Juan Luis Goenaga, un pintor en el objetivo de Woody Allen
Los cuadros expresionistas del artista vasco forman parte del elenco de la nueva pel¨ªcula del director, ¡®El festival de Rifkin¡¯, ambientada en San Sebasti¨¢n y estrenada este viernes
El d¨ªa luce espl¨¦ndido, de modo que el pintor aprovecha para realizar la videollamada desde su jard¨ªn, un vergel frente a un voluminoso edificio de piedra encajado en el coraz¨®n de la provincia de Gipuzkoa. En el interior, donde se amontonan decenas de lienzos y dibujos, botes de pintura desordenados y pinceles que han dejado su rastro escrito a chorretones, no hay apenas cobertura. Es una de las desventajas de habitar un caser¨ªo de entre los siglos XV y XVI, Aitzeterdi, el lugar que desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas Juan Luis Goenaga (San Sebasti¨¢n, 70 a?os) llama su hogar y su estudio.
Otro inconveniente de una residencia por lo dem¨¢s id¨ªlica es que no todos los d¨ªas brilla el sol, y las temporadas de lluvia y grisura que definen los inviernos del Pa¨ªs Vasco acaban pesando. Aunque a ¨¦l no le afecta ni al ¨¢nimo ni a su creatividad. ¡°Que pintes un paisaje negro no quiere decir que est¨¦s deprimido¡±, se r¨ªe el artista, de barba blanca y car¨¢cter afable pese a su reconocida tendencia a la soledad. Los trabajos de Goenaga acaban de salir de Aitzeterdi y de los museos y galer¨ªas donde se suelen mostrar para exhibirse en la gran pantalla de la mano de Woody Allen en El festival de Rifkin, una comedia ambientada en San Sebasti¨¢n que se estren¨® este viernes en cines.
Como ya ocurriera en Vicky Cristina Barcelona con el artista Agust¨ª Puig, el cineasta se ha fijado en un nombre local para convertir sus obras en uno m¨¢s de los protagonistas de la trama. El tema de la pintura es una constante en su filmograf¨ªa: desde la discusi¨®n sobre arte de los protagonistas de Manhattan en el Guggenheim de Nueva York al encuentro en la Tate Modern de Londres en Match Point, Allen ha recurrido a ella una y otra vez como contexto y pretexto de sus historias de neurosis y filosof¨ªa. ¡°No s¨¦ c¨®mo su director de arte lleg¨® hasta m¨ª¡±, reconoce Goenaga, ¡°pero la pel¨ªcula me gust¨® much¨ªsimo, sobre todo el final, adem¨¢s de que me sent¨ª muy identificado con Woody Allen¡±.
M¨¢s all¨¢ un incansable impulso creativo, son notables las cualidades que comparten el donostiarra y el neoyorquino. Para empezar, ¡°los dos somos personajes totalmente barojianos¡±, bromea el pintor. ¡°Y ambos nos conformamos con cuatro paisajes: ¨¦l, con unas calles de Nueva York; yo, Donosti, Zumaya, y si me tengo que ir lejos, alg¨²n pueblo de ?vila, de Soria, de Burgos. A los pintores vascos nos interesa Castilla¡±, dice Goenaga, que tiene otra localizaci¨®n predilecta compartida con Allen: Par¨ªs, ciudad que este retrat¨® en el filme de 2011 Midnight in Paris. El artista ha pasado all¨ª largas temporadas, en un piso compartido con otros pintores en el distrito XIX. Y por all¨ª transitaron casi todos los creadores que le interesan. ¡°Aquello est¨¢ lleno de galer¨ªas¡±, suspira. ¡°Hay un gran respeto por la pintura¡±.
Los temas que atraviesan su obra, el paisaje y el cuerpo femenino, tambi¨¦n tienen que ver con los intereses narrativos del director. ¡°Cuantos m¨¢s temas tenga un artista, peor le va¡±, cree. Habitar en plena naturaleza, con gallinas y cabras como compa?¨ªa (¡°siempre he vivido solo¡±, relata, si bien tiene dos hijos, una la actriz B¨¢rbara Goenaga, y nietos a los que visita asiduamente en Madrid), influye tanto en su cosmovisi¨®n como en la de Allen lo hace residir en Manhattan.
Del universo de Goenaga, el cineasta quiso quedarse no solo con sus cuadros sino tambi¨¦n con su estudio, que traslad¨® a otro caser¨ªo cercano dada la imposibilidad de colocar c¨¢maras en Aitzeterdi. ¡°Se llevaron botes de pintura, pinceles, hasta libros de arte¡±, recuerda el artista, que tiene una biblioteca rebosante de t¨ªtulos de ¡°arqueolog¨ªa, pintura, arte rupestre, geolog¨ªa¡ Y otro tema que me interesa, el de los capricornio como yo¡±, cuenta divertido. ¡°Lo son Antonio L¨®pez, C¨¦zanne, Baroja, Allan Poe o Chillida, con quien lo comentaba y nos re¨ªamos¡±.
Referentes como esos han sentado las bases de su estilo, expresionista sin abandonar lo figurativo. Un repaso de su trayectoria titulado Goenaga se exhibe actualmente en la sala Kubo-Kutxa de Donostia. ¡°Nunca s¨¦ lo que voy a pintar, empiezo con una mancha y el cuadro va surgiendo¡±, asegura el artista, que ahora tambi¨¦n tiene una exposici¨®n permanente en el Olimpo de los directores de cine.