El abuelo y el nieto del terror espa?ol
Narciso Ib¨¢?ez Serrador, Goya de Honor 2019, y Juan Antonio Bayona charlan sobre el arte de crear suspense
Acaba la entrevista. Los equipos de v¨ªdeo y de fotograf¨ªa recogen y se despiden. En el sal¨®n de la casa de Narciso Chicho Ib¨¢?ez Serrador se quedan su due?o, su hijo Alejandro, Juan Antonio Bayona, la productora Bel¨¦n Atienza y el periodista. Y Chicho, que tiene un centenar de guiones in¨¦ditos escritos, lanza el ¨®rdago: "Mira, quedamos aqu¨ª un d¨ªa, que es un sitio c¨®modo, yo te cuento el argumento de mi pel¨ªcula y t¨² el de la tuya. Y nos decimos lo que pensamos sin tapujos. Eso s¨ª, cada idea es de cada uno". "Vale, acepto", responde el director de Lo imposible. "Pues mira tu agenda, y yo estar¨ªa encantado de que me produjeras". "Aqu¨ª mi jefa es ella [dice Bayona se?alando a Atienza]". "De acuerdo. Esto, Juan Antonio, ?tienes un buen final?". "El final es lo m¨¢s importante, ?verdad?". "Por eso, ?tienes un buen final?". La charla contin¨²a de forma privada entre ambos. Monumental remate a un di¨¢logo ¨²nico, el de un maestro de la televisi¨®n y del cine, Chicho Ib¨¢?ez Serrador (Montevideo, Uruguay), de 83 a?os, y el cineasta espa?ol que ha roto l¨ªmites, Juan Antonio Bayona (Barcelona), de 43 a?os, que nunca hab¨ªa podido conversar con tranquilidad con alguien a quien invit¨® al estreno de Jurassic World: el reino ca¨ªdo y a quien considera uno de sus maestros.
Una hora antes, Bayona se hab¨ªa sentado en el despacho de Ib¨¢?ez Serrador. En las paredes, todos los premios imaginables por su labor televisiva, libros y enciclopedias de tem¨¢ticas ecl¨¦cticas; en el centro, una mesa con fotos y el Goya de Honor, que el director de La residencia y ?Qui¨¦n puede matar un ni?o? recibi¨® en la fiesta de los nominados el pasado 14 de enero. Bayona, admirador de su obra, ha sido uno de los impulsores de este reconocimiento, y para crear el v¨ªdeo que se proyectar¨¢ en la gala del s¨¢bado ha revisado todos los trabajos de Chicho. En el iPad lleva preparado el cuestionario. "Nunca he hecho esto", sonr¨ªe t¨ªmido. Empiezan hablando de las m¨²ltiples profesiones del homenajeado: cineasta, realizador de televisi¨®n, guionista, director teatral y actor. "Con cualquiera me conformo". ?Se queda con alguna? "Con el actor". Para Ib¨¢?ez Serrador el Goya ha supuesto todo un gozo: "Porque he estado muy separado del mundo del cine voluntariamente. Y aunque me han invitado a varias galas, nunca he ido. Ha sido una alegr¨ªa que estuvieras en la entrega, porque soy un admirador tuyo". "Yo tambi¨¦n lo soy tuyo".
Ib¨¢?ez Serrador empez¨® en el teatro: "Mis grandes influencias fueron mis padres, actores teatrales de gustos muy opuestos, y los libros. Las buenas historias surgen casi todas en el siglo XIX, por eso, yo adapt¨¦ tanto". Y el teatro fue la gran base de su posterior ¨¦xito. Queda claro cuando Bayona le pregunta por el significado para Chicho del p¨²blico, y el creador responde: "Es como un ni?o tuyo, en el que adviertes enseguida que le gusta o no, qu¨¦ rechaza, y eso solo te lo da el teatro, ya que tienes al espectador justo enfrente. Ni la tele ni el cine te ofrecen esa inmediatez. Desde el escenario estudiaba sus reacciones, su risa, su miedo... Te obliga a perfeccionarte".
A Bayona le interesa saber por qu¨¦ el genio pas¨® del teatro a la televisi¨®n: "Vi la posibilidad de contar desde muchos ¨¢ngulos tu historia. Adem¨¢s, si te equivocas, no pasa nada. Total, es un programa de televisi¨®n...". "Para ti", subraya el entrevistador, "fue igual de importante el qu¨¦ contabas que el c¨®mo se rodaba. Por eso todo tu lenguaje es tan cinematogr¨¢fico". "Por supuesto. Ese c¨®mo es important¨ªsimo". "Ten¨ªas una caligraf¨ªa hermos¨ªsima". "Y muy parecida al cine, cierto. Por eso me dec¨ªan que no parec¨ªan programas de televisi¨®n, porque el resto no se atrev¨ªa a contar una escena desde tantos ¨¢ngulos. Para m¨ª es necesario".
Ib¨¢?ez Serrador echa de menos haber tenido un maestro. "Fue una pena. As¨ª que me bas¨¦ en mi imaginaci¨®n. Como ahora, si yo ve¨ªa una c¨¢mara y un amigo, primero me aclaraba si era m¨¢s importante el amigo, y entonces le dedicaba un primer plano, o la c¨¢mara, por lo que eleg¨ªa un plano general". Pero en el buen terror, apunta Bayona, interesa m¨¢s lo que no se ve. "Indudablemente. Por eso es muy dif¨ªcil un relato de horror en el cine a plena luz. Quiz¨¢ por eso hice ?Qui¨¦n puede matar a un ni?o? en un pueblo quemado por el sol". Ese filme fue un shock en su estreno en 1976. "Y eso que me faltaron ni?os. Solo pude juntar una quincena, hubiera necesitado cien".
De su salto al cine, el Goya de Honor explica: "El cine ha sido, es y ser¨¢ algo que me permite pensar m¨¢s, llevar un ritmo de producci¨®n m¨¢s lento. En televisi¨®n se impone la velocidad". Bayona le recuerda con cari?o aquellas presentaciones tan personales y humor¨ªsticas de Historias para no dormir. "Mejor que se rieran al principio y no despu¨¦s. Y as¨ª se elud¨ªa a la censura. En realidad, al censor, que encima era el t¨ªo de un chaval que trabajaba en TVE. En fin, prefiero que el p¨²blico se r¨ªa de m¨ª y no de lo que hago, hay una separaci¨®n muy fina entre el miedo y la risa. El terror casi nace con nosotros. Quiz¨¢ por eso lloren los beb¨¦s".
En la despedida delante de la c¨¢mara, antes de retarse entre ellos, Bayona le agradece en nombre de su generaci¨®n toda su labor. "Uy, me est¨¢s ensalzando demasiado". "Pero somos muchos los directores que te mencionamos como influencia, fuiste un trampol¨ªn para que lleg¨¢ramos aqu¨ª". A Chicho le brillan los ojos: "Lo terrible es que me est¨¢s hablando en pasado. Me gusta m¨¢s el ser¨¢s, y cuando vuelva a trabajar ser¨¢ para el futuro, para crear obra que parezca nueva".
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