Juan Antonio Bayona: ¡°Hay que aprovechar esta tragedia para otorgar a la cultura la relevancia que tiene¡±

Al otro lado del mundo, a 10 horas de distancia con respecto al huso horario de la Espa?a peninsular, Juan Antonio Garc¨ªa Bayona, m¨¢s conocido como J. A. Bayona (Barcelona, 44 a?os), atiende al tel¨¦fono. A las afueras de Auckland, ¡°en una casa desde la que se ven bosque y vacas¡± est¨¢ confinado -junto a su hermano, su cu?ada y su sobrina- el ni?o prodigio de la ESCAC, el director de El orfanato, Lo imposible, Un monstruo viene a verme y Jurassic World: el reino ca¨ªdo. En Nueva Zelanda ...

Al otro lado del mundo, a 10 horas de distancia con respecto al huso horario de la Espa?a peninsular, Juan Antonio Garc¨ªa Bayona, m¨¢s conocido como J. A. Bayona (Barcelona, 44 a?os), atiende al tel¨¦fono. A las afueras de Auckland, ¡°en una casa desde la que se ven bosque y vacas¡± est¨¢ confinado -junto a su hermano, su cu?ada y su sobrina- el ni?o prodigio de la ESCAC, el director de El orfanato, Lo imposible, Un monstruo viene a verme y Jurassic World: el reino ca¨ªdo. En Nueva Zelanda Bayona estaba rodando los dos primeros episodios de la serie de Amazon El Se?or de los Anillos, hasta que la pandemia alcanz¨® hasta aquel pa¨ªs. Parte del equipo se volvi¨® a sus casas; otra parte, como el cineasta espa?ol, sigue trabajando en la cuarentena. Bayona desarrolla a la vez varios proyectos ¨Cya elegir¨¢ m¨¢s adelante el definitivo- mientras avanza en el montaje de lo filmado. La entrevista se realiza antes del encuentro del ministro de Cultura con el sector audiovisual.

Pregunta. ?C¨®mo est¨¢?

Respuesta. Bien, muy atento a lo que pasa en Espa?a. A mi lado est¨¢ parte de mi familia, y en Barcelona mis padres y mis dos hermanas, una de ellas sanitaria. As¨ª que hablo todos los d¨ªas con ellos. Por suerte estoy en una casa en las monta?as, un lugar privilegiado, con lo que por un lado parece que est¨¢s seguro, por otro sientes la angustia de estar lejos de casa. He pasado de hablar una vez a la semana como mucho con mis padres a llamarles dos veces al d¨ªa [risas].

P. ?Qu¨¦ sensaci¨®n se vive en Nueva Zelanda?

R. Aqu¨ª han podido afrontar muy bien la crisis porque es un pa¨ªs insular, con solo cinco millones de habitantes. Los primeros casos llegaron m¨¢s tarde y se ha podido monitorizar cada foco adecuadamente. Como son islas, est¨¢n preparados ante epidemias exteriores. Ayuda que aqu¨ª todo el mundo va a una, tanto la sociedad como sus pol¨ªticos, algo que contrasta con la situaci¨®n en Espa?a. Me impresiona el rigor con el que los espa?oles est¨¢n siguiendo el confinamiento, mientras la clase pol¨ªtica parece que es incapaz de llegar a un consenso. Me parece terrible el poco sentido del momento hist¨®rico que se est¨¢ dando desde la oposici¨®n.

P. ?Puede explicarlo?

R. Parece que a una serie de pol¨ªticos todo este sufrimiento no les haya alterado su agenda pol¨ªtica. No hablo ya de VOX, que hace lo de siempre, un populismo cainita basado en la mentira y el fanatismo para incendiar las emociones de la gente. Me molesta tambi¨¦n la actitud que se est¨¢ adoptando desde el Govern catal¨¢n, los intentos mal disimulados de consolidar sus objetivos independentistas contradiciendo sistem¨¢ticamente la labor del gobierno del Estado.

P. Usted ha rodado pel¨ªculas fant¨¢sticas y de terror, pero nunca de pandemias. Y esto supera la mayor parte de lo mostrado en el cine.

R. Todo ha cambiado. El cine ha enfocado las epidemias gobales desde el fant¨¢stico. Guerra mundial Z, 28 d¨ªas despu¨¦s, La invasi¨®n de los ultracuerpos.... Como curiosidad, Contagio, en la que Steven Soderbergh retrataba de manera realista una enfermedad muy similar a la actual, era considerada por la base de datos IMDb uciencia ficci¨®n hasta hace unos d¨ªas. Ahora pone drama. Esto nos da la idea de hasta qu¨¦ punto no est¨¢bamos mentalmente preparados para asumir que una pandemia pudiera ser real. Espero que nos sirva para aprender algunas lecciones.

P. ?Qu¨¦ lecciones?

R. La m¨¢s evidente es la defensa del estado del bienestar como principal herramienta para combatir la desigualdad de una sociedad. Creo en una sociedad en la que los servicios b¨¢sicos de salud y educaci¨®n est¨¦n cubiertos por el Estado. El virus afecta a ricos y pobres, pero no todo el mundo puede defenderse igual. Necesitamos una sanidad p¨²blica, fuerte, preparada y para todos. Espero que en el futuro nos acordemos de que cualquier pol¨ªtica enfocada a reducir el estado del bienestar es un error. Ahora tenemos por delante el reto de conservarlo y, cuando sea posible, mejorarlo.

P. Nunca hubo tanta gente consumiendo audiovisual, pero, ?cree que eso beneficia al mundo de la cultura?

R. Este masivo consumo del audiovisual confirma que la gente necesita la cultura. Es tan importante que demos de comer al est¨®mago como al cerebro. Pero ahora mismo hay mucha preocupaci¨®n en el sector. Una parte muy importante de la cultura se consume en comunidad. Ir al cine, el teatro, un museo o a un concierto es una experiencia colectiva. Por lo tanto, fuimos de los primeros sectores en parar su actividad y seremos de los ¨²ltimos en reanudarla. Independientemente de las medidas que se deber¨¢n tomar para asegurar la supervivencia de las miles de familias del sector, hay una asignatura pendiente con la cultura y el apoyo que recibe desde el Gobierno. ?Qu¨¦ tendr¨¢ que ver la labor de Javier Mar¨ªas o Almod¨®var con la de Messi o Gasol para que a estas alturas sigamos compartiendo ministerio con el deporte? Hay que aprovechar esta tragedia para otorgar a la cultura la relevancia que tiene en otros pa¨ªses europeos en la reconstrucci¨®n de la sociedad.

P. ?Cambiar¨¢ la manera de ver el cine?

R. La forma de consumir pel¨ªculas ya ha cambiado. Las plataformas digitales llevan al p¨²blico de todos los rincones del mundo un gran cantidad de contenido muy variado. Adem¨¢s est¨¢n dando voz a muchos creadores con voces muy distintas. Por lo tanto, en este aspecto todo es positivo. En lo que se ha de trabajar es que la fuerza de las plataformas no acabe con la experiencia de ver una pel¨ªcula en la sala, una experiencia ¨²nica e incomparable. Hay que proteger a los cines, y los creadores tenemos que luchar por una producci¨®n f¨ªlmica de calidad, diversa, de diferentes tama?os, de gran estudio o independiente, que llegue a todas las pantallas.

P. ?Est¨¢ viendo pel¨ªculas?

R. S¨ª, y jugando a las cartas y al parch¨ªs. Con mi sobrina de 12 a?os vemos alg¨²n cl¨¢sico, como Capitanes intr¨¦pidos o El club de los poetas muertos. Y, ya en solitario, El extra?o, de Orson Welles, o Enviado especial, de Alfred Hitchcock.