De catedral del ¡®techno¡¯ a galer¨ªa de arte
El c¨¦lebre club musical Berghain, cerrado por la pandemia, se reconvierte en espacio para mostrar obras creadas durante el semiconfinamiento de Berl¨ªn
El 11 de marzo, los propietarios del Berghain de Berl¨ªn, quiz¨¢s el club de m¨²sica techno m¨¢s famoso de Alemania y que goza de una merecida fama m¨¢s all¨¢ de las fronteras del pa¨ªs, tomaron una decisi¨®n que arruin¨® la vida de miles de fan¨¢ticos que hac¨ªan colas de horas ante el acceso a la sala para poder entrar a esta catedral profana. A causa del coronavirus cerraron las puertas del lugar, una medida que se propag¨® como la peste en la vida nocturna de la ciudad.
Pero Michael Teufele y Norb...
El 11 de marzo, los propietarios del Berghain de Berl¨ªn, quiz¨¢s el club de m¨²sica techno m¨¢s famoso de Alemania y que goza de una merecida fama m¨¢s all¨¢ de las fronteras del pa¨ªs, tomaron una decisi¨®n que arruin¨® la vida de miles de fan¨¢ticos que hac¨ªan colas de horas ante el acceso a la sala para poder entrar a esta catedral profana. A causa del coronavirus cerraron las puertas del lugar, una medida que se propag¨® como la peste en la vida nocturna de la ciudad.
Pero Michael Teufele y Norbert Thormann, los due?os del club, preocupados por el futuro de su negocio, llamaron a Christian Boros, uno de los coleccionistas de arte moderno m¨¢s importantes de Berl¨ªn, para proponerle una idea casi revolucionaria, destinada a mantener con vida al local: ¡°?Por qu¨¦ no colaborar en una exposici¨®n con artistas locales en el club?¡±.
La pregunta dio vida a Studio Berlin. Una muestra que re¨²ne obras de 117 artistas que viven en la ciudad y que fueron creadas en los momentos m¨¢s duros de la pandemia, una idea patrocinada por Boros, un millonario conocido y admirado por el mundo del arte de la capital alemana. La aventura se inici¨® el 9 de septiembre y desde que el Berghain abri¨® nuevamente sus puertas, Studio Berlin se ha convertido en la exposici¨®n m¨¢s audaz y exitosa.
El visitante, que debe adquirir su entrada v¨ªa Internet, no necesita hacer cola para entrar en un lugar que alberg¨®, hasta no hace muchos a?os, una central el¨¦ctrica. El m¨ªtico club recibe con una enorme pancarta que anuncia de manera simb¨®lica lo que se puede ver en el interior: ¡°Ma?ana es la cuesti¨®n¡±, se?ala el cartel dise?ado por el artista tailand¨¦s nacido en Argentina, Rirkrit Tiravanija.
El enigm¨¢tico anuncio est¨¢ acompa?ado por una escultura del artista Dirk Bell, cuyas gruesas barras de acero muestran la palabra ¡°amor¡± en letras entrelazadas. Gracias a los nuevos tiempos que imperan en la ciudad, sin los en¨¦rgicos y odiados porteros del club, los visitantes pueden acceder con el ¨²nico requisito de una pegatina que los guardias pegan en la lente del m¨®vil porque dentro est¨¢ prohibido hacer fotos.
Ya en el interior, los visitantes son recibidos por una enorme boya oce¨¢nica suspendida del techo, creada por el artista alem¨¢n, Julius von Bismarck. Es el inicio de una aventura que ofrece arte en todas las zonas del club, incluidos los pasillos, las escaleras, los ba?os y en el espacio llamado Panorama Bar, donde una pareja de creadores, el kosovar Petrit Halilaj y el espa?ol ?lvaro Urbano han instalado un gran lirio de papel rosado para recordar la noche en la que se conocieron en el club y se dieron el primer beso.
La artista Christine Sun Kim ha dibujado por el suelo de la pista de baile notas musicales. Para ella, el sonido es algo especial porque es sordomuda, pero ha querido mostrar que tambi¨¦n puede experimentar el sonido del Berghain.
Esta vieja central el¨¦ctrica ofrece ahora un espacio ideal para mostrar obras de arte que fueron creadas durante el semiconfinamiento que imper¨® en Berl¨ªn a causa de la pandemia. La muestra cobra una dimensi¨®n mayor en la sala llamada Halle, un enorme espacio cuyas paredes miden m¨¢s de 15 metros de altura, ubicada en la parte trasera del club, y que solo se abr¨ªa para eventos especiales.
En el recorrido de esta particular galer¨ªa de arte se pueden observar obras de algunos de los artistas m¨¢s conocidos de Berl¨ªn, como el dan¨¦s Olafur Eliasson, el canadiense AA Bronson y la alemana Katharina Grosse... Tambi¨¦n la obra de Raphaela Vogel, una estrella emergente del arte alem¨¢n, que ofrece una instalaci¨®n de v¨ªdeo y escultura que incluye maquetas del Arco del Triunfo de Par¨ªs, la Estatua de la Libertad, el puente de la Torre de Londres y la Columna de la Victoria de Berl¨ªn.
El ¨¦xito de esta convocatoria ha llevado a que las visitas guiadas (por un precio de 20 euros) est¨¦n agotadas hasta el 15 de octubre. Las visitas particulares, para las que solo pueden comprarse entradas para los s¨¢bados y domingos, tienen una larga lista de espera que llega hasta el 4 de octubre. El dinero recaudado por los tiques, m¨¢s de 8.000 euros diarios, seg¨²n una portavoz de la fundaci¨®n de Christian Boros, se destina al mantenimiento del club.