado dice la verdad.Puede ser que s¨ª.
A una fan que le ha piropeado dici¨¦ndole que ¡°ojal¨¢¡± fuera su madre, le ha respondido: ¡°no quieras serlo¡±. ?Tanto ha sufrido ella?
Me ha salido de dentro, y ya ves que digo lo que me sale. Mi madre ha sufrido mucho. Es un ser muy especial, tiene un car¨¢cter de mujer portuguesa de armas tomar, con car¨¢cter. Nunca me dej¨® irme abajo. Dec¨ªa: ¡°todo va a estar bien, no te preocupes¡±. Era ella quien llevaba el carro.
Defina el triunfo, usted, que denosta 'Operaci¨®n Triunfo'.
Hacer lo que te gusta, conseguir pagar el alquiler, comer bien y estar sano. La vida de rock star. El ¨²nico vicio que tengo es comer fuera. Y me lo puedo permitir.
El actor Antonio Mart¨ªn Gamero dec¨ªa: ¡°como fuera de casa en ning¨²n sitio¡±. ?Los suscribe?
Tengo miedo a la soledad, no lidio bien con ella. Me fui un mes a Estocolmo a aprender sueco y a forzarme a estar solo despu¨¦s de todo lo que pas¨¦, pero en el tren del aeropuerto al centro hice dos amigos. No s¨¦ si me encantan las lenguas porque me encanta la gente, o me encanta la gente porque me encantan las lenguas.
Disc¨²lpeme, se lo ten¨ªa que haber preguntado al principio, pero lo hago al final. ?C¨®mo se encuentra?
A veces tengo periodos tristes, como todo el mundo. Al final estoy con vida, algo que descartaba. Y a veces no me siento merecedor del amor de tanta gente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.