El a?o Gald¨®s, v¨ªctima del coronavirus

Trafalgar, Napol¨¦on en Chamart¨ªn, C¨¢novas, Espa?a sin rey, La primera rep¨²blica¡­ ?el coronavirus? La pandemia ya es un hito hist¨®rico de Espa?a del que Benito P¨¦rez Gald¨®s habr¨ªa tenido hechos luctuosos suficientes para novelar otro de sus Episodios Nacionales. Sin embargo, el escritor canario (1842-1920), en el a?o que conmemoraba el centenario de su fallecimiento, repleto de actos, exposiciones, homenajes, biograf¨ªas¡­ se ha visto eclipsado por la realidad. Esto no impide que...

Trafalgar, Napol¨¦on en Chamart¨ªn, C¨¢novas, Espa?a sin rey, La primera rep¨²blica¡­ ?el coronavirus? La pandemia ya es un hito hist¨®rico de Espa?a del que Benito P¨¦rez Gald¨®s habr¨ªa tenido hechos luctuosos suficientes para novelar otro de sus Episodios Nacionales. Sin embargo, el escritor canario (1842-1920), en el a?o que conmemoraba el centenario de su fallecimiento, repleto de actos, exposiciones, homenajes, biograf¨ªas¡­ se ha visto eclipsado por la realidad. Esto no impide que el gran novelista espa?ol ¡°est¨¦ plenamente reconocido y confirmado", dice por tel¨¦fono la catedr¨¢tica Yolanda Arencibia, que, como dijo cuando recibi¨® el Premio Comillas de Biograf¨ªa en enero por una obra sobre el novelista, lleva ¡°toda una vida dedicada a Gald¨®s¡±.

Este libro, de unas 1.000 p¨¢ginas, sobre un personaje que atrajo a Arencibia desde su infancia -ella naci¨® en Las Palmas, tres calles m¨¢s arriba de donde lo hizo ¨¦l- se iba a publicar en mayo, aunque ahora saldr¨¢ a mediados de junio, seg¨²n la editorial Tusquets. La profesora Arencibia recuerda que Gald¨®s ya escribi¨® sobre una epidemia, la de c¨®lera que sufri¨® la capital en 1865. En el cuento Una industria que vive de la muerte incid¨ªa ¡°en el sonido de un carpintero que trabaja en un ata¨²d que finalmente ser¨¢ para ¨¦l¡±.

Tambi¨¦n ha terminado su biograf¨ªa sobre el autor de Fortunata y Jacinta, que espera publicar a mediados de 2021, Germ¨¢n Gull¨®n, cr¨ªtico literario y catedr¨¢tico em¨¦rito de Literatura Espa?ola. Una anomal¨ªa a la que le ve, sin embargo, un nuevo aire: ¡°Coincidir¨¢ con los centenarios de Emilia Pardo Baz¨¢n, Concepci¨®n Arenal y con el tambi¨¦n postergado de Miguel Delibes; y la obra galdosiana est¨¢ ¨ªntimamente relacionada con los tres¡±, se?ala. Arencibia lamenta que el A?o Gald¨®s haya ¡°quedado a mitad de camino, pero seguir¨¢ cuando esto pase¡±. Aunque, matiza, se retomar¨¢ ¡°aquello que valga la pena, como el congreso previsto para mayo en Madrid¡± en el que iba a participar.

En la capital estaba en marcha tambi¨¦n una gran exposici¨®n en la Academia de Bellas Artes, que iba a inaugurarse el 30 de abril y sobre la que no hay nueva fecha. Su comisario, el fotohistoriador Publio L¨®pez Mond¨¦jar, apunta que se iban a mostrar documentos de archivos personales e institucionales, cartas y fotograf¨ªas¡­ ¡°solo de ¨¦l unas 50, porque lo retrataron los grandes de su ¨¦poca, como Camp¨²a, Alfonso, Franzen¡­¡±. ¡°Las fotos llevan semanas enmarcadas, el dise?o de sala est¨¢ terminado, el cat¨¢logo a punto de entrar en imprenta¡­¡±. Titulada Gald¨®s en el laberinto de Espa?a, ser¨ªa/ser¨¢ un paseo por todas las facetas del homenajeado: ¡°Fue un gran cr¨ªtico musical, amante de la ¨®pera y tocaba el piano. Tambi¨¦n cr¨ªtico de arte y pintor apreciable¡±, a?ade. ¡°Estren¨® 10 obras de teatro en el Espa?ol y siete en la Comedia, y luego estar¨ªa el hombre pol¨ªtico, representado por sus manifiestos, el diputado que dec¨ªa ¡®no paro de tomar notas, el que no est¨¦ en el Congreso no sabe lo que pasa en Espa?a¡±.

Misericordia por las v¨ªctimas

?Y qu¨¦ habr¨ªa escrito Gald¨®s de lo que sucede ahora? ¡°Una cr¨®nica piadosa, porque lo que Cervantes y ¨¦l trajeron fue la misericordia por las v¨ªctimas, el cari?o por los dem¨¢s¡±, a?ade L¨®pez. Sin embargo, ¡°con algunos pol¨ªticos ser¨ªa un cr¨ªtico terrible y habr¨ªa mostrado su indignaci¨®n¡±. Gull¨®n abunda en que el relato galdosiano del coronavirus ¡°ser¨ªa una historia de la derrota ciudadana, como en Trafalgar, en la que los h¨¦roes estar¨ªan en los servicios p¨²blicos¡±.

En ese ejercicio de imaginaci¨®n, la cineasta Arantxa Aguirre, que hab¨ªa empezado a preparar un documental sobre Gald¨®s, apunta que este ¡°habr¨ªa escogido como protagonistas a personajes an¨®nimos¡±, como pueden ser hoy las cajeras de supermercado o el personal sanitario, igual que hizo en los Episodios Nacionales, ¡°donde casi siempre esos seres y no las cabezas visibles son quienes llevan el pulso de la historia¡±. Sobre su futuro documental, Aguirre, cuya tesis vers¨® sobre Bu?uel y Gald¨®s, tiene claro que en ¨¦l dominar¨¢ ¡°la palabra de Gald¨®s". ¡°De esos a?os hay mucho y muy rico material gr¨¢fico. No s¨®lo fotograf¨ªas, sino im¨¢genes en movimiento, adem¨¢s de la pintura espa?ola de entonces, que retrat¨® muy bien c¨®mo era la vida¡±.

Donde m¨¢s se ha notado el par¨®n del A?o Gald¨®s es en la ciudad que tuvo en el canario a su mejor cronista, ¡°en la que ganduleaba por las calles, plazas y callejuelas, gozando en observar la vida bulliciosa de esta ingente y abigarrada capital¡±, como escribi¨®. ¡°Est¨¢ todo aplazado y sin fechas¡±, se?alan desde la Consejer¨ªa de Cultura de la Comunidad de Madrid sobre el extenso programa, que inclu¨ªa representaciones teatrales, rutas galdosianas, conciertos, intervenciones de artistas urbanos¡­ Un homenaje que se iba a prolongar hasta el 13 de diciembre.

Sin embargo, la pol¨ªtica espa?ola no fue siempre tan generosa con ¨¦l. Los sectores m¨¢s conservadores hicieron campa?a contra su candidatura al Nobel en 1912. El proyecto de Aza?a de comprar su casa de veraneo, en Santander, fue abortado por la Guerra Civil. Despu¨¦s, la personalidad republicana y anticlerical de Gald¨®s hicieron torcer el gesto al franquismo. ¡°Fue Canarias la que compr¨® la documentaci¨®n y los muebles de el hogar de Santander¡±, subraya Arencibia. Esto permiti¨®, en 1969, inaugurar la casa museo de Las Palmas. Su directora, Victoria Galv¨¢n, explica que el contratiempo de este a?o les est¨¢ forzando a ¡°reestructurar una programaci¨®n¡± que ten¨ªa como plato fuerte la exposici¨®n que ya estuvo en la Biblioteca Nacional. ¡°Algunas actividades paralelas, como conferencias, se han eliminado. Otras se reubicar¨¢n y pensamos en propuestas que no impliquen la presencia de p¨²blico¡±. Desde el cabildo de Gran Canaria hay una comisi¨®n coordinadora del centenario con el Gobierno insular que se encargar¨¢ de tomar las decisiones sobre las fechas de los eventos pendientes. Galv¨¢n lamenta que pueda quedar pendiente ¡°que se acerca m¨¢s Gald¨®s al p¨²blico de Canarias¡±, pero se muestra optimista y apunta, como Arencibia, que quiz¨¢s ¡°haya que alargar el centenario¡±.

Gull¨®n tambi¨¦n pone buena cara a la adversidad: ¡°Nos dar¨¢ fuerza esta pausa, porque no habr¨¢ que volver adonde est¨¢bamos, sino habr¨¢ que apuntar a un camino diferente¡±. Ambos estudiosos recogen la esperanza que cultivaba el propio Gald¨®s como cuando, en su discurso de ingreso en la RAE, en 1897, compar¨® la sociedad con una ¡°dura y pavorosa pe?a en la que se abren grietas, indic¨¢ndonos senderos o salidas que tal vez nos conduzcan a regiones despejadas¡±.