Liria: el mejor decorado de los Alba
Este jueves abre sus puertas el palacio que contiene la mejor pinacoteca hist¨®rica conservada en manos privadas en Espa?a, para hacer sostenible el patrimonio de la familia
En la apertura al p¨²blico de una parte del palacio de Liria hay una imagen capaz de resumir mil palabras de la visita: una mesa repleta de joyeros, porcelana, una g¨®ndola de bronce, dos copas de cer¨¢mica, dos fotograf¨ªas del duque de Hu¨¦scar, Fernando Fitz-James y futuro duque de Alba, una l¨¢mpara que tapa parte del retrato de Carlos V de Tiziano; todo junto a un aparatoso climatizador ping¨¹ino de suelo. La escena es propia de un subt¨ªtulo del ?HOLA!, con un poco de Historia, un poco de elegancia, alguna sorpresa y muchas an¨¦cdotas. Cuando este jueves los Alba abran las puertas de su casa, previo pago de 14 euros, se har¨¢ p¨²blica la mejor versi¨®n de una familia muy p¨²blica.
El palacio de Liria contiene la mejor pinacoteca hist¨®rica de Espa?a conservada en manos privadas, pero no parece que destacar esta cuesti¨®n sea la intenci¨®n del recorrido que han preparado para las 250 personas que visitar¨¢n al d¨ªa la intimidad de los nobles, a partir de este jueves, tal y como adelant¨® EL PA?S. Ser¨¢n grupos de 20 personas, todas conectadas a su audiogu¨ªa y, a su paso por los 14 salones preparados, un gu¨ªa les ir¨¢ se?alando los cuadros y las piezas de las que les habla la grabaci¨®n. Unos 45 minutos de recorrido -en los que no est¨¢ permitido hacer fotos- para contemplar un hogar que nunca fue tal cosa. ¡°Son salones hechos para mostrar la colecci¨®n. No son de uso, ni de descanso, nunca se habitaron. El duque solo utiliza el comedor, por eso las visitas paran de dos a cuatro¡±, comenta ?lvaro Romero, director cultural de la Fundaci¨®n Casa Alba.
El XIV duque de Alba leg¨® a la colecci¨®n familiar 117 cuadros? y 58 soberbios vasos grecorromanos (que no se muestran)
Es complicado encontrar una definici¨®n exacta para un lugar como este, en medio de la ciudad. ¡°Lo que queremos es mostrar una casa, porque es algo diferente de la oferta cultural del resto de Madrid¡±, a?ade Romero afinando el olfato del marketing. Sin embargo, tampoco es una casa, porque los dos ejes que se muestran nunca fueron habitados. Son los salones que la anterior duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, mont¨® hace cinco d¨¦cadas. Son dioramas o instalaciones cuya finalidad es ubicar la gloria de la familia en la historia mon¨¢rquica espa?ola, arropada y legitimada por un exquisito patrimonio cultural.
Rendimiento econ¨®mico
A la teatralizaci¨®n levantada por la duquesa de Alba se le han incluido cadenas, una moqueta roja que indica el camino al que ce?irse y c¨¢maras de vigilancia. De ese parnaso inventado por la anterior duquesa, lo ¨²nico que se ha tocado han sido las fotos de las mesillas. Ahora el protagonismo en ellas es para Carlos Fitz-James Stuart y Mart¨ªnez de Irujo, el duque de Alba, y sus hijos. Tambi¨¦n hacen cameos Alberto de M¨®naco, Fabiola de B¨¦lgica, Juan Carlos I y do?a Sof¨ªa, Felipe VI (sin do?a Letizia), Jacqueline Kennedy o Felipe Gonz¨¢lez (el ¨²nico presidente recordado en estos rincones). Llama la atenci¨®n una foto con marco de plata de la boda del hijo del duque de Alba, hace un a?o, con Sof¨ªa Palazuelo.
Son salones hechos para mostrar la colecci¨®n. No son de uso, ni de descanso, nunca se habitaron ?lvaro Romero
Una plantilla de 15 personas trabaja para encontrarle rendimiento econ¨®mico a un patrimonio extraordinario, que recopil¨® llevando a la m¨¢s absoluta ruina a la familia Carlos Miguel Fitz-James Stuart (1794-1835). El XIV duque de Alba leg¨® a la colecci¨®n familiar 117 cuadros (la pintura flamenca e italiana, la m¨¢s interesante) y 58 soberbios vasos grecorromanos (que no se muestran).
Por todo es dif¨ªcil encontrarle una definici¨®n clara a este nuevo espacio cultural que se abre a kil¨®metro y medio del Palacio Real y del Museo de las Colecciones Reales, cuando abra. Aspira a museo por el precio (dos grupos gratuitos los lunes, obligado por su declaraci¨®n como bien de inter¨¦s cultural) y por un contenido excelente. Sin embargo, las cadenas impiden el acercamiento a los cuadros, que quedan demasiado lejos de la vista u ocultos por otros elementos decorativos. Tampoco existe una museograf¨ªa, m¨¢s all¨¢ de la idea de Cayetana de agrupar los salones como unidades tem¨¢ticas, con escuelas nacionales, entre los que chirr¨ªa la insistencia en atribuir a Vel¨¢zquez un retrato de la infanta.
A oscuras
La falta de luz tampoco favorece la visi¨®n de las piezas de Rubens, Carlo Maratta, Palma el viejo, Andrea del Sartro, Tiziano, Andrea Vaccaro, Mengs, Lavinia Fontana, Ribera, Murillo, Bellini, Luca Giordano, Ingres o Antonio Moro. Este aspecto no se ha adaptado a las nuevas funciones de exhibici¨®n y los cuadros son iluminados por focos directos que provocan reflejos muy acentuados en la parte alta y mantienen en la penumbra la baja. La luz natural de los ventanales de la fachada suroeste no es suficiente para aclarar cada estancia. De hecho, en invierno las visitas cesar¨¢n a las seis de la tarde, una hora antes, por falta de luz. Es m¨¢s un castillo que un palacio. Por todo, la ma?ana es el mejor horario para ver con algo de claridad las maravillas del sal¨®n italiano, el sal¨®n flamenco, el sal¨®n espa?ol, el sal¨®n de baile, el sal¨®n Goya y el mejor dramatizado de todos, el sal¨®n del gran duque, con el retrato de Carlos V y la emperatriz Isabel de Portugal (copia de Tiziano de Rubens), sobre la foto oficial de Carlos Fitz-James Stuart y Mart¨ªnez de Irujo.
Cuesta definirla como una casa-museo, porque es un simulacro de la intimidad de los Alba, mezclada con su dimensi¨®n popular. Es una ficci¨®n de lo que podr¨ªa ser una casa noble hecha por los nobles (autoficci¨®n), para ser vista por quienes no pueden vivir as¨ª. Incentiva m¨¢s el anhelo social que el encuentro con grandes obras de arte, entre las que llama la atenci¨®n la biblioteca. En esta estancia, que en las anteriores visitas ¡°clandestinas¡± semanales no se mostraba, tienen el foco protagonista los documentos colombinos con las cartas firmadas por el almirante Crist¨®bal Col¨®n, que el Estado prohibi¨® vender a la familia. Tambi¨¦n figura el primer mapa trazado por ¡°el conquistador¡± de lo que ¨¦l llam¨® ¡°la espa?ola¡±, que hoy es Rep¨²blica Dominicana. Puede empezar la funci¨®n, pero sin fotos. Est¨¢n prohibidas.?
Babelia
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