En todos los viejos cines hay fantasmas
Cuatro personajes a la huida o a la deriva se encuentran en un antiguo teatro. Un proyeccionista, un hombre metido en pol¨ªtica; su hermano, que ha de enviar una carta misteriosa. Y todav¨ªa m¨¢s misteriosa es la se?ora Selma Parker
Una mujer arroja una cafetera hirviendo sobre el rostro de su agresor en una vieja pel¨ªcula de Fritz Lang, de la que Llu?sa Cunill¨¦ ha utilizado el t¨ªtulo para su nueva obra, Els subornats. Me dice la directora Lurdes Barba: ¡°Acabamos de empezar el viaje: los ensayos en el Teatre de Salt. Est¨¢s convencida de que cre¨ªas saber muchos secretos, pero cuando menos lo esperas llegan nuevas revelaciones¡±. La funci¨®n se estrena el 10 de octubre en Salt, en ...
Una mujer arroja una cafetera hirviendo sobre el rostro de su agresor en una vieja pel¨ªcula de Fritz Lang, de la que Llu?sa Cunill¨¦ ha utilizado el t¨ªtulo para su nueva obra, Els subornats. Me dice la directora Lurdes Barba: ¡°Acabamos de empezar el viaje: los ensayos en el Teatre de Salt. Est¨¢s convencida de que cre¨ªas saber muchos secretos, pero cuando menos lo esperas llegan nuevas revelaciones¡±. La funci¨®n se estrena el 10 de octubre en Salt, en Temporada Alta. Y har¨¢ temporada en la Beckett desde el 20 de enero hasta el 14 de febrero. La obra est¨¢ escrita para la compa?¨ªa La Ruta 40, con la incorporaci¨®n de ?urea M¨¢rquez. Los restantes int¨¦rpretes son Albert Prat, Sergi Torrecilla, y Alberto D¨ªaz. Cuatro personajes a la huida o a la deriva se encuentran en un viejo cine. Un proyeccionista, un hombre metido en pol¨ªtica; su hermano, que ha de enviar una carta misteriosa. Y todav¨ªa m¨¢s misteriosa es la se?ora Selma Parker, cuyo enigma conviene desvelar lo justo: curiosamente, Cunill¨¦ no ha elegido evocar el personaje de Gloria Grahame, sino una aparente secundaria de la historia. Pero no estamos en lo m¨¢s turbio del cine negro. ¡°Desde luego, es un gui?o o un homenaje a Los sobornados, aunque, como siempre, la mirada de la autora abarca otros paisajes y otros perfiles¡±, dice Lurdes Barba. ¡°Personajes perdidos, muy de Llu?sa, que parecen habitar un mundo que est¨¢ acabando. Selma toma una determinaci¨®n que la puede poner en peligro; el pol¨ªtico tambi¨¦n elige correr un riesgo¡±.
Le digo que leyendo el texto me volvieron ecos de la desaparecida madre de los hermanos. ¡°Hay historias para todos. Se qued¨® viuda. El padre era boxeador. Con un director de tercera se fue a vivir a Italia. Ella siempre llama al hijo mayor porque le gusta escuchar las mismas historias¡±, me dice. Pens¨¦ en esta frase, que parece escrita a medias entre Mars¨¦ y Modiano: ¡°En todos los viejos cines hay fantasmas¡±. Pens¨¦ en The Flick, la obra con la que Annie Baker gan¨® el Pulitzer, que tambi¨¦n suced¨ªa en un cine destartalado. Pienso en narraciones de la propia Cunill¨¦, como Passatge Gutenberg, donde Lurdes Barba actuaba o dirig¨ªa: grandes piezas como Barcelona, mapa d¡¯ombres, La cita, la reciente Islandia u Occisi¨®, que tiene quince a?os y el pasado invierno, me cuenta Barba, se estren¨® en la sala peque?a de la Com¨¦die. Celebremos el comienzo de temporada con un regalo infrecuente: otras dos obras de la autora subir¨¢n esta temporada a la escena. Mientras Els subornats ocupa una sala de la Beckett, en la otra dirigir¨¢ El jard¨ª Albert Arribas. Y del 6 de mayo al 15 de junio, en el TNC, Xavier Albert¨ª se despedir¨¢ del Nacional dirigiendo L¡¯Emperadriu del Paral.lel, con Pere Arquillu¨¦, Chantal Aim¨¦e, Silvia Mars¨® y Montse Esteve, al frente de un gran reparto. Ahora, Barba y su banda est¨¢n impregn¨¢ndose del perfume del viejo cine recreado por Cunill¨¦: el mundo al que quiere arrastrar a los espectadores. Me vuelve la imagen final de una colilla roja agujereando la oscuridad. Y perdura en la memoria.