Sandra Barneda: ¡°Estoy harta de la moda de juzgar, es est¨¦ril¡±
La periodista presenta en Telecinco 'Vida la vida', sigue con su canal feminista en YouTube y prepara nueva novela
El periodista llega a la cita 10 minutos antes de la hora pactada, y Sandra Barneda (Barcelona, 43 a?os) ya est¨¢ all¨ª, escribiendo en su port¨¢til. "Tengo que entregar la nueva novela en primavera. Llevo dos a?os con ella y aprovecho cualquier momento", se excusa como hormiguita pillada en sus labores. En verano presenta Viva la vida, las tardes de los fines de semana en Telecinco, y sigue con su columna semanal en La Vanguardia y con su canal de YouTube -sobre mujeres y por mujeres- dentro del paraguas de Mediaset, la empresa audiovisual que encabeza Paolo Vasile.
Pregunta. ?C¨®mo llama usted a Paolo Vasile: don Vasile, don Paolo o Paolo a secas?
Respuesta. Nooo, Paolo. No le gustan que le llamen don Paolo. Entiendo muy bien su cargo, pero nos tratamos de t¨² a t¨² desde hace 12 a?os?
P. En el otro d¨ªa en su programa uno de los ingenieros de la estaci¨®n de Fresnadillas de la Oliva que colabor¨® en la misi¨®n del Apolo XI se enfad¨® porque hab¨ªan hablado de las teor¨ªas conspiratorias que aseguran que nunca hemos pisado la Luna. ?De verdad lo hicimos o no?
R. A ver, s¨ª. Los estudios y las pruebas lo avalan. Pero a m¨ª me divierten mucho las leyendas urbanas. Como la de si el 11-S la montaron los estadounidenses. Ahora bien, esos momentos televisivos nacidos del directo son divertidos. Hay muchos formatos televisivos, y en algunos no buscamos que el espectador est¨¦ el 100% informado: lo har¨¢ por otros lugares. Lo que hay que hacer cuando hay tensi¨®n en el plat¨® es ponerte en el lugar del otro. El invitado, si se molesta, siempre tiene la raz¨®n.
P. En la televisi¨®n, la gente con firmeza como usted suena mucho m¨¢s dura.
R. Creo que es una cuesti¨®n de g¨¦nero, que se juzga de manera distinta a las mujeres que a los hombres. De ellos, ni se destaca. En ellas parece m¨¢s grave de lo que realmente es. Yo intento ser honesta.
P. Cuando una mujer en la esfera p¨²blica muestra esa fuerza le ponen un apodo: como Margaret Thatcher, la dama de hierro.
R. F¨ªjate que se convirti¨® en una rol model. Thatcher fue un referente en mi infancia. Gracias a ella, las ni?as pudimos imaginar ser primera ministra.
P. ?Y usted se siente modelo?
R. He sido una rebelde toda mi vida, quiz¨¢ por mi dislexia, porque soy zurda... En mi infancia se educaba al estilo "tienes que aprenderte las cosas as¨ª" y yo era incapaz de memorizar en el orden predeterminado. Tambi¨¦n fui la ¨²ltima de cuatro hermanos y me tuve que hacer valer. Cuando los pilares de la sociedad sean m¨¢s flexibles, funcionaremos mejor, y si para obtener ese cambio debo luchar y ser rol model, pues adelante. Pero a veces es un palo en las ruedas, porque te juzgan.
P. ?El canal de YouTube lo vive como un regalo?
R. Desde luego, la televisi¨®n est¨¢ cambiando y tiene que experimentar diversos modos de generar contenido audiovisual. En Mediaset nos reunieron a algunos y a m¨ª me dijeron que fuera una extensi¨®n de mi personalidad. Es un canal en el que hablan mujeres, no un canal femenino, porque nos equivocamos con esas etiquetas. Un canal sobre casas no es femenino, sino de aficiones. Ni el rosa es un color femenino. Hablan mujeres porque tenemos la responsabilidad de crear nuestra propia narrativa. Si en la esfera p¨²blica, eminentemente masculinizada, se ha escrito una narrativa sobre c¨®mo somos las mujeres, toca ahora que lo cambiemos. ?Podremos reconstruirla? Veremos. A m¨ª los j¨®venes me dan esperanza, porque van m¨¢s all¨¢ de la esclavitud del g¨¦nero.
P. ?De verdad no cree que estamos retrocediendo?
R. No, aunque a¨²n hay algunos comportamientos deleznables. Hace a?os me promet¨ª no hablar como mis abuelos y decir eso de: "Es que en mis tiempos...". Tenemos que escuchar a los j¨®venes, comprenderles y no juzgarles. Se notan los cambios. Mira, hay un hijo de una amiga que con ocho a?os est¨¢ enamorado de m¨ª. Aunque sabe que yo estoy con mujeres, le dice a su madre: "Bueno, ya, pero cuando yo sea mayor...". Porque ¨¦l concibe dentro de la libertad que no entiende de barreras. Me gusta la plastilina que son los ni?os, una facultad que perdemos cuando crecemos. Y pasamos a juzgar. Estoy harta de la moda de juzgar, es est¨¦ril. Siendo pol¨ªticamente correctos no cambiamos el mundo.
P Y todo esto, ?no pod¨ªa reflejarlo la televisi¨®n generalista?
R. Cuando es generalista, la tele cubre un abanico que intenta atrapar a toda la sociedad. No es tan f¨¢cil. S¨ª lo veremos en las nuevas formas de hacer televisi¨®n. Y m¨¢s vale espabilar, porque si no, el p¨²blico nos abandonar¨¢.
P. ?Y usted ve nuevos formatos?
R. Me apunto a todo. Les pido a mis amigos estadounidenses que me avisen de esos nuevos formatos, y los veo por mi faceta de productora. Me falta tiempo en la vida.
P. ?Qu¨¦ queda de su pasado como actriz?
R. Muy poco [risas]. Saber que no soy una persona de guiones fijos, y una gran admiraci¨®n por el trabajo interpretativo.
P. ?Cambia de chip cuando escribe?
R. S¨ª. Ah, no me gusta eso de escritora femenina. Soy feminista. ?Que tengo muchas lectoras? En Espa?a el 80% de los lectores son mujeres.
P. M¨¢s all¨¢ de ser periodista, usted tiene una imagen p¨²blica. ?La protege, la cuida?
R. Sobre reportajes del coraz¨®n y el tema de mi pareja, nada ocurre por casualidad. Siendo una mujer inquieta en otras facetas, reconozco que en mi orientaci¨®n sexual estaba m¨¢s medida. Empec¨¦ a salir con alguien muy popular, y la cosa cambi¨®. Tambi¨¦n hay algo que siento de responsabilidad social... Luego ya llegaron los paparazis. Bueno, todo en su justa medida. Protejo mi vida privada para no convertirme en el personaje. Cuando me pongo las gafas de ver, me creo que no me reconocen en plan Clark Kent y mis amigas se r¨ªen de m¨ª. Pues a m¨ª me funciona.
P. Su beso ante las c¨¢maras con Nagore Robles, ?es tan importante como el de Iker Casillas con Sara Carbonero?
R. [R¨ªe y piensa]. Entiendo que hablas por la normalizaci¨®n. No s¨¦ si se puede medir la importancia. El de ellos fue un momentazo, el m¨ªo no s¨¦. Simplemente ocurri¨®... Pero cuesta mucho normalizar. Cuando todo lo intelectualizas, algo va mal. Hay que sentir.